Dicen que es posible hervir una rana sin que esta haga nada por escapar siempre que se caliente el agua lentamente. Y con muchos componentes del automóvil sujetos a desgaste ocurre algo parecido: el conductor se va acostumbrando paulatinamente al funcionamiento del sistema deteriorado, con consecuencias peligrosas.

LAS ITV, DE BRAZOS CRUZADOS
Uno de los problemas de la Inspección Técnica de Vehículos es que hace honor a su nombre de forma impecable: es una inspección, no una revisión. Sería una ocasión ideal para que un profesional habituado a conducir toda clase de coches recorriera unos metros con el tuyo de cara a comprobar que no hay nada raro en ninguno de los mandos, pero actualmente ni siquiera se mira la presión de los neumáticos de los coches que se revisan. Y la comprobación de los amortiguadores consiste tan sólo en chequear que no están cubiertos de un reguero de aceite procedente de su interior. Creemos que iría siendo hora de plantear la cuestión a quien presta servicio en las ITV realmente. ¿Al cliente o al depositario de la licencia para su explotación?
Aunque no voy a tratar de asustarte con la típica historia acerca del terrible peligro que supone circular con amortiguadores, neumáticos o frenos en mal estado, porque no nos engañemos: el grueso de los fallecidos en accidente de tráfico circulaba en coches que tenían esos elementos en perfecto estado. El auténtico efecto es mucho más sutil que la muerte, pero acarrea consecuencias muy molestas. Puede consistir, por ejemplo, en chocar a 35 km/h en lugar de a 15 km/h en el caso de una colisión por alcance. Son sólo 20 km/h, pero es la diferencia entre un golpe ´de baja velocidad´ con un presupuesto de reparación de entre 1.000 y 3.000 euros, y una colisión acompañada del despliegue de los airbags, un latigazo cervical y un posible veredicto de siniestro total. Por eso, hemos analizado cómo se desgastan estos elementos, cómo saber cuándo reemplazarlos, cuánto te costará, si puedes hacerlo tú mismo, qué riesgos entraña no hacerlo? además de qué otros puntos debes revisar de cara al gran viaje de las vacaciones.
1. DISCOS DE FRENO
Para qué sirven: Son la pieza que muerden las pinzas de freno para, mediante fricción, detener el coche.
Cuánto duran: Depende del tipo de trayecto habitual, la conducción y el eje. Entre 80.000 y 200.000 km. (ver pastillas de freno).
Cómo se desgastan: Por fricción contra las pastillas de freno. También pueden deteriorarse debido al sobrecalentamiento y a la corrosión.
Sabes que toca cambiarlos cuando… su espesor disminuye hasta el mínimo, que suele venir expresado en mm en el canto del disco. Como la diferencia entre el nominal y el mínimo suele ser de menos de cinco milímetros, palpar con el dedo el borde del disco para comprobar si el escalón ronda los dos milímetros es una práctica habitual -OJO, EL DISCO DEBE DE ESTAR FRÍO-. También se sustituyen si se ´alabean´ -se ondulan, por lo común, debido al sobrecalentamiento o por no dejarlos enfriar correctamente tras un uso intensivo, produciendo vibraciones en la dirección, normalmente cuando se circula en torno a los 110 km/h-, cuando se aprecian grietas en la superficie -cualquier grieta visible de más de un par de centímetros es preocupante-, aparecen manchas oscuras en la superficie o si provocan chirridos persistentes que no desaparecen cambiando las pastillas.
Y si no los cambias. Un disco de freno puede desgastarse hasta límites insospechados, pero por debajo del espesor mínimo puede desintegrarse durante una frenada de emergencia -la desintegración en sí no es muy grave, pues la llanta suele contener la metralla, pero la rueda puede desde reventar a quedarse frenada…-. Cuando el problema son las vibraciones, restan mucho confort, y pueden agravarse hasta resultar un problema de seguridad.
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Cuánto cuestan: Depende mucho del diámetro del disco, pero son más baratos de lo que piensas. Un disco delantero para un Seat Ibiza cuesta unos 137€, pero uno mucho más grande, para un Audi A8 3.0 TDI cuesta unos 398€.
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En qué lo notarás: Desaparecerán las vibraciones y los chirridos.
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Ten en cuenta… que siempre se sustituyen los dos discos de cada eje a la vez, y que siempre debes sustituir, a la vez que el disco, las pastillas de freno. No olvides que requieren el mismo proceso de rodaje que las pastillas.
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Hazlo tú mismo… Es un poco más complicado que cambiar unas pastillas, porque hay que desmontar las pinzas…
2. LÍQUIDO DE FRENOS
Para qué sirve: Transmite la fuerza que se realiza sobre el pedal de freno, comprimiendo las pastillas contra los discos.
Cuánto dura: Entre uno y tres años.
Cómo se desgasta: Con el tiempo absorbe humedad y comienza a comportarse como una sustancia cada vez más elástica -es como si entre el pedal y los frenos hubiera un muelle cada vez más blando- debido a la aparición de burbujas de vapor de agua. El agua también reduce la resistencia al sobrecalentamiento de los frenos porque disminuye la temperatura de ebullición del fluido: un 4% de humedad reduce la temperatura de ebullición a la mitad.
Sabes que toca cambiarlo cuando… el pedal de freno tiene un recorrido inicial largo durante el que apenas se produce deceleración. El tacto del pedal no se endurece tras los primeros tres o cuatro centímetros para adquirir una consistencia ´sólida´. La intensidad de la frenada no aumenta de forma proporcional a la fuerza que realizas sobre el pedal. Es posible comprobar la cantidad de agua en el líquido mediante unos bolígrafos que miden su conductividad. Cuestan unos 20€.
Y si no lo cambias… los efectos dependen de la humedad que haya absorbido. Comienza con un empeoramiento en el tacto del pedal de freno que resta confort y confianza -al conductor le resulta difícil ajustar con precisión dónde se detiene el coche-. Si se le exige mucho a los frenos -conducción deportiva o arrastrando un remolque- puede presentarse fadding -pérdida de potencia de frenada por sobrecalentamiento- muy pronto: el pedal de freno se ablanda y su recorrido aumenta debido a la aparición de burbujas de vapor en el fluido. La distancia de frenado en una detención de emergencia aumenta entre levemente -si se dispone de servofreno de emergencia– y apreciablemente.
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Cuánto cuesta: Desde 40 euros
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En qué lo notarás: Es una de las operaciones de mantenimiento con mejor relación coste/beneficio, ya que la mejora en el tacto tras más de dos años sin cambiar el líquido es notable: el pedal está más duro, la detención se ajusta con mucha más precisión, y se conduce con más confianza.
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Ten en cuenta… que el líquido de frenos ataca a la pintura, y que el desgaste paulatino de las pastillas provoca una pequeña y lenta disminución del nivel.
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Hazlo tú mismo… Sustituir el líquido de frenos requiere purgar el circuito con una pistola de vacío tipo Mityvac -unos 60€- para eliminar todo el aire. Puede resultar incómodo si no dispones de un elevador o un foso.
3. NEUMÁTICOS
Para qué sirven: Son los encargados de generar las fuerzas necesarias para acelerar el coche, frenarlo y hacerlo cambiar de dirección… y que pueden superar con creces los 1.000 kilos. También son primordiales para el sistema de suspensión.
Cómo se desgastan: Por fricción contra el asfalto y debido a la degradación que se produce a consecuencia del calentamiento que experimentan siempre que llevan un rato girando. Además, el oxígeno del aire también ataca al caucho y los hace envejecer. Por eso, aunque no estén desgastados, unos neumáticos de más de siete años deberían sustituirse por unos nuevos. Dentro del desgaste, el factor que más influencia tiene son las fuerzas longitudinales y laterales que tiene que ejercer el neumático, seguido de la velocidad. Es decir, el principal factor de desgaste no son los kilómetros sino el estilo de conducción. Como la inmensa mayoría de coches cargan más peso sobre el eje delantero y son de tracción delantera, sus neumáticos delanteros se desgastan entre dos y cuatro veces más deprisa que los traseros. Además, un neumático puede sufrir daños en la estructura textil de refuerzo que hay bajo el caucho si se le golpea contra bordillos, o se le pellizca entre un bordillo o el lateral de un socavón y el labio de la llanta. Una presión de inflado inferior a la recomendada hace al neumático más vulnerable frente al pinchado y también lo deteriora por sobrecalentamiento de los flancos.
Cuánto duran: Depende del eje, tipo de neumático, trayectos, de la conducción, la potencia del coche€ pero entre unos 15.000 y 75.000 km.
Sabes que toca cambiarlos cuando… La ley establece una profundidad mínima del dibujo de 1,6 mm, que debe verificarse en todo el ancho de la banda de rodadura.
Y si no los cambias… La multa por circular con unos neumáticos en mal estado -profundidad del dibujo inferior a 1,6 mm en los canales principales; lona o cables a la vista en la banda de rodadura; ampollas y deformaciones en los flancos, etc.- supone una sanción de 200€ ¡POR NEUMÁTICO! Un neumático con poco dibujo ofrece menos agarre en mojado y es más vulnerable al aquaplaning o hidroplaneo. El agarre sobre hielo y nieve de un neumático de verano es bastante malo, pero con un dibujo inferior a 3 mm se convierte en un auténtico espejo giratorio.
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Cuánto cuestan: Depende del tamaño del neumático. Las medidas poco frecuentes suelen ser sensiblemente más caras que las más empleadas. Para un Seat Ibiza 1.6 TDI con neumaticos 185/60R15, un Continental Premium Contact 5 cuesta desde 85 euros. Para un Audi A8 3.0 TDI con 235/60 R17, el mismo neumático cuesta desde 180 euros.
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En qué lo notarás: Mejor tacto de dirección. Mucha más adherencia en mojado. Además, la clave está en qué no lo notarás: menor riesgo de reventón.
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Ten en cuenta… Que la presión de inflado es la principal defensa de los neumáticos.
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Hazlo tú mismo… No podrás, salvo si acudes a un centro de ´automecánica´, donde dispondrás de las herramientas necesarias para montar el neumático sobre la llanta y equilibrarlo. Requiere fuerza, habilidad y experiencia.
4. AMORTIGUADORES
Para qué sirven: Mitigan las oscilaciones que los baches provocan en la carrocería, disipando la energía que aportan al sistema. Permiten ofrecer un buen confort y son imprescindibles para contar con una buena estabilidad.
Cuánto duran: Depende del tipo de trayecto habitual: si se circula mucho por firmes bacheados como carreteras en mal estado o por ciudad, se deterioran en unos 75.000 km; circulando por autopista, es posible superar los 125.000 km.
Cómo se desgastan: Se desgasta el émbolo que llevan en su interior debido a la fricción contra las paredes y por el propio paso del aceite. También pueden comenzar a perder aceite por la junta de estanqueidad del vástago -se dice entonces que el amortiguador ´ha reventado´; es un fallo habitual por el que no se supera la ITV-.
Sabes que toca cambiarlos cuando… como conductor, percibir el grado de desgaste de los amortiguadores es difícil porque se trata del elemento que se degrada de forma más lenta y progresiva. Existen muchos síntomas que delatan un problema de suspensión: el morro se hunde mucho en las frenadas, el coche parece extrañamente sensible al viento lateral, acusa mucho el paso por juntas de dilatación en curva, etc. Uno de los más reveladores es el desgaste poco uniforme de los neumáticos. Sin embargo, conviene cambiarlos mucho antes de llegar a ese punto. La vieja prueba de empujar una esquina del coche hacia abajo, soltarla de golpe y ver cómo reacciona no está tan lejos de ser un procedimiento válido; no debería oscilar más de dos veces…salvo si el amortiguador está en un estado deplorable. Sin embargo, con el incremento del peso de los coches cada vez es más difícil extraer conclusiones de esta prueba casera. En talleres suelen contar con bancos de ensayo de suspensiones de tipo EUSAMA -Asociación Europea de Fabricantes de Amortiguadores- que simulan el paso por una carretera con baches estratégicamente espaciados y calculan cuanta la mínima fuerza que ejjercería cada rueda al pasar por esa carretera. El resultado se da en % del peso que normalmente descansa sobre cada rueda. Es una prueba de mínimos: valores inferiores al 20% o diferencias entre ruedas del mismo eje superiores al 50% se consideran inaceptables; ver ‘Ten en cuenta’. Pero para obtener información sobre el estado del amortiguador habría que comparar con la respuesta del sistema de suspensión cuando estaba nuevo… algo de lo que no se dispone. Por este motivo, y siguiendo una directiva europea, desde 2012 las ITV no realizan este ensayo -antes de 2012 sólo se llevaba a cabo en Cataluña; esa prueba en la que unas placas mueven las ruedas no es un test de suspensiones, sino una comprobación de holguras en las articulaciones de la suspensión-.
Y si no los cambias… Unos amortiguadores desgastados provocan varios problemas, todos ellos derivados de la fluctuación de la fuerza con la que cada rueda se apoya sobre la carretera y de la fluctuación de la adherencia disponible que se produce: cuanto más oscila esa fuerza, menor es la fuerza máxima que pueden hacer los neumáticos para acelerar, frenar o cambiar de dirección.
Empeora también la estabilidad, tanto frente a maniobras bruscas -como la carrocería adquiere más velocidad de oscilación a resultas de un volantazo, la fuerza que genera su inercia a la hora de frenarla tiene mayores efectos- como, por ej., conduciendo con viento lateral -porque el coche, que se comporta en cierto modo como el ala de un avión, comienza a oscilar con un movimiento de vaivén-. En vehículos altos, aumenta el riesgo de vuelco. Y en general, disminuye el control del vehículo. En carreteras sinuosas, también disminuye el confort debido al balanceo excesivo.

Ten en cuenta
1.- Que los amortiguadores siempre se sustituyen por parejas, y que conviene cambiar los cuatro a la vez. 2.- Que los amortiguadores adaptativos son considerablemente -unas cinco veces- más caros que los convencionales, un factor a tener en cuenta de cara a no equiparlos a la hora de comprar un coche que va a ser conducido predominantemente en ciudad. 3.- Que el test Eusama no arroja datos fiables en el caso de coches con neumáticos RunFlat y algunos modelos urbanos. De hecho, la gráfica superior muestra la distribución de resultados del test Eusama para 10.000 pruebas realizadas en Bélgica entre 2010 y 2011 -la asimetría en los resultados es por la presencia del conductor-. Como verás, sólo sirve para detectar casos de desgaste extremo… casi cualquier coche obtiene más de ese 20% de umbral mínimo -un 50% es lo habitual… oo un 65% en coches con suspensión muy dura-. 4.- Y sobre todo, ten en cuenta la presión de los neumáticos.
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Cuánto cuestan: Su precio depende del peso que soporta el eje en el que van instalados, con lo que son más caros los delanteros. Para un Seat Ibiza, los cuatro cuestan desde 398 euros. Para un Audi A8 actual con amortiguadores de dureza variable, los cuatro cuestan desde 4.094 euros.
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En qué lo notarás: Desaparecerán un sinnúmero de pequeñas oscilaciones que se producen como consecuencia de los baches y de tu propia conducción y que tú piensas que siempre estuvieron allí. Incluso si no están muy desgastados, la diferencia puede llegar a ser espectacular. Se traduce, casi literalmente, en recuperar el control del vehículo.
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Hazlo tú mismo… Aunque no es un trabajo para principiantes, cambiar los amortiguadores traseros suele ser sencillo. Sustituir los delanteros es más complicado, requiere más esfuerzo -hay que comprimir los muelles para desmontarlos antes de poder quitar el amortiguador-, más tiempo y sale más caro. La sustitución de los delanteros siempre precisa alinear las ruedas delanteras -se le llama ´hacer el paralelo´-, y con los traseros también -salvo en algunos modelos urbanos-. La mano de obra -todo, salvo los amortiguadores- te costará desde 200 euros. Por otra parte, con un poco de maña puedes fabricarte tu propio test Eusama y emplearlo para controlar la evolución del estado de los amortiguadores de tu coche. La clave reside en esos molestos artefactos que colocan en muchas urbanizaciones: las bandas sonoras. Lógicamente, esos resaltos sobre el pavimento se diseñan para provocar la máxima incomodidad posible cuando se rueda sobre ellos a una velocidad levemente superior a la legal. Para conseguirlo, se espacian de forma que las ruedas sean golpeadas por uno de los resaltos con una frecuencia ‘especial’, de unos 16 hercios. De forma que circular sobre ellos es, en cierto modo, parecido a un test Eusama… sólo que más violento -en el Eusama, el desplazamiento vertical de las ruedas es de tan sólo 3 mm-. La idea es localizar una de estas sucesiones de resaltes y pasar sobre ellos de vez en cuando, prestando atención a lo que hacen las cuatro ruedas -puedes grabarlo en vídeo… o tocar el freno y fijarte en si el ABS tiene que iontervenir porque hay ruedas en el aire que se bloquean inmediatamente-. Lo ideal sería que ninguna rueda perdiese el contacto con el asfalto…
5. PASTILLAS DE FRENO
Para qué sirven: Son comprimidas contra los discos de freno, generando una fricción que convierte la energía cinética del coche en calor.
Cuánto duran: Depende del tipo de trayecto -en ciudad se frena mucho más que en carretera-, del eje -las del que soporta más peso, que suele ser el delantero, se gastan antes- y de la conducción. Entre 35.000 km (delanteras) y 120.000 km (traseras). Actualmente, incorporan sensores de desgaste que avisan cuando quedan unos 3 mm pastilla.
Cómo se desgastan: Se desgastan… literalmente. El material de fricción es una mezcla de polvo metálico y resina que va desapareciendo -una parte se queda adherido a las llantas en forma de un polvo que cuesta bastante eliminar-.
Sabes que toca cambiarlas cuando… se enciende el testigo de desgaste en la instrumentación. Además, es muy fácil comprobarlo si tu coche tiene llantas de aleación porque entre la pinza y el disco suele verse la pastilla, que está compuesta por una capa gruesa -el material de fricción- y un soporte que sobresale alrededor de un milímetro -el respaldo o backing plate-. Si te resulta difícil -por ejemplo, si tu coche tiene llantas de chapa con agujeros pequeños- puedes tratar de hacerlo alumbrando con una linterna por uno de los orificios y sacando fotos con el móvil desde otro hasta que consigas una en la que aparezca la pastilla.
Y si no las cambias… consumirás el material de fricción, llegarás al respaldo -que es metálico- y el freno de esa rueda comenzará a emitir un chirrido espectacular. Además, a medida que se agote todo el material de fricción, la frenada en esa rueda se volverá inestable -mientras, se agotarán completamente las pastillas del lado opuesto-. La fricción con el respaldo metálico arañará el disco, y habrá que sustituir, además de las pastillas, ambos discos de freno.
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Cuánto cuestan: Desde 125 euros (delanteras) y 75 euros (traseras)
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En qué lo notarás: Desaparecerán las vibraciones y los chirridos.
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Ten en cuenta… que las pastillas necesitan un rodaje antes de proporcionar el 100% de la potencia de frenado, ya que tienen que adaptarse al disco y hay que eliminar una capa de cera que las protege de la corrosión mientras están almacenadas. Este rodaje suele durar unas decenas de kilómetros, aunque puede acelerarse realizando una serie de frenadas fuertes en algún lugar despejado de obstáculos. Unas cinco frenadas fuertes desde una velocidad de 100 km/h deberían bastar. Al rodar las pastillas, es importante nunca llegar a detenerse del todo -para que nunca cese la refrigeración del disco y de la pastilla-, y mucho menos detenerse y permanecer parado con el pedal de freno pisado.
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Hazlo tú mismo.. Sustituir las pastillas delanteras resulta bastante sencillo, aunque es una operación muy sucia. En el caso de las pastillas traseras, suele ser más complicado debido a que suelen incorporar el freno de estacionamiento. En ese caso, normalmente es necesario un retractor de émbolos –o una solución casera equivalente, como unos alicates de puntas finas-, ya que hay que girar varias vueltas el émbolo a medida que se le hace retroceder lo suficiente como para poder montar las pastillas nuevas.
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