Cuando Europa aún está investigando a los fabricantes chinos por vender sus coches eléctricos y térmicos a bajo precios gracias a las ayudas de su Gobierno… y planea duplicar sus aranceles hasta el 20 %; desde EE.UU. son mucho más pragmáticos (y rápidos) en el intento de proteger su industria automotriz… además de otras relacionadas con la tecnología verde.
Así lo aseguran medios como The Washington Post o el New York Times, quienes afirman que en los próximos días la administración Biden debería incrementar brutalmente los aranceles a los coches eléctricos de origen chino; además de a otros productos relacionados con las tecnologías relacionadas con la sostenibilidad y medio ambiente (aquellas que el propio presidente ha querido subvencionar con la Ley IRA), como la producción en suelo estadounidense de paneles solares y/o de baterías para coches eléctricos.
En concreto, estos medios promulgan que los aranceles a los coches eléctricos chinos, que suponen un 25 %, pasarían al 100 % en las próximas semanas. Algo que haría que los precios de estos coches eléctricos chinos literalmente se duplicaran al llegar al mercado norteamericano. En cuanto a los aranceles de los coches térmicos fabricados en el gigante asiático, el New York Times señala que fuentes cercanas al gobierno estadounidense creen que podrían mantenerse en el actual 25 %.

Los motivos de esta brutal subida de aranceles a los coches eléctricos chinos
Esta medida, que llega tras la restricción a las subvenciones estadounidenses para los coches eléctricos chinos en territorio norteamericano; supone un endurecimiento muy notable de la postura norteamericana al respecto de los vehículos chinos, pero que podría estar producido por dos cuestiones muy concretas.
En primer lugar, la administración Biden considera que la irrupción de estos coches eléctricos chinos de forma masiva en su territorio podría representar un riesgo importante para la seguridad de EE.UU. ya que, según manifestó el propio presidente norteamericano a finales de febrero, “los vehículos conectados de China podrían recopilar datos confidenciales sobre nuestros ciudadanos y nuestra infraestructura”, y enviarlos de regreso a la República Popular China”.
Por otro lado y según recuerdan varios medios estadounidenses, la adopción de estas medidas tan duras con respecto a los fabricantes de coches eléctricos y térmicos chinos podría ser una respuesta de la administración a las promesas del candidato republicano Donald Trump, que se postula como el máximo rival para las próximas elecciones del país.

Trump ya señaló hace meses que, de llegar de nuevo al poder, impondría aranceles de hasta el 60 % a los coches eléctricos chinos y, más recientemente, manifestó que impondría aranceles de hasta el 100 % a los coches eléctricos que pudieran ser fabricados en Méjico; respondiendo así al reciente interés de BYD de establecer una fábrica en el país azteca.
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