Con 280 CV, es el Kona más rápido y deportivo

Prueba Hyundai Kona N 2022: un SUV muy deportivo

Miguel Tineo
Miguel Tineo
El Hyundai Kona N es la versión más rápida y deportiva de este SUV urbano de Hyundai. Para ello, lleva el motor 2.0 Turbo de 280 CV del i30 N y un afinado chasis con una puesta a punto específica.

En 2017 Hyundai creó la gama N. El primero fue el i30, un modelo que, nada más probarlo, nos enamoró. No era el más rápido de su clase pero, sin duda, sí era uno de los más emocionantes y divertidos de conducir por una retorcida carretera de curvas, que es de lo que, al fin y al cabo, se trata.

HYUNDAI KONA N 9

Ahora, cuatro años después, el éxito de aquel i30 ha sido tal que han optado por aumentar la familia con dos nuevos modelos: el i20 N y el Kona N. Esta vez hablaremos del Hyundai Kona N, un modelo al que cuesta encontrarle un rival, pues lo más parecido podría ser un Ford Puma ST (menos potente y más barato), un Mini Countryman JCW o un VW T-ROC R (ambos más potentes y más caros).

El Hyundai Kona N tiene un precio de 42.600 euros, una cifra razonable para su nivel de prestaciones, preparación, tipo de coche y completo equipamiento de serie.

Estéticamente, el Kona N incluye una estética mucho más deportiva. Así, la carrocería emplea una nueva parrilla con el logo de Hyundai integrado, llantas forjadas de 19 pulgadas, paragolpes deportivos, faldones laterales, un alerón trasero con la luz de freno triangular y un difusor posterior con las dos salidas de escape. 

Sin embargo, el Kona N es mucho más que un Kona ‘maqueado’. Así, y además del citado motor 2.0 Turbo de 280 CV, el Kona N recibe una suspensión adaptativa, un diferencial autoblocante controlado electrónicamente, una carrocería reforzada, nuevas geometrías de suspensión y un eje trasero multibrazo similar al que emplean los Kona con tracción total (aunque el N sólo tiene tracción delantera).

Con todo, el Hyundai Kona N sorprende por lo bien que va. Ahora bien: ¿tiene sentido un SUV de ese tipo? A priori, no parece la opción ideal, pero lo cierto es que no debería resultar extraño que aparezcan versiones deportivas del tipo de carrocería de moda en estos momentos. Y menos todavía si va tan bien como este Kona N.

Así es por dentro

En el interior, el Hyundai Kona N cuenta con algunos detalles que le diferencian claramente de los demás Kona. Quizá lo más llamativo es el volante deportivo, que incluye varios botones para seleccionar el modo de conducción o para contar con una función overboost del motor que aporta un mayor empuje durante un máximo de 20 segundos al pulsarlo. Además, lleva unos asientos más deportivos con remates en Blue Performance, pedales de aluminio y una instrumentación digital configurable específica.

En otros aspectos, como el volumen de maletero o las plazas traseras, el Hyundai Kona N no varía frente a sus hermanos de gama. Ofrece los mismo 361 litros de maletero, que no está mal pero sí se queda por debajo de la media de su segmento. En cuanto a las plazas traseras, también están en la media: dos adultos irán bien; tres, ya no tanto.

Así va 

Todas las modificaciones realizadas en el chasis y la llegada del motor 2.0 Turbo de 280 CV, asociado a un cambio automático de doble embrague y ocho velocidades, hacen del Hyundai Kona N un coche con un claro tacto deportivo y un respetable nivel de prestaciones, pues sólo tarda 5,5 segundos en pasar de 0 a 100 km/h.

Empezando por el motor, tiene una respuesta muy contundente desde poco más de 2.000 rpm, y el funcionamiento del cambio es muy bueno tanto por rapidez como por obediencia y hasta ausencia de brusquedades. El sonido en el modo más deportivo está muy logrado: resulta bronco, natural y el escape emite unas pequeñas explosiones en las reducciones que encantarán a los más ‘quemados’. La parte negativa está en el consumo, pero es lo normal en un coche así: costará bajar de 9 L/100 km de media real.

En cuanto al comportamiento, hemos podido probar el coche sólo en circuito, donde el asfalto es perfecto y las trazadas poco tienen que ver con lo que ocurre en carretera abierta, de ahí que necesitemos más tiempo y utilizar el coche fuera de pista para comprobar otros aspectos más realistas y del día a día 

Aún así, en esas condiciones tan exigentes, el Hyundai Kona N nos ha sorprendido porque va muy bien. El eje delantero se muestra muy preciso, el diferencial autoblocante controlado electrónicamente hace bastante bien su trabajo y el eje trasero tiene unas reacciones progresivas que le hacen ser previsible y fácil de controlar. La suspensión controla con eficacia los movimientos de la carrocería, y eso que su mayor altura por su condición de SUV juega en su contra. No tiene esa agilidad y facilidad para juguetear que tiene el i20 N, pero sí apuesta por quedarse más cerca de la milimétrica precisión y del aplomo del i30 N.

 

Hyundai Kona