Un lector de Autofácil, Jesús de Juan de Madrid, nos ha formulado la siguiente pregunta: Si me compro un híbrido enchufable, a lo largo de los años tendré que realizarle el mantenimiento correspondiente a su motor de combustión -cambios de aceite, de filtro, de correa…-. Pero, si me compro un eléctrico, a los 10 ó 12 años tendré que sustituir la batería, lo que supone un coste de unos 6.000 €. Una cantidad que, sinceramente, no me parece viable para un vehículo de cierta antigüedad. Visto lo visto, ¿qué es mejor?, ¿comprar un híbrido enchufable o un eléctrico?
Vamos a tratar de darle una resupuesta. Hay que abordar dos aspectos de forma conjunta: la autonomía que necesites y cómo se produce la degradación de la batería. Comencemos por el asunto de la autonomía que se necesite. Dejando a un lado el mantenimiento de su motor térmico, el fin de un híbrido enchufable es utilizarlo en modo eléctrico la mayor parte del tiempo y eso significa que su batería se va a ver sometida a una degradación similar a la de un coche 100% eléctrico. Esa degradación puede rondar el 30% durante los primeros ocho años o 150.000 kilómetros y, para un híbrido enchufable con 40 km de autonomía eléctrica, eso supone ver esa cifra rebajada a 28 km. Eso no significa que haya que sustituir la batería obligatoriamente; sólo que el coche cada vez tiene menos autonomía eléctrica.
En el caso de un eléctrico pasa algo similar. Por ejemplo, un Renault Zoe ZE40, que nuevo tiene una autonomía ‘real’ de unos 300 km, seguramente habrá perdido algo menos del 30% de esa cifra cuando supere los 150.000 km. La capacidad de aceleración y el resto de funcionalidad del coche permanecen; sólo se reduce la autonomía. Tienes que tener en cuenta que las baterías de los híbridos enchufables viven mucho más ‘estresadas’ porque, una vez que se agota la autonomía eléctrica y el coche comienza a funcionar como un híbrido, comienzan a cargarse y descargarse continuamente con cada frenada y aceleración, y eso acelera notablemente el envejecimiento.
La pregunta es si un eléctrico con 200 km de autonomía va a seguir cubriendo tus necesidades, porque en ese caso no hay ninguna necesidad de sustituir la batería.
En cuanto al coste de sustituir una batería, es muy difícil estimarlo a ocho años vista -antes, suele estar cubierta por la garantía-. En la actualidad, las baterías de los híbridos enchufables no son especialmente baratas. Tomemos como ejemplo un Mitsubihi Outlander PHEV, que es el enchufable más vendido en la actualidad y su batería cuenta con 8 años de garantía o 160.000 kilómetros. En la actualidad, una batería nueva cuesta 6.840€, impuestos incluidos. Se trata de un precio ‘virtual’, ya que no existen Outlander que hayan superado el periodo de garantía (al menos, en lo que a años se refiere). En cuanto a los eléctricos, los precios de sus baterías oscilan bastante. Por ejemplo, la batería de un Nissan Leaf de 40 kWh cuesta 8.700€, mientras que la de un BMW i3 se va hasta los 14.000 euros.
Lógicamente, es imposible pronosticar a qué ritmo va a descender el precio de estos componentes. Obviamente, no se van a encarecer. Sin embargo, en su precio va a influir el abaratamiento de la materia prima para hacer las baterías (en positivo) y lo escasa que haya sido la tirada del vehículo (negativamente).