La impresión 3D es el último grito en la factoría de Porsche. El fabricante alemán es consciente del valor que tienen muchos de sus modelos más clásicos y de lo atractivos que resultan en el mercado para muchos apasionados del automóvil que los buscan en portales de ocasión para contar con un vehículo diferente a las opciones actuales en su garaje.
Uno de los problemas para estos coches clásicos son las reparaciones, ya que en muchos casos resulta muy complicado encontrar piezas y repuestos. Para intentar resolver este problema, la firma alemana está trabajando ya con la tecnología de impresión 3D para la fabricación de este tipo de elementos.
Porsche ha sido una de las primeras marcas en fabricar piezas a través de la impresión 3D con éxito. El mayor obstáculo para los expertos restauradores de la marca son las piezas fuera de stock y eso que Porsche Classic dispone actualmente de un catálogo formado por unas 52.000 piezas.
No obstante, Porsche limita esta novedosa forma de producción a algunas piezas de suministro limitado cuyos costes serían muy elevados en cadena de montaje. Así, de todas las piezas del catálogo de Porsche Classic, nueve se están produciendo con esta técnica, mientras que el resto se fabrican o bien en la cadena de montaje o bien utilizando herramientas originales.
La impresión 3D no es una moda
No obstante, cabe destacar que Porsche no es el único fabricante que ha recurrido a esta técnica. Ford, por ejemplo, emplea la impresión 3D para reducir significativamente el tiempo de desarrollo gracias a la utilización de piezas prototipo que permiten a los diseñadores e ingenieros probar y refinar rápidamente una variedad de opciones diferentes; Volkswagen anunció el año pasado que utilizaría la impresión 3D para la fabricación de recambios correspondientes a algunos de sus vehículos más clásicos; y BMW, lleva más de 25 años utilizando esta técnica en diversos proyectos.