En el pasado NIO Day 2024 celebrado en China, la marca desveló oficialmente Firefly, su nueva filial “budget-friendly” (es decir, ni muy cara… ni tirada de precio) centrada en vehículos urbanos y asequibles para un público joven. Sorprende que el primer modelo de esta submarca lleve precisamente el mismo nombre, una estrategia de marketing similar a la de BMW con Mini o a la de Smart. Lo que todavía está por ver es si este Firefly hará honor a su promesa de compacto urbano que busca la cuadratura del círculo: bajo coste, diseño llamativo, tecnología suficiente y un planteamiento global.
Lo primero que llama la atención es su precio de partida para China: 148.800 yuanes (algo más de 20.000 euros al cambio actual), en línea con los agresivos descuentos recientes del Mini Cooper eléctrico en el gigante asiático. A priori, se erige como un rival directo de propuestas como el BYD Dolphin o el Volkswagen ID.3, sin olvidar el Smart #1 que empieza a despuntar en Europa. Sin embargo, los directivos de NIO han matizado que su estrategia prioritaria ya no es entrar en Europa de manera inmediata, debido a las frías ventas del grupo en el Viejo Continente y al reciente incremento de aranceles. ¿Podría haber desembarco en Europa en la segunda mitad del año? Lo que está claro que antes, en abril de 2025, el Firefly se comercializará en China.

Nace una nueva marca: Firefly
Firefly nace como la tercera familia de productos de NIO, tras la propia marca matriz de corte premium (NIO) y la “familiar” Onvo. Con ella, la compañía pretende apuntar a los usuarios más jóvenes que buscan un primer coche eléctrico, barato de adquirir y de mantener. Lejos de tratarse de un concept-car, el Firefly, tanto la marca como el modelo, ya está disponible en pre-venta en China y aspira, según sus responsables, a convertirse en un éxito global.
Pese a su aparente vocación europea, la realidad es que Firefly dará sus primeros pasos en China. El brutal mercado eléctrico de aquel país, con una durísima guerra de precios en marcha, servirá de laboratorio de pruebas. Allí se enfrentará a rivales como el BYD Dolphin o versiones de acceso de fabricantes locales con precios cada vez más agresivos. Con este panorama, más vale que el Firefly sea muy buento tanto en términos estéticos como prácticos y tecnológicos, o acabará engrosando la lista de compactos chinos de bajo coste que, por desgracia, pasan bastante desapercibidos cuando cruzan la frontera.
Por otra parte, su presentación deja entrever detalles de diseño que recuerdan a otros urbanos —mucha gente ve guiños al Honda e—, aunque su tamaño real no ha sido desvelado oficialmente. Sí se ha confirmado una distancia de giro de apenas 4,7 metros, según NIO “la más reducida de su categoría”, y la posibilidad de que su interior sea sorprendentemente espacioso gracias a su plataforma específica eléctrica.

Un modelo con aspiraciones globales
En un principio, Firefly estaba concebida como la baza de NIO para triunfar en Europa con coches pequeños de coste contenido. Pero la puesta en marcha de nuevos aranceles en la UE (de media, un coche chino soporta en la actualidad un sobreprecio de un 30%) y las modestas ventas de NIO en Alemania —donde apenas vendió 29 unidades en noviembre— han aconsejado un replanteamiento. Aun así, Daniel Jin, máximo responsable de la submarca, asegura que Europa sigue estando “muy presente” en sus planes, aunque sea un mercado complicado.
Se habla de segundo semestre de 2025 como fecha tentativa de llegada a algún país europeo, con una hoja de ruta que también contempla la expansión a otros territorios emergentes, como Sudeste Asiático y Latinoamérica, incluso antes de asaltar definitivamente el Viejo Continente.
Eso sí, la marca parte con un as bajo la manga: la posibilidad de ofrecer las baterías en un régimen de alquiler e intercambio. Aunque en Europa el alquiler de baterías nunca ha funcionado bien (modelos como el Zoe lo intentaron, pero sin buenos resultados), en China es una modalidad que eligen más del 70% de los clientes de NIO. Una de las claves reside en la facilidad para «intercambiar» fácilmente tu batería en estaciones automáticas de cambio que permiten completar la operación en unos 3 minutos, proporcionando de forma casi mágica una nueva batería, cargada y en buen estado en términos de degradación.

Una estrategia de recarga diferente
Por supuesto, las estaciones de Firefly serían especiales y diferentes de las de NIO y Onvo, por una cuestión de tamaño. Aunque de momento esto obliga a crear una red de estaciones de cambio independientes, desde la firma aseguran que serán “mucho más baratas y fáciles de instalar” que las de los modelos premium de NIO, lo que podría favorecer su expansión más rápida si hubiese suficiente demanda.
A día de hoy, NIO mantiene 2.800 estaciones de intercambio de baterías en China y 59 en Europa, pero ninguna de ellas puede dar servicio directo al Firefly. La estrategia consiste, según sus responsables, en desplegar puntos allí donde la demanda lo justifique, evitando estaciones con baja ocupación. En China, donde las cifras de ventas de casi cualquier modelo son mareantes, es fácil apoyar el despliegue de una de estas redes… pero para que la idea arraigue en Europa, un coche como el Firefly tendría que ser terriblemente exitoso entre los particulares o muy preferido por el sector del carsharing.
La opinión de Autofácil…
Cuando se presentó Firefly como la “llave maestra” de NIO para conquistar a un público juvenil y urbanita, muchos se entusiasmaron. Sin embargo, la compleja realidad del mercado —tanto en China como en Europa— nos obliga a contemplar este lanzamiento con cierta cautela. A pesar de su precio rompedor de salida, la marca aún no ha desvelado datos críticos como autonomía, potencia real o costes mensuales del alquiler de batería.
Por otro lado, la experiencia de NIO en la construcción de coches eléctricos premium es indiscutible: la calidad de materiales, la apuesta tecnológica y la valentía al plantear la recarga por intercambio son valores añadidos que podrían convencer a más de uno. Pero, a la vez, el antecedente de unas discretas ventas en Alemania y otros mercados europeos no da mucha confianza. Además, la fuerte competencia de otros urbanos eléctricos (algunos ya a la venta… y otros por llegar, como el Hyundai Inster o el BYD Seagull) están empezando a sobrepoblar el segmento antes incluso de que realmente acapare ventas.
Actualmente, nosotros no vemos el mercado europeo como lo bastante grande y maduro como para que el arma secreta del intercambio de baterías marque la diferencia con el Firefly o con NIO en general… pero ese panorama cambiará en los próximos 10 años. Si NIO hace su jugada en los momentos y países correctos, podría funcionar. Seguiremos de cerca su evolución.