Tras el anuncio a mediados de septiembre de Renault de una «Declaración de Intenciones» con Lotus, los equipos de Renault han trabajado en paralelo y analizado las condiciones de una vuelta a la Fórmula 1. La atención se ha centrado especialmente sobre la capacidad de participar con éxito en este campeonato y en las condiciones económicas de una vuelta como escudería desde 2016.
Volviendo a convertirse en una escudería al 100%, Renault podrá beneficiarse por completo de sus victorias. El posicionamiento como proveedor de motores tenía sentido, pero ha mostrado sus límites. El efecto sobre la imagen de marca y la rentabilidad obtenida, teniendo en cuenta la inversión necesaria para el desarrollo del nuevo motor, ha sido débil.
El trabajo continúa para llevar a cabo, en el menor plazo, el acuerdo sobre la compra de Lotus F1 Team. Los principales contratos se han firmado el 3 de diciembre de 2015. Lotus F1 aparece, en efecto, como la mejor escudería posible para realizar la operación. Renault y Lotus F1 se conocen desde hace 15 años y han sido campeones del mundo juntos en 2005 y 2006.
Para Renault, la Fórmula1 es un medio para acelerar su desarrollo, continuar en primera línea de las evoluciones tecnológicas de este deporte, y proseguir con el puente que une la alta tecnología desarrollada para la Fórmula 1 y las tecnologías para los vehículos de serie, en particular en el campo de la tecnología eléctrica e híbrida. En línea con este compromiso, Renault desarrollará la gama R.S., reforzando sus inversiones, con el fin de estar presente en todos los continentes con vehículos adaptados a más segmentos.
Renault está presente de manera continua en la Fórmula 1 desde hace 40 años. Renault revolucionó la Fórmula 1 inventando en 1977 el motor Turbo, que se convirtió rápidamente en una referencia, y que ha ganado 168 carreras, 12 títulos de constructores y 11 títulos de pilotos, disputando más de 600 Grandes Premios.