Prueba del Seat León 1.5 TGI de Gas Natural

Seat es la marca que más fuerte apuesta por el GNC como combustible alternativo. La cuestión es, ¿es el Seat León de Gas Natural más interesante que las versiones de gasolina o diésel?
Hay muchas marcas que apuestan por el GLP (Gas Licuado de Petróleo) como combustible alternativo, una tecnología barata y sencilla pero menos limpia y ahorradora que el GNC (Gas Natural Comprimido). Seat es el fabricante más interesado en este combustible, pues cuenta con versiones de GNC (las que comercialmene denomina TGI) en muchos de sus modelos, desde el pequeño Mii al León, pasando por el Ibiza y el Arona.
El GNC es un combustible alternativo limpio y ahorrador, pues además de consumir poco, el precio de cada kilo de GNC se sitúa en la actualidad a en torno a 0,92 euros. Bien es cierto que la red de estaciones de servicio de GNC es pequeña. A día de hoy existen 65 estaciones de GNC en España, y muchas de ellas en torno a grandes ciudades como Madrid o Barcelona, si bien es cierto que hay otras 44 en fase de desarrollo que deberían estar operativas en 2020. Para conocer dónde se ubican exactamente, puedes hacerlo aquí.
El caso es que a pesar de esa limitada red de estaciones de repostaje, la demanda de coches de GNC es cada vez mayor. En 2017, Seat vendió 3.991 coches de GNC, mientras que en 2018 se agotaron todas las existencias a mediados de año, cuando se llevaban vendidas 11.599 unidades.
¿Cómo es la gama TGI de Seat?
El Seat Mii GNC es el coche de Gas Natural más barato del mercado. Cuenta con un motor 1.0 de 68 CV y es perfecto para ciudad. Por encima de él se sitúan los Ibiza y Arona, que emplean un motor 1.0 TGI de 90 CV, ya más capaz de emprender largos trayectos. Por último, El Seat León TGI, que se vende con carrocería de 5p o familiar ST (por 1.020 euros más), estrena un nuevo motor 1.5 TGI de 130 CV que reemplaza al antiguo 1.4 TGI de 110 CV.
Además, los tanques de GNC también se renuevan. El antiguo León TGI disponía de dos depósitos de acero bajo el piso del maletero, mientras que el nuevo modelo los reemplaza por dos tanques de un compuesto de fibra de carbono a los que se suma un tercer depósito, este de acero, bajo los asientos traseros. Como resultado, la capacidad para GNC crece de 15 a 17,3 kg, aunque a cambio el depósito de gasolina se reduce de 50 a 9 litros. Bien es cierto que esto merma la autonomía total, pero también lo es que el verdadero sentido de un coche de GNC es utilizarlo con GNC.
Seat León 1.5 TGI: ¿Cuáles son sus virtudes?
El León TGI va igual de bien que un León de gasolina. Es ágil, muy estable, agradable de conducir y su motor de 130 CV ofrece prestaciones más que sobradas, aunque es cierto que en el último tramo de revoluciones es levemente menos impetuoso que la versión 1.5 TSI de idéntica potencia. Pero la gran virtud del León TGI está en su ahorro. Llenar los depósitos de GNC cuesta unos 16 euros, con los cuales se puede recorrer unos 430 km teniendo en cuenta que, en uso real, el León TGI gasta 4,0 kg/100 km.
La autonomía total es de unos 580 km si sumamos la aportada por los 9 litros de gasolina. Sólo hay dos casos en los que el León TGI funciona con gasolina, además de lógicamente cuando se agota el GNC: cuando el líquido refrigerante se encuentra a menos de -10ºC, y justo tras repostar gas, mientras la centralita adapta la cartografía del encendido a la calidad del gas introducido (cuestión de segundos).
¿Y cuáles son sus defectos?
Pocos. El principal es la escasez de estaciones de servicio, pero de eso no tiene la culpa. El León TGI, respecto a un León de gasolina o diésel, sólo cede en dos cosas: autonomía y maletero. Los depósitos de GNC elevan unos centímetros el suelo del maletero, reduciendo su capacidad en 105 litros: de los 380 L del resto de la gama León, se pasa a 275 L en el León TGI. Esto también es aplicable a la carrocería familiar ST: de 587 L a 482 L.
¿Y el mantenimiento*?
A la hora de hablar del mantenimiento y revisiones de los Seat TGI, y de los coches de Gas Natural Comprimido en general, tenemos que distinguir entre el plan de mantenimiento del fabricante y las inspecciones obligatorias que tienen que pasar estos vehículos por el hecho de contar con un sistema de alimentación de CNG.
Comenzando por el plan de mantenimiento oficial de Seat, es como sigue:
Por un lado, los Seat TGI tienen que pasar a los 3 años, y después cada dos años (es decir, a los 3, 5, 7 , 9 años y así sucesivamente), una revisión consistente en una «comprobación visual del circuito de CNG y filtros». El término que se suele utilizar para esta comprobación es «inspección visual de la estanqueidad del circuito».
Y por otro lado, a los cuatro años, y después cada dos años hasta los diez años, y a partir de esos diez años, de forma anual (es decir, a los 4, 6, 8, 10, 11, 12 y así sucesivamente) tienen que superar una comprobación de las estanqueidad de las botellas de CNG. Esa comprobación se realiza en las instalaciones de Seat, pero no la realiza la propia Seat, sino un agente homologado, que en este caso es SGS. El término que se suele utilizar para esta comprobación es «inspección de la estanqueidad de las bombonas».
Los plazos de esas revisiones y lo que hay que hacer en ellas los ha establecido Seat como fabricante empleando su criterio y de la misma manera que establece, por ejemplo, cuándo se debe cambiar el aceite. Obviamente, son obligatorias mientras dure el plazo de garantía del vehículo para conservar dicha garantía.
Después, están las inspecciones que obligatoriamente tienen que superar estos vehículos por el hecho de contar con depósitos de CNG. Estas revisiones son un requisito legal. Es decir, circular con el vehículo sin haberlas superado es ilegal, y sin superarlas no se puede pasar la ITV. Aunque coinciden en cuanto a procedimiento con las que Seat especifica en su plan de mantenimiento, no coinciden en los plazos.
La primera, «inspección visual de la estanqueidad del circuito», se tiene que superar cada vez que se pasa la ITV. Esta inspección la realizan los técnicos de la ITV, y están obligados a realizarla ellos mismos, tal y como viene recogido en el actual manual de ITV. Es decir, la ITV no puede omitir esta inspección ni siquiera si presentas el certificado que Seat te proporciona tras haberla superado en sus instalaciones. Esto es algo que especifica claramente el manual de ITV actual: las ITV no pueden subcontratar ni subrogar ninguno de los procedimientos que obligatoriamente están obligados a realizar.
La «inspección de la estanqueidad de las bombonas» hay que realizarla legalmente cada cuatro años. Esta inspección no la realizan los técnicos de la ITV: hay que acudir a una entidad homologada que expide un certificado que se tiene que llevar a la hora de superar la ITV. Seat tiene contratado con SGS la prestación de este servicio en sus instalaciones, pero obviamente el propietario es libre de acudir a cualquier otra entidad.
Una vez que se consigue el certificado, se dispone de tres meses para acudir con él y el vehículo a la ITV para superar la Inspección Técnica de Vehículos. Aunque se siga el programa de mantenimiento de Seat y se obtenga un certificado de estanqueidad de las bombonas en los años 6 y 10, en la ITV no van a solicitar ese certificado; su obligación actual es hacerlo cada cuatro años.
Finalmente, cada 20 años hay que realizar la sustitución o retimbrado de los depósitos. Obviamente, la sustitución consiste en montar unos nuevos. El retimbrado consiste en su desmontaje e inspección a fondo (prueba de presión, revisión con ultrasonidos, etc).
Lógicamente, en los próximos dos lustros la normativa UNE 26525 podría evolucionar, de manera que aún es pronto para saber qué ocurrirá en ese momento (y, sobre todo, qué coste tendrá legalizar esos vehículos para seguir utilizándolos).
Hay varias cosas adicionales que conviene aclarar/recalcar. La primera es que el régimen de revisiones de Seat es más severo que el mínimo legal establecido por la normativa de inspecciones, lo cual no es malo. Seat cifra en 200 € por cada cuatro años el sobrecoste que supone este plan de mantenimiento en comparación con un modelo de gasolina convencional.
La segunda es que este artículo trata de un vehículo Seat y por eso nos estamos ciñendo a analizar el programa oficial de mantenimiento de Seat. Estos plazos de revisión NO son extrapolables a cualquier otra marca. Los de inspección SI son extrapolables, porque afectan cualquier vehículo de la categoría M1 dotado de depósitos de CNG, con independencia del tipo de depósito, etc.
La tercera es que existen circunstancias es las que los depósitos deben superar una inspección inmediata. Segun SGS, estas circunstancias son:
— El vehículo ha estado implicado en un accidente. — La botella de combustible o el vehículo en el que está instalada resultan implicados en un incendio. — La botella ha sido expuesta a calor excesivo. — La botella ha sufrido una caída o un impacto. — Se sospecha que la botella tiene o ha sufrido daños. — Cada vez que se reinstala la botella después de su retirada del vehículo.
Por lo demás, las revisiones del León 1.5 TGI son esencialmente idénticas a las del León 1.5 TSI.
¿Interesa respecto al León de gasolina y diésel?
Sólo la escasez de estaciones de servicio y la merma de maletero juegan en su contra. Por lo demás, interesa y mucho. El León 1.5 TGI cuesta 1.020 euros más que el 1.5 TSI, pero puede recorrer 100 km por unos 3,6 euros (su consumo real es de 4,0 kg/100 km a un precio de 0,92 euros/kg), mientras que recorrer 100 km con el León de gasolina cuesta unos 8 euros (6,1 l/100 km a 1,32 euros/litro), es decir, más del doble. En la comparación con el León diésel, el TGI también sale ventajoso: recorrer 100 km con el León 1.6 TDI, que además a igualdad de acabado es 500 e más caro, sale por 6,2 euros (4,9 l/100 km a 1,27 euros/litro).
- Lo mejor: Bajo coste por km, calidad de construcción, gran comportamiento.
- Lo peor: Cede en maletero y autonomía, red de estaciones de servicio.
Versión recomendada: 1.5 TGI Style
Motor | 4 cilindros, 1.498 cc, 4 válvulas por cilindro |
Potencia | 130 CV de 5.000 a 6.000 rpm |
Par | 200 Nm de 1.400 a 4.000 rpm |
Largo / ancho / alto | 4,28 m / 1,81 m / 1,45 m |
Velocidad máxima | 206 km/h |
0-100 km/h | 10,1 segundos |
Consumo mixto | 3,6 l/100 km |
Emisiones CO2 | 98 g/km |
Maletero | 275 litros |
Peso | 1.226 kg |
Cambio | Manual, 6 velocidades |
Tracción | Delantera |
* Tras la publicación de este artículo hemos editado y ampliado la información originalmente publicada relacionada con el mantenimiento. La razón ha sido corregir parcialmente y ampliar dicha información.