El prototipo experimental lleva instaladas tres cámaras de la cartera de productos de Continental. Desde el punto de vista técnico, se trata de cámaras de 360° con un ángulo de apertura distinto. En lugar de los retrovisores utilizados hasta ahora, dos monitores muestran al conductor en las direcciones visuales habituales lo que sucede en el entorno trasero y lateral del vehículo.
Además de ampliar el campo visual, otras de sus ventajas son: no producen deslumbramientos, permiten reconocer el estado del tráfico mediante funciones de asistencia a la conducción, son mucho menos susceptibles de ensuciarse, descartan el riesgo de sufrir daños como los retrovisores exteriores, mejoran la visibilidad al amanecer, al atardecer y con lluvia, y reducen el consumo del vehículo y el ruido aerodinámico.
Para lograr siempre una iluminación óptima en las imágenes mostradas en los monitores, las cámaras disponen de la función High Dynamic Range (HDR), capaz de reducir el brillo del sol sobre superficies blancas sin que se produzca sobreexposición o de mejorar la visibilidad durante el amanecer y el atardecer, entre otras cosas.
Las lentes recubiertas de las cámaras laterales son menos sensibles que los espejos convencionales y disponen de menos superficie que pueda ensuciarse, mejorando así la visibilidad hacia atrás incluso con mal tiempo.
La tercera cámara se encuentra en el techo, discretamente integrada en el soporte de la antena GPS. A partir de las imágenes captadas por las tres cámaras, el sistema de procesamiento de imágenes compone una imagen adecuada para cada monitor. Además de las imágenes que muestran los espejos convencionales, se cubren áreas que el conductor no podría abarcar desde su punto de visión normal, ampliando así el campo visual.
Estos espejos digitales aumentan la seguridad, la eficiencia y el confort.