Toyota sigue invirtiendo en seguridad y ayudas a la conducción mediante la aplicación de diferentes tecnologías como el Toyota Safety Sense, que fue introducido escalonadamente a partir de 2015 como un sistema diseñado para ayudar a evitar o mitigar las colisiones en un amplio intervalo de velocidades del vehículo, o el Sónar de Separación Inteligente (ICS), un sistema que ayuda a evitar las colisiones provocadas por errores de uso de los pedales en aparcamientos y garajes, que suponen alrededor del 30% de todos los accidentes.
A partir de datos del Instituto de Investigación de Accidentes de Tráfico y Análisis de Datos de Japón, Toyota ha comprobado que aquellos vehículos equipados con los vehículos con Toyota Safety Sense P y Sónar de Separación Inteligente (ICS) presentan una reducción de alrededor del 90% de las colisiones traseras en comparación con los que no cuentan con ninguno de estos sistemas de seguridad.
La idea de Toyota es comercializar cada vez más vehículos equipados con Toyota Safety Sense e ICS, pero también seguir promoviendo los programas Support Toyota para formar en seguridad vial a conductores, peatones y demás actores involucrados. Así, además de seguir potenciando las pruebas de conducción con ICS, que empezaron este año en varios concesionarios, Toyota tiene previsto potenciar las pruebas de la función de frenado automático del sistema Toyota Safety Sense.
Por otro lado, Toyota seguirá impulsando el proyecto City Firefly, un programa de concienciación de seguridad vial lanzado el año pasado junto con los concesionarios y tomará medidas para reducir los accidentes nocturnos mediante otros programas de concienciación.
En definitiva, el objetivo de Toyota es contribuir a la eliminación de las víctimas y heridos por accidentes de tráfico, basándose en iniciativas que den lugar a la fabricación de automóviles realmente seguros; iniciativas en torno a las personas; e iniciativas en torno al tráfico.