Por el problema de los airbags defectuosos

Toyota llama a revisión a tres millones de vehículos

Antonio Moraleja
Antonio Moraleja
Toyota ha decidido llamar a revisión a otros tres millones de vehículos por el mismo problema de seguridad que ya afectó a más de cinco millones de modelos en todo el mundo debido a sus airbags defectuosos.


El problema de los airbags defectuosos de Takata sigue trayendo quebraderos de cabeza a muchos fabricantes, entre ellos Toyota que se ha visto obligada a llamar a revisión a otros tres millones de vehículos en todo el mundo debido al defecto en sus airbag producidos por Takata y que podrían poner en riesgo la integridad de los ocupantes del vehículo en caso de accidente. Cabe recordar que Toyota ya llamó a revisión a casi seis millones de vehículos de todo el mundo el pasado mes de octubre por el mismo problema.

Entre los modelos afectados por esta nueva llamada a revisión se encuentran el RAV4, el Yaris, el Alphard/Vellfire o el Auris. A nivel geográfco, la medida afectará sobre todo a los países asiáticos en los que Toyota tiene una mayor presencia. En total unos 750.000 vehículos comercializados en Japón, 650.000 en China, 350.000 en Europa y otros 1.160.000 en el resto del mundo deberán pasar por los servicios oficiales de Toyota para solucionar el problema. En esta ocasión, Estados Unidos, uno de los países más afectados por este escándalo, queda exento de la llamada a revisión.

Los fallos en los airbags de Takata, expandidos por todo el mundo al afectar hasta a 14 fabricantes distintos y a más de 24 millones de coches, han provocado ya la muerte de más de una decena de personas. El problema viene dado porque los airbag explotan de forma muy violenta y lanzan trozos de metal a la cabina del vehículo, poniendo en riesgo la integridad de los pasajeros.

Este fallo fue detectado en 2014 y los propios trabajadores de Takata declararon que la compañía conocía el defecto de inflado y que manipuló los resultados para convencer a las marcas de que montasen su producto. Según EFE, la nueva llamada a revisión tiene lugar después de las consultas entre Toyota y diversas autoridades reguladoras nacionales, y de la investigación llevada a cabo por la Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera de Estados Unidos (NHTSA).