La aguja del velocímetro sube de forma rápida, progresiva e implacable mientras yo me limito a pisar el acelerador cómodamente sentado en unos asientos con un excelente apoyo lumbar. Acabo de subirme al nuevo Mercedes EQB, la versión eléctrica del Mercedes GLB y, obviando la ruta urbana que proponían desde la marca, he optado por buscar alguna carretera secundaria cercana a la capital… Pero, permíteme que retroceda unos 20 minutos en el tiempo.
Cuando contemplo por primera vez el EQB, me parece… continuista. Es, básicamente, un Mercedes EQA embutido en la carrocería del GLB (ver ‘Tecno’). Y aunque Mercedes ha dotado al EQB del frontal de líneas afiladas propio de sus modelos eléctricos EQ (también ha incluido las características bandas lumínicas que unen los faros de los EQ, tanto en el frontal como en la parte posterior), logrando además un estupendo Cx de 0,28; el resto permanece intacto. Aunque ese continuismo tiene muchas cosas buenas.
La principal novedad del EQB son, por supuesto, sus motores eléctricos. Mercedes ofrece tres variantes mecánicas: el 250, con un único motor de 190 CV y tracción delantera; y los 300 y 350 (de 228 y 292 CV, respectivamente), que al incluir un segundo propulsor en el eje trasero disponen de tracción total. En todos los casos, la batería cuenta con 66,5 kW, lo que supone que el EQB puede recargarse al 100 % en 5,75 horas conectado a un cargador de 11 kW… o alcanzar el 80 % de carga en apenas 32 minutos conectándolo a un cargador rápido de 100 kW.
¿La autonomía del EQB? De 469 km en el 250; 420 km en el 300; y 417 km en el 350. Unas cifras que, a los mandos del EQB 300 4MATIC que conduzco ahora, me permiten que apenas me tenga que fijar en el indicador de autonomía, situado en la pantalla digital que hace de cuadro de instrumentos. Esta es una de las características que el EQB mantiene del GLB. Y también lo son los buenos acabados y el logrado aislamiento (tanto de ruido como de vibraciones) del habitáculo, que en este EQB se ve magnificado por la propulsión eléctrica.
Y sé de lo que hablo: he acudido a esta presentación en otro eléctrico de origen chino y la diferencia entre un coche y otro, aún siendo políticamente correcto, es ‘notable’.
La cuestión es que el EQB aísla muy bien a sus ocupantes, que viajarán como si lo hicieran en una cómoda nube… incluso si se circula rápido. Y es que, aunque todos los EQB limitan su velocidad a 160 km/h, la aceleración de este 300 4MATIC no es mala (de 0 a 100 km/h en 8 segundos) y, en el modo de conducción Sport (ofrece otros tres: Confort, Individual y un muy limitado modo Eco), la respuesta del vehículo ante un acelerón lo catapulta hacia delante con mucho brío.
Por otro lado, la dinámica del coche raya a buena altura, ya que la dirección es precisa; la suspensión resulta cómoda pero es también lo suficientemente firme como para contener sin problemas los 2.175 kg del EQB, tanto en frenadas como en curvas; y el equipo de frenos se muestra agradablemente progresivo y dosificable (sorprende que, frente a la mayoría de eléctricos, el pedal de este EQB no necesita unos centímetros de recorrido para empezar a aplicar fuerza de frenado).
Cuestión aparte es el consumo que, debido al peso del coche, se aleja bastante de los 18,2 kWh que homologa Mercedes para este EQB 300 4MATIC: durante nuestra prueba, mezclando carreteras secundarias, vías rápidas y recorridos urbanos, y sin buscar una conducción especialmente eficiente, hemos registrado una cifra de 22,5 kWh. Pero, dejando el consumo a un lado, hay algo más que chirría…
Seamos claros. El verdadero problema es que el EQB es demasiado consecuente con su carácter familiar. Recuerda que tiene una carrocería de 4,68 metros y una distancia entre ejes de 2,83 m que le otorga un amplio espacio para los ocupantes traseros; máxime cuando, de serie, estas butacas se pueden regular longitudinalmente en 14 cm y que, asimismo, permiten variar la inclinación de su respaldo.
Ahora bien, hay que señalar que el montaje de las baterías ha elevado un par de centímetros la altura del piso respecto al GLB, lo que ha restado algo de altura al habitáculo; aun así, adultos de hasta 1,85 m irán cómodos en las plazas traseras. Y si buscas la máxima practicidad, el EQB puede contar, incluso, con una tercera fila de asientos abatibles. Es una opción que cuesta desde 1.017 euros pero la propia Mercedes reconoce que están pensadas sólo para personas de hasta 1,65 metros de altura. Eso sí, esto le convierte, por ahora, en el único eléctrico con siete plazas a la venta en España.
Y si hablamos del maletero, aunque el del EQB pierde capacidad frente al del GLB (que cubica hasta 570 litros), el último eléctrico de Mercedes aún ofrece 495 litros en las versiones de cinco plazas y 465 litros en las de siete.
Así las cosas, el EQB es un eléctrico muy bien hecho y agradable de conducir. Pero en el que los ingenieros han primado una pátina de confort que, aunque satisfará a la inmensa mayoría de sus clientes, también hace que este coche tenga serios problemas para alterarte el pulso.
Tecno
El EQB utiliza la plataforma MAF2 que estrenó el Clase A y que también usan el Clase B, el CLA y el SUV GLA. Además, el EQB recurre a los mismos motores (250, 300 y 350) de la versión eléctrica del GLA, el EQA… y también a su misma batería de 66,5 kW útiles y que, como en el EQA, va colocada bajo los asientos. Por todo ello, resulta curioso que el EQB no se fabrique junto al EQA en Rastatt (Alemania) sino en la planta húngara de Kecskemét.
Mercedes EQB 300 4MATIC: ficha técnica
- Motores: Eléctricos, asíncrono el delantero y síncrono el trasero
- Transmisión: De una relación
- Tracción: A las cuatro ruedas
- Potencia: 228 CV (168 kW)
- Par: 390 Nm
- 0-100 km/h: 8,0 segundos
- Vel. máx.: 160 km/h (limitada)
- Peso (DIN): 2.175 kg (9,54 kg/CV)
- Precio: desde 58.464 euros