El Land Rover original nace en 1948 de la mano de Rover para proporcionar, en un mismo vehículo, una herramienta agrícola, un automóvil y un todoterreno. Son los duros años de la posguerra de la II Guerra Mundial en una Inglaterra muy castigada por el conflicto bélico en la que, para desarrollar su vehículo, Rover se inspira en los Willys MB del ejército norteamericano, algunos de los cuales quedaron en Europa. Pero para el Land Rover se desarrolla una carrocería completamente cerrada (el clima manda) construida en aluminio ante la escasez de acero.
Todos motores de la saga Land Rover Defender: corazón de hierro
Con el paso del tiempo, esa carestía del acero será una de las armas definitivas que hará que los Land Rover clásicos (Serie I, II, IIA y III) primero y los Defender después adquieran una enorme fama por su resistencia a la corrosión, lo que permite que a día de hoy muchas unidades de estos todoterrenos clásicos sigan funcionando.

Este es el caso del Land Rover Serie I cuya historia recuperamos hoy; un recientemente subastado que fue vendido nuevo en 1953 por T. H. Nice ltd. a quien fue su primer propietario, Peter Binns, de Welwyn Garden City. Peter, piloto de carreras que comenzó a competir en 1936 en un Wolseley Hornet Special, disfrutó su Land Rover haciendo un uso ocasional de él y guardándolo siempre en su garaje en esta idílica ciudad residencial creada alrededor de 1920 en el condado de Hertfordshire, Reino Unido.
Tras su fallecimiento, la esposa de Peter conservó el vehículo inmovilizado en el garaje hasta 2016, cuando fue adquirido por su segundo propietario, quien se dispuso a volver a ponerlo en servicio manteniéndolo en el estado más original posible en lugar de someterlo a una profunda restauración.

Los trabajos para lograrlo fueron realizados por el entusiasta de la marca de renombre mundial Jake Wright, y en la actualidad el vehículo se encuentra en perfecto orden de marcha, como puede verse en el vídeo incrustado en esta misma noticia. Quienes lo han conducido afirman que en carretera se comporta bien, con una dirección sin holguras, frenos en perfecto estado de servicio y con su motor original de dos litros alimentado por un carburador Solex funcionando a la perfección.
Así, con sólo 34.000 millas (algo menos de 55.000 kilómetros), un único propietario durante más de 50 años, especificaciones completamente originales, matrícula FCF 187 y número de chasis 36102481, este Land Rover será subastado próximamente por Manor Park Classic, y se estima que su precio debería situarse en una horquilla de entre 28.000 y 32.000 libras, equivalentes a entre unos 32.000 y 37.600 euros. ¿Te animas a pujar por él?
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