Desde la OCU, consideran que estas revisiones multitudinarias «empiezan a ser demasiado frecuentes». Aunque valora positivamente que los fabricantes respondan con eficacia cuando detectan un problema, la OCU cree que ningún vehículo podría salir al mercado sin haberse comprobado previamente que su equipamiento de seguridad funciona como debe. Es decir, que se deberían mejorar los controles de calidad para que no hicieran falta tantas revisiones.
La llamada a revisión realizada por Toyota, Honda, Nissan y Mazda a nivel mundial, afecta a 53.615 unidades en España. De ellas, 17.000 unidades son de Toyota -de entre noviembre de 2000 y marzo de 2004- y 1.384, de Honda -fabricadas entre 2001 y 2003-. El problema: Un inflado defectuoso del airbag del acompañante, fabricado para todas estas marcas por Takata. Se han detectado casos de mal funcionamiento en Norteamérica, pero no se tiene constancia de ningún incidente en Europa.
Toyota ya había llamado a revisión a 7,5 millones de vehículos en todo el mundo en octubre del año pasado, por un problema en los elevalunas eléctricos; un mes después, la marca revisaba 20.000 unidades en España por defectos en la dirección y la bomba de agua. Es esta frecuencia con la que los fabricantes solicitan a sus usuarios que pasen por el taller a comprobar su vehículo lo que preocupa a la OCU.