A finales del año pasado, Opel anunció el lanzamiento de siete nuevos modelos a lo largo de 2017. Dicha ofensiva se cierra con el Opel Grandland X, un modelo posicionado en el segmento SUV-C en el que la marca alemana no tenía presencia en la actualidad.
¿Qué bazas tiene para destacar? Por una parte, su diseño exterior resulta vistoso, de esos que gustan a un público muy amplio, más aún en el caso del acabado superior Excellence, que incluye de serie llantas de 18″, cristales traseros oscurecidos y diversos elementos cromados -marco de las ventanillas, manetas de las puertas…-. Por otra parte, tiene un habitáculo y un maletero amplios en relación a su tamaño exterior -mide 4,48 metros de largo-, mientras que la terminación, sin ser lujosa, desprende buena calidad en líneas generales.
Su oferta mecánica, por otra parte, es escasa… de inicio, ya que crecerá en los próximos meses -ver siguiente página-. Eso sí, los dos motores disponibles –gasolina 1.2 de 130 CV y diésel 1.6 con 120 CV– son más que suficientes para todo tipo de uso.
En definitiva, el Grandland X es un SUV que, sin sobresalir del resto, no cuenta con defectos importantes. ¿Su principal problema? Que ese ‘resto’ son Peugeot 3008, Nissan Qashqai, Seat Ateca o Hyundai Tucson, auténticos superventas que le pondrán las cosas, cuando menos, complicadas.
Opel Grandland X: su interior
El salpicadero es muy similar al empleado en el Crossland X, con algunas diferencias, como que el Grandland X dispone de freno de mano eléctrico; de esta forma, queda un amplio hueco portaobjetos entre los asientos.
Progresa adecuadamente: Opel está mejorando paulatinamente la percepción de calidad de sus vehículos y, junto con el Insignia, el Grandland X es uno de los mejores ejemplos. No obstante, en una de las unidades de pruebas, equipada con el techo panorámico, el guarnecido del techo estaba suelto.
Notable: Los asientos delanteros son grandes y cómodos; además, pueden equipar ventilación -por 2.100 euros-, un detalle que no está disponible en el Peugeot 3008. Detrás hay bastante espacio… salvo en anchura.
Cabe todo: El maletero tiene 514 litros de capacidad -1.652 l si se abaten los asientos traseros-, un dato que le sitúa en la zona media-alta del segmento. De serie cuenta con un kit reparapinchazos, que puede reemplazarse por una rueda de repuesto de emergencia… que rebaja su capacidad en 26 litros.
Conectividad: Tiene una de las dotaciones más completas del segmento: USB, Bluetooth, Android Auto/Apple CarPlay, y el servicio de asistencia OnStar. Este último incluye llamada de emergencia en caso de accidente, reserva de hoteles… Tiene un periodo de prueba de un año, después cuesta 9,95 euros/mes o 99,5 euros/año. Incluye también Wifi para siete dispositivos, que requiere tarifa de datos -desde 7 euros/día con Vodafone-.
Opel Grandland X: en marcha
Las dos motorizaciones disponibles cumplen con creces en prestaciones pese a contar con una potencia, a priori, un tanto justa. Es especialmente destacable en caso del gasolina 1.2 tricilíndrico, que mueve con soltura los 1.350 kilos que pesa el Grandland X. Además, su funcionamiento pasa prácticamente desapercibido para los ocupantes.
En general, es un coche agradable de conducir, con una dirección que tiene el grado de dureza exacto y un accionamiento suave de todos los mandos. El cambio manual tampoco tiene mal tacto, aunque la palanca queda algo retrasada y los recorridos entre marchas son largos.
Este último apartado, junto a una suspensión tirando a blanda, hace que el Grandland X incite a una conducción tranquila, aunque su estabilidad es muy buena en toda circunstancia. Quien busque más dinamismo tiene opciones mejores, como el Seat Ateca, que puede disponer de amortiguadores de dureza variable o, en menor medida, el Ford Kuga.
Opel Grandland X: Otros aspectos de interés
Más versiones: En enero de 2018 se pondrá a la venta un diésel 2.0 CDTi de 180 CV, que equipará un cambio automático de ocho velocidades. A lo largo de ese mismo año se comercializarán más motorizaciones de ambos combustibles, con potencias entre 150 y 165 CV.
¿Y 4×4?: Habrá una versión del Grandland X con tracción total… que, además, será el primer híbrido enchufable de la marca. No llegará, al menos, hasta 2019, y equipará el sistema ya presentado en el DS 7 Crossback E-Tense, con un motor de gasolina y dos eléctricos.
Más ‘campero’: Toda la gama puede disponer opcionalmente de un paquete denominado All Road, compuesto por llantas de 18″ con diseño específico y neumáticos mixtos -M+S-, y el control de tracción IntelliGrip, que permite circular por superficies con poca adherencia. Con el acabado Excellence, cuesta 300 euros.