Entre todas las preparaciones que hemos visto en los últimos meses, el nuevo Rolls-Royce Cullinan camperizado de la compañía Delta 4×4 quizás sea una de las propuestas más ostentosas. Este taller independiente con sede en la región de Schorndorf (Alemania) cuenta con más de cuatro décadas de experiencia en la preparación de vehículos todoterreno. En su catálogo podemos encontrar diferentes paquetes de modificaciones para modelos como el Porsche 911, Mercedes-Benz Clase G o Suzuki Jimny.
En el caso del protagonista de este artículo, el Rolls-Royce Cullinan by Delta 4×4 apuesta por una lista de equipamiento con elementos como una suspensión sobreelevada, paneles plásticos protectores sobre la carrocería y los bajos, seis focos auxiliares, snorkel, una tienda de campaña sobre el techo, portaequipajes y neumáticos todoterreno diseñados para nieve, barro y arena.
Los mecánicos de Delta 4×4 también han instalado sobre el SUV de lujo de la firma británica unos guardabarros más anchos que dan cabida unas ruedas de 20 pulgadas (más pequeñas que las ruedas de 22 pulgadas que monta el modelo original) con neumáticos todoterreno de 33 pulgadas Mickey Thompson. El preparador germano también ofrece un kit de suspensión de alto rendimiento que, combinado con los neumáticos mencionados anteriormente, permite elevar la carrocería del Cullinan 15 centímetros respecto a las medidas que anuncia el modelo original.
No hay cambios bajo el capot del coche. Por lo tanto, el Rolls-Royce Cullinan continúa estando impulsado por el conocido motor V12 de 6.75 litros, que entrega una potencia de 571 CV y un par máximo de 850 Nm. Este bloque viene asociado a una transmisión automática de 8 velocidades que transfiere toda la fuerza sobre ambos ejes. De serie, el coche anuncia un pico máximo de velocidad de 250 km/h. Sin embargo, con todas las modificaciones que incluye la variante firmada por Delta 4×4, estas prestaciones podrían verse ligeramente mermadas.
Según ha anunciado el equipo de Delta 4×4, el precio de la preparación completa alcanza los 150.000 euros. Nada mal si tenemos en cuenta los casi 300.000 euros que cuesta el coche de serie. Según los datos que maneja Rolls-Royce, el pasado año se lograron vender un total de 5.586 unidades del lujoso todocamino en los diferentes mercados internacionales en los que opera la marca.