Así va a evolucionar el interfaz y la conducción de los coches hasta 2030

Álvaro Sauras
Álvaro Sauras
La evolución de los sistemas de propulsión y la del resto de tecnologías del automóvil son dos procesos que están vinculados por la necesidad de desarrollar plataformas (o más concretamente, kits modulares) para implementar los primeros. La creación de estas plataformas radicalmente nuevas abre la puerta a actualizar absolutamente todo lo demás y, especialmente, las ayudas a la conducción y el interfaz con el usuario.

Asistentes al poder

Una de las mejoras más importantes que se pueden realizar al desarrollar una nueva plataforma es la actualización del ‘paquete de sensores’. Es decir, montar sensores más variados, mejorados y capaces de comunicarse mejor entre sí. El paquete de sensores determina de qué van a ser capaces los asistentes a la conducción que se implementen sobre esa plataforma.

Asist
  • El paquete ‘clásico’: en el futuro se va a estandarizar un conjunto de sensores que va a permitir que el coche se haga una buena idea de lo que le rodea, y que podríamos denominar ‘el paquete clásico’. Está compuesto por: 12 sensores de ultrasonidos (detección a corta distancia y baja velocidad, por ejemplo de espacios de aparcamiento); cuatro radares de medio alcance montados en las esquinas (control de ángulo muerto, carriles adyacentes y tráfico perpendicular); un radar de medio y largo alcance en la calandra (funciones de control de crucero adaptativo y frenada de emergencia); cuatro cámaras perimétricas (funciones de aparcamiento); una cámara en el parabrisas (detección de obstáculos, peatones y señales); una en el habitáculo (atención del conductor) y, opcionalmente, un LIDAR frontal (un sensor parecido a un radar, pero con mejor resolución).
  • ¿Qué harán los asistentes? Por un lado, funciones de seguridad, como el frenado de emergencia a baja velocidad (evitando, hasta 50 km/h, todas las colisiones, tanto por alcance como en intersecciones o al girar), la asistencia a la evasión de obstáculos o la detección del sueño o incapacidad del conductor. Por otro lado, funciones de confort, como el aparcamiento automático (con el conductor a bordo del vehículo), la vigilancia del vehículo cuando está aparcado e incluso la toma de fotos y vídeos, tanto del exterior como del interior, para crear recuerdos de los viajes. Modelos como el Tesla Model 3, el Mercedes EQS o el BMW iX ya son capaces de ofrecer estas funciones.

Conducción autónoma

Los niveles 3 y 4 de conducción autónoma van a suponer un cambio radical en la forma en que usamos el automóvil, y nos van a ir preparando de manera progresiva para el momento en el que dejemos de conducir de manera voluntaria… o incluso, para cuando, en determinados entornos, se prohíba la conducción manual por resultar ‘demasiado’ peligrosa.

Nivel 3
Conducción de Nivel 3 en un Mercedes Clase S
  • Nivel 3: conducción condicionada Este tipo de conducción autónoma ya está disponible en Alemania. El término condicionada significa que el coche sólo puede asumir la conducción cuando se cumplen ciertas condiciones… y mientras se encuentre un humano al volante, que no tiene que conducir, pero sí debe de estar disponible para asumir la conducción en un tiempo razonable (de segundos) si se dejan de verificar esas condiciones. Actualmente, son condiciones bastante restrictivas. Debemos encontrarnos en una vía sin cruces (es decir, una autovía) que haya sido ‘homologada’ (tras verificar que se cumplen condiciones como una buena señalización; en Alemania ya se ha autorizado en 13.500 km de autobahn). Además, debemos de circular a menos de 60 km/h por encontrarnos en un atasco (nos deben preceder más coches que también circulan despacio). En la práctica, el coche conduce solo en atascos y hasta 60 km/h. El aumento de esa velocidad será lento y progresivo, porque requiere cambios legislativos.
  • Nivel 4: conducción automatizada Este nivel permite al coche funcionar sin la presencia del conductor, de forma puntual y muy restringida. La aplicación clave inicial va a ser el aparcamiento automático en lugares habilitados para prestar esa función (como, por ejemplo, el aeropuerto de Stuttgart).

Digitalización y conectividad total

En una primera etapa, el coche se va a digitalizar, convirtiéndose en una extensión del móvil. Con frecuencia (por ejemplo, en el caso de los sistemas multimedia Android Automotive que están comenzando a ofrecer Volvo y Renault), esto va a ser literal, compartiendo incluso el mismo sistema operativo. Así, se va a difuminar la clara barrera que existe actualmente entre el interfaz del coche y tu móvil.

Digi
  • La segunda etapa, consecuencia de la primera, va a ser que el coche va a necesitar que compartas datos personales para funcionar. Esto es algo que ya ocurre a pequeña escala. Por ejemplo, si quieres datos de tráfico en tiempo real, o que el coche te recuerde dónde has aparcado, primero tienes que compartir tu posición. Sin embargo, hablamos de compartir datos a lo grande. Si quieres tener streaming de audio ‘transparente’ (sin tocar nada), tendrás que compartir tus cuentas en plataformas de contenido. Si quieres que se configure el mismo perfil en todos los coches que conduzcas (por ejemplo, al montarte en un carsharing), tendrás que compartir esos datos con los fabricantes (directamente, a través de tu cuenta de Google o de alguna otra manera).
  • La combinación entre datos y una plataforma capaz de ejecutar las misma aplicaciones que un móvil (convenientemente adaptadas a la conducción, para que resulten seguras) se va a traducir en nuevos modelos de negocio que aún no podemos anticipar, pero que van a cambiar la experiencia de viaje en coche en la misma medida que los móviles han cambiado la de pasear por la calle.
  • En última instancia, la conducción autónoma va a liberar un montón de tiempo que se va a emplear en productividad y ocio. Es decir, en trabajar y consumir contenidos multimedia, que se financiarán por suscripción o mediante anuncios personalizados en base a los datos que vamos a compartir antes, durante y después de estar en el coche.