Los estándares de consumo y emisiones de gases contaminantes que entraron en vigor con Barack Obama tienen los días contados, según la prensa norteamericana. La Administración del actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha propuesto tumbar esta normativa, que prevé importantes reducciones en el consumo de combustible y en las emisiones para el periodo 2022-2025.
Esta decisión ha llegado después de meses de conversaciones con las principales marcas presentes en el país, muchas de las cuales llevan pidiendo al actual regidor unas medidas menos contundentes desde su llegada a la Casa Blanca. Recordemos que hace un año, directivos de 18 fabricantes realizaron una petición formal al propio Donald Trump para que relajara la normativa aprobada por su predecesor, entre ellos los de compañías como General Motors, Ford, el Grupo FCA, Toyota, Volkswagen, Nissan, Honda o Hyundai.
De esta forma, se echan por tierra las previsiones contempladas por las normas de la era Obama, entre las que figuraba un ahorro de 1.700 millones de dólares en gasolina para los consumidores. En lo puramente medioambiental, la normas de la Administración Obama establecían que los vehículos comercializados en Estados Unidos a partir de 2025, emitirían una media de 163 gramos de CO2 por cada milla recorrida, lo que habría supuesto una disminución de 570 millones de toneladas de gases contaminantes para 2030.
Aunque los fabricantes citados se beneficiarán de esta decisión, otras compañías como Tesla se verán perjudicadas. Hasta ahora, las empresas más «limpias» podían vender créditos medioambientales a las que cumplieran con la normativa de Obama. Este tipo de transacciones han llegado a ser de vital importancia para algunas marcas, especialmente para Tesla, que en 2017 ingresó más de 350 millones de dólares por la venta de estos créditos.