BYD Seal: la berlina china que, por fin, va a asustar a los alemanes
Es cierto que hemos dicho muchas veces (demasiadas, de hecho) lo de «que viene el lobo» con el asunto de los productos concebidos y fabricados en China. Sin embargo, en la fábula, al final el lobo venía. Y lo mismo va a pasar con los productos chinos: el nuevo BYD Seal es la enésima advertencia.
El BYD Seal es una berlina eléctrica que combina un diseño deportivo con prestaciones, tecnología, autonomía y acabados que prometen cambiar la forma en la que percibimos a los productos chinos.
Comenzando por la marca, y aunque puede que BYD no sea muy conocida en Europa, tenemos que anticiparte que se trata de un gigante. Mayor fabricante de baterías LFP. Mayor fabricante de coches con enchufe del mundo. Principal rival de Tesla. Inició su implantación en Europa con la comercialización en Noruega del monovolumen de siete plazas Tang… y, en el último año, ha comenzado a conquistar el resto de Europa. Actualmente ofrece tres modelos a la venta en España (Tang, Han y Atto3), una gama que se va a completar con este Seal y el pequeño y asequible Dolphin.

BYD Seal por fuera: elegante y afilado
El BYD Seal hace una entrada impactante con su tamaño de 4,8 metros de longitud, que lo coloca en una posición idónea entre el confort de una berlina y lo más grande que podríamos llegar a considerar ágil en espacios urbanos. Esta longitud es equilibrada, ofreciendo un tamaño que sigue siendo maniobrable, evitando los problemas y estrés asociados a vehículos más grandes, especialmente en aparcamientos y calles estrechas. Puestos a diseñar una berlina, nosotros apostaríamos por la combinación de 4,8 metros de longitud y 2,92 metros de batalla del BYD Seal.
El diseño exterior refleja una fusión entre deportividad y eficiencia aerodinámica, con un coeficiente de resistencia de 0,22. Esta cifra evidencia el compromiso de BYD por optimizar la resistencia al viento y, por ende, mejorar la autonomía. La altura del vehículo, en conjunto con un buen Cx y neumáticos ecológicos, se traduce en una reducción del gasto de energía y una promesa de autonomía capaz de poner al BYD en la liga de los 400 kilómetros reales.
Es cierto que las berlinas no están, ni muchísimo menos, de moda. Sin embargo, siguen siendo la manera más inteligente de hacer un vehículo eléctrico que aúne buena autonomía, comportamiento y habitabilidad. En el caso del Seal, también le va a corresponder la responsabilidad de ser el buque insignia de la marca BYD en Europa.

BYD Seal por dentro: cerca del excelente
La distancia entre ejes del BYD Seal juega un papel fundamental en el espacio interior, proporcionando amplias plazas traseras y un techo de cristal que brinda una agradable sensación de amplitud y luminosidad. Los materiales utilizados en el interior reflejan una atención a la calidad, con ajustes y solidez que generan una impresión de durabilidad y buen acabado.


Los asientos delanteros ofrecen un nivel de sujeción excepcional, y lo mejor, cuentan con características de confort que incluyen ajuste eléctrico, calefacción y ventilación, todo ello de serie. Estos detalles no solo enfatizan el enfoque en el bienestar de los ocupantes, sino que también muestran cómo BYD busca establecer un estándar elevado en cuanto a equipamiento.
No obstante, es importante señalar que las pantallas podrían mejorar en cuanto a contraste y diseño de menús. Si bien son funcionales, la incorporación de un diseño más elegante y una interfaz más intuitiva podría elevar aún más la experiencia a bordo.


Detalles como los acabados en alcántara del salpicadero, el delicado diseño perforado de las rejillas de los altavoces, la doble bandeja de carga inalámbrica para el teléfono, la pantalla giratoria (signo distintivo de BYD) o el aspecto imponente de los respaldos delanteros consiguen que te olvides de inmediato de cualquier prejuicio del tipo «claro, es que es chino…».

BYD Seal: a la vanguardia de la técnica
El BYD Seal se presenta en dos versiones: una con tracción trasera y 320 CV, y otra con tracción total y 530 CV. Estas opciones permiten al comprador elegir entre prestaciones emocionantes o mayor eficiencia, teniendo en cuenta la autonomía y el rendimiento.
En términos de autonomía, la versión de tracción trasera destaca con una impresionante cifra de 564 km según el ciclo WLTP. Esta autonomía se asemeja a la del BMW i4 eDrive40, mientras que la versión de mayor potencia aún ofrece una autonomía competitiva de 520 km.
La batería del BYD Seal es un componente clave que impulsa su rendimiento y autonomía. Con una capacidad neta de 82 kWh y tecnología de cátodo de hierro-fosfato (LFP), esta batería destaca por su excelente longevidad y tolerancia a la realización de cargas completas. El cargador embarcado permite aumentar la carga hasta a un ritmo de 11 kW, mientras que la carga en continua alcanza los 150 kW de punta y los 92 kW de media.
BYD anuncia un tiempo de carga del 10% al 80% de 38 minutos. Es una marca que se sitúa por encima de los 30 minutos habituales o los 18 minutos que promete un Ioniq 6… pero viene acompañada de la promesa de una menor degradación.
La función V2L es otro aspecto que merece la atención, ya que permite al BYD Seal no solo consumir energía, sino también generarla. Esta característica proporciona un nivel adicional de versatilidad y utilidad, permitiendo a los conductores aprovechar la energía almacenada en la batería para alimentar dispositivos externos con hasta 3 kW.
BYD Seal en marcha: notable alto
La versión de tracción trasera se presenta como una elección razonable, combinando prestaciones suficientes con mayor autonomía y eficiencia. La suspensión del modelo RWD proporciona un buen balance entre confort y conexión con la carretera, minimizando el balanceo y manteniendo al conductor en sintonía con el pavimento.
El tacto del freno es consistente incluso en los momentos finales de detención, lo que contribuye a una experiencia de conducción fluida y cómoda. La dirección ofrece un nivel de asistencia ideal (en el reglaje sport) y una cantidad suficiente de información (parece).
Los asistentes de conducción dejan un sabor agridulce. El control de crucero adaptativo y el mantenimiento de carril ofrecen buenas prestaciones, pero funciones como la lectura de señales o el mantenimiento de carril de emergencia necesitan una actualización. La puesta a punto de esta clase de sistemas es una de las asignaturas más duras para coches procedentes de otros continentes, porque en Europa es diferente absolutamente toda la señalización.
Otro aspecto mejorable (a nuestro entender) es la regeneración. Existen dos niveles (Normal y High), pero permutar entre ellos requiere acceder a un menú en la instrumentación (podríamos decir lo mismo de un Tesla) y ninguno ofrece mucha retención. Preferiríamos contar con levas o una forma de cambiar entre los dos niveles mediante un botón.
Parece (aun tendremos que comprobarlo) que el consumo medio se puede mantener por debajo de los 20 kWh cada 100 km, con lo que la autonomía efectiva superaría los 400 kilómetros

La opinión de Autofácil…
Como un niño que aprender a gatear o una IA que pule cada vez más su red neuronal, los productos asiáticos pegan cada vez más cerca del clavo europeo. Es fácil elaborar una lista de detalles mejorables en este BYD Seal. El problema (para sus rivales) es que es corta y está compuesta por detalles fácilmente arreglables. La apariencia de las pantallas o la puesta a punto de algunos asistentes serían fallos prominentes. Pues anda que no tendrán en China fabricantes de pantallas con mejor contraste.
La anterior es una consideración absoluta… pero, por supuesto, hay algo que lo relativiza todo, y es el precio. Tenemos modelos excelentes, deslumbrante e irreprochables como un BMW i4 40, un Hyundai Ioniq 6 RWD o un Tesla Model 3 Gran Autonomía, pero cuestan respectivamente 64.640 euros, 58.510 euros y 49.990 euros (en versión de tracción total, pero con apariencia «vintage», previa a la actualización conocida como Highland).
En BYD nos han asegurado que el Seal estará por debajo del Tesla Model 3 («sería una locura que no lo estuviera», nos han confesado). Esto nos permite conjeturar con que estaremos holgadamente por debajo de los 50.000 euros. Especulamos con 44.000 para el RWD y 48.000 para el AWD. Con esos precios, estaríamos hablando de un modelo muy competitivo, que podría hacer mella incluso en Tesla (especialmente si suben precios cuando llegue el inminente restyling).