El mercado mundial de baterías para vehículos electrificados ha seguido creciendo con fuerza en 2024, alcanzando los 894,4 GWh, un 27,2% más que el año anterior, según datos de la consultora coreana SNE Research. Sin embargo, este crecimiento ha venido acompañado de una mayor concentración del poder en manos chinas, con CATL y BYD dominando la industria.
CATL mantiene su liderazgo indiscutible con una cuota de mercado del 37,9%, por encima del 36,6% de 2023, gracias a un volumen de baterías instaladas de 339,3 GWh. Su dominio no se limita a China: marcas globales como Tesla, BMW, Mercedes-Benz y Volkswagen también utilizan sus baterías, consolidando su posición en mercados clave.

Por su parte, BYD ha registrado un crecimiento notable, alcanzando un 17,2% de cuota de mercado, frente al 15,9% de 2023. Con 153,7 GWh instalados, su modelo de negocio integrado -fabricando tanto baterías como vehículos eléctricos- le ha permitido expandirse con fuerza fuera de China, especialmente en Europa y Asia.
Retroceso de Corea y la batalla por la independencia europea
Mientras los fabricantes chinos ganan terreno, los coreanos han sufrido un importante retroceso copando el pasado año solo el 16 por ciento del mercado mundial. La causa principal de la pérdida de cuota de mercado es el auge de las baterías LFP, donde las marcas chinas han sido más agresivas y competitivas.
LG Energy Solution sigue tercera en el ranking mundial, aunque cayendo al 10,8% de cuota (desde el 13,5% de 2023). La china CALB fue la cuarta con una cuota del 4,4 por ciento, la surcoreana SK On fue la quinta con algo menos del 4,4 por ciento y la japonesa Panasonic fue la sexta con el 3,9 por ciento. Samsung SDI, Gotion High-tech, Eve Energy y Sunwoda ocuparon el séptimo, octavo, noveno y décimo lugar, respectivamente, con participaciones del 3,3 por ciento, 3,2 por ciento, 2,3 por ciento y 2,1 por ciento, respectivamente, en 2024. El Top10 de fabricantes de baterías controla el 86,2 por ciento de la producción mundial.
Este dominio chino preocupa a Europa, donde se buscan estrategias para reducir la dependencia. La UE apuesta por incentivos a la producción local y alianzas con fabricantes coreanos y japoneses para diversificar el suministro. En EE.UU., de todos es conocida la política Trump intensificando las restricciones a productos chinos, favoreciendo la fabricación nacional. En ambos mercados nos encontramos inmersos en una carrera por la independencia tecnológica y la seguridad en la cadena de suministro, pero por ahora, el poder de CATL y BYD sigue siendo inquebrantable.