El mercado europeo del automóvil ¡ha cambiado tanto en la última década! La desaparición de los coches ciudadanos respondió a la imposibilidad de hacerlos rentables frente a regulaciones cada vez más estrictas en emisiones y seguridad. Sin embargo, la electrificación ha abierto una nueva ventana de oportunidad para revivir estos modelos con un enfoque sostenible y accesible. La industria automotriz europea tiene la posibilidad de liderar esta revolución, creando un verdadero «eléctrico del pueblo». Y así nos lo confirmaba hace unos días el presidente de ANFAC, Josep María Recansens, cuando veía que esta tipología de coche eléctrico optimizado tecnológicamente para hacerlo tan eficiente como asequible era una oportunidad para Europa y algo que había demostrado históricamente que sabía hacer.
Un renacer impulsado por la necesidad
La semana pasada, Luca de Meo, CEO del Grupo Renault, anunció oficialmente un nuevo coche eléctrico pequeño para Dacia -el futuro Spring, si finalmente se denomina así-, como complemento al hermano mayor, Renault, que planea un nuevo Twingo eléctrico. Mientras, Volkswagen trabaja en su ID.1 -esperemos que made in Spain- y Fiat mantendrá en el mercado versiones eléctricas del Panda -además del hermano mayor Grande Panda- y el 500. Estos desarrollos responden a una necesidad imperante: ofrecer alternativas de movilidad eléctrica asequibles y prácticas para el entorno urbano.

Los fabricantes occidentales han comprendido que la electrificación de los coches urbanos no solo responde a la demanda de los consumidores, sino que también les permite mejorar su balance de emisiones de CO2. Modelos asequibles y de bajo consumo pueden ayudar a cumplir con las estrictas normativas europeas, evitando multas y generando créditos de CO2.
El principal obstáculo para estos coches sigue siendo su rentabilidad. La implementación de tecnologías avanzadas ha elevado los costes de producción, lo que ha obligado a los fabricantes a encontrar soluciones innovadoras. Renault, por ejemplo, ha optimizado el diseño del futuro Twingo reduciendo el número de piezas en un 30% respecto al R5 y aumentando el uso de componentes compartidos con otros modelos. Además, se ha recurrido a la experiencia china para reducir tiempos de desarrollo y costes de producción sin sacrificar calidad.
Otro factor clave es la adopción de baterías LFP (fosfato de hierro y litio), más económicas que las de ion-litio tradicionales. Volkswagen y Renault planean ofrecer modelos eléctricos por debajo de los 20.000 euros, con Dacia llevando la estrategia aún más lejos con un precio inicial cercano a los 18.000 euros.
Una oportunidad para la industria europea
El regreso de los coches urbanos electrificados representa una ocasión inigualable para que Europa recupere protagonismo en el sector automovilístico. Hasta ahora, China ha liderado la fabricación de modelos eléctricos asequibles, pero con la renovada apuesta de fabricantes europeos, existe la posibilidad de consolidar un mercado local fuerte y competitivo. Renault ha optado por fabricar su nuevo Twingo en Eslovenia, demostrando que es posible mantener la producción en Europa y al mismo tiempo garantizar precios competitivos. Mientras, Stellantis, ha elegido Eslovaquia para la fabricación de los Citroën e-C3, en Trnava, que también estarán disponibles esta primavera por debajo de los 20.000 euros -por encima, ya lo tienes-. Esta estrategia refuerza la cadena de suministro europea y genera empleo en la región. Y Stellantis por ejemplo tiene en Polonia capacidad productiva para su marca china Leapmotor y busca otras plantas para nuevos productos. Otra china BYD, también fabricará próximamente en Hungría y hablaba de una segunda planta europea.
Como vemos, con estrategias de producción optimizadas, colaboraciones inteligentes y el respaldo de regulaciones favorables, Europa puede liderar el mercado de los eléctricos accesibles –KIA sumará pronto su propuesta eléctrica en formato Mini hecho en Zilina, también Eslovaquia-. No solo es una oportunidad económica, sino una necesidad para garantizar una movilidad sostenible y accesible para todos. El coche eléctrico del pueblo es posible.