Cómo puedo regenerar el filtro de partículas de un coche diésel

También conocido como FAP o DPF (por sus siglas en inglés y francés), el filtro de partículas es un dispositivo que equipan casi la totalidad de propulsores diésel modernos y cuyo objetivo principal es eliminar las partículas sólidas generadas por estos motores. Una vez que el filtro está lleno de estas partículas, él mismo se encarga de incinerarlas, reduciendo así el nivel de emisiones contaminantes.
Su durabilidad y buen estado de salud depende directamente del uso que le demos al vehículo. De media, el filtro necesita que se circule durante una media hora aproximadamente por encima de unas 2.500 rpm para que los gases de escape alcancen una temperatura lo suficientemente elevada como para que se incineren las partículas sólidas de manera efectiva. Si no se circula con frecuencia por encima de este régimen, cuando el filtro está lleno de partículas, el propio motor tendrá que realizar un ciclo de regeneración; para ello, inyectará más carburante del habitual, algo que aumenta la temperatura de los gases de escape.

Este proceso automático de regeneración del filtro suele durar unos 20 minutos, momento en el que no se debe parar el motor. Normalmente, si la electrónica por sí sola no consigue después de varios intentos (suelen ser tres) hacer una regeneración completa de manera automática, o si la presión en el filtro de partículas sube, se encenderá un testigo amarillo en el cuadro de instrumentos informando del problema.
En ese momento, cuando ya tenemos el testigo del filtro de partículas encendido, hay dos opciones para realizar la ya mencionada regeneración del mismo, que no es otra cosa que una limpieza del dispositivo para que pueda seguir realizando su trabajo, ya que si el conductor no hiciese esta regeneración manual, y sigue conduciendo por ciudad, seguirán acumulándose partículas en el filtro hasta un nivel peligroso.
Cómo regenerar el filtro de partículas diésel

El proceso de regeneración (o limpieza) del filtro de partículas diésel puede realizarse de forma manual sin necesidad de pasar por el taller, donde el precio aproximado de este proceso podría situarse entre 50 y 150 euros -siempre y cuando no haya que cambiar el filtro completo-. Un filtro de partículas de recambio no original, completo, puede costar de unos 400 euros a 900 aproximadamente
No obstante, antes de llegar a este punto, todo conductor tiene la opción de forzar una regeneración manual del filtro de partículas. Para ello, como en este punto el filtro estará ya bastante saturado, no valdrá con estar ligeramente por encima de 2.000 rpm (2.000 a 2.500) unos 15 minutos, será necesario sacar el coche a la carretera o autopista donde se pueda subir el motor a más de 2.500 rpm (de 2.500 a 3.000) y mantenerlo en este punto durante 20-30 minutos.
Las tres técnicas para limpiar el filtro de partículas con las que te ahorrarás sustituirlo
En caso de no realizarse la regeneración manual por parte del conductor, no quedará más remedio que pasar por el taller. La solución más fácil en este caso será una regeneración forzada, lo que tendrá un coste de entre 50 y 100 €. Si no fuese suficiente, se podrá limpiar el filtro inyectando a presión una serie de limpiadores químicos, lo que elevaría el precio hasta los 200 euros. Como último recurso, y siempre que todo lo anterior no funcione, la única solución sería el cambio completo del filtro.