La electromovilidad en España ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, impulsada por avances en la tecnología, un mayor acceso a infraestructuras de recarga y políticas de incentivo.
Al mismo tiempo, las cifras brutas recogidas en el II Anuario de Movilidad Eléctrica AEDIVE, así como los indicadores de logro del Barómetro de Electromovilidad ANFAC delatan que estamos por detrás de los países del entorno y lejos del ritmo necesario para lograr nuestros objetivos.
En 2023, las matriculaciones de vehículos eléctricos e híbridos enchufables aumentaron notablemente. Considerando todos los tipos de vehículos (incluidos industriales y motos), se matricularon exactamente 139.185, lo que representa un crecimiento del 39% respecto de la misma cifra de 2022.
No obstante, la tendencia durante los primeros meses de 2024 no respalda la confianza en que la costumbre se perpetúe. El crecimiento en vehículos 100% eléctricos sigue siendo relevante (aunque no espectacular), mientras que el segmento de los híbridos enchufables se está resintiendo.
En concreto, tras un mes de mayo bastante malo, y hasta junio, las ventas de conjuntas de BEV+PHEV totalizaban 45.732 unidades (un incremento del 1,8% respecto de 2023), de los cuales 20.179 eran coches 100% eléctricos (un 2,4%). De esta forma, y aunque no podemos hablar de recesión, sí se puede emplear la expresión “estancamiento temporal”.
La expansión de la infraestructura de recarga fue crucial en 2023. Cataluña lideró en la instalación de puntos de recarga con 5,906 puntos, seguida por Andalucía y Madrid. El desafío en cuanto a infraestructura de carga es doble.
Todo el mundo está de acuerdo en que los puntos rápidos y ultra-rápidos son la clave, y de ellos había operativos unos 2.500 a finales de 2023, tras prácticamente duplicarse su población. Sin embargo, también hay que subrayar la importancia de que mejore la red de carga “en destino”, con cargadores “lentos» de entre 22 y 50 kW, de los que, a principios de año, contábamos con unos 19.000.
En otros aspectos, 2024 es un “calco” de 2023… especialmente en cuanto a la falta de coordinación entre los sectores público y privado para facilitar la instalación de puntos de carga o la completa incertidumbre sobre la continuidad de las ayudas a la compra, que han sido prorrogadas in extremis hasta finales de año… pero, de nuevo, con una incertidumbre absoluta sobre su continuidad y una mecánica que impide su tramitación en unos plazos de tiempo lo bastante breves como para que resulten efectivas.

Unas conclusiones refrendadas por ANFAC
El Barómetro de Electromovilidad del primer trimestre de 2024, desarrollado por ANFAC, mide la penetración de vehículos electrificados y el desarrollo de la infraestructura de recarga en España, alineándose con los objetivos del paquete de medidas «Fit for 55» de la Comisión Europea para 2030. Este indicador combina dos subindicadores clave: la penetración del vehículo electrificado y la infraestructura de recarga.
En el primer trimestre de 2024, la puntuación global de electromovilidad de España creció en 0,7 puntos, alcanzando el 14,7%. Nos encontramos por delante de Italia, Hungría y República Checa, pero por detrás de casi todos los países de la UE. La puntuación media de los 27 estados es de 28,2, mientras que Francia se encuentra en un 35,2 y Alemania registra un 34,4. (Gráfico)
El indicador de penetración del vehículo electrificado apenas registró un crecimiento de 0,2 puntos, mientras que el de infraestructura de recarga progresó 0,9 puntos.

El estancamiento en los crecimientos nos aleja dramáticamente los objetivos fijados para el año 2030. El número de turismos electrificados se sitúa ahora en el 3,1% de los objetivos fijados, mientras que el de puntos de recarga ronda el 1,2%.
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