Con 4,36 metros de longitud y 1,53 m de altura, el X2 es más corto -8 centímetros- y bajo -7 cm- que el X1, además de tener una estética claramente diferenciada en la vista lateral y la trasera. Entre los rasgos más representativos, encontramos el logotipo de BMW integrado en los pilares C y los riñones trapezoidales del frontal colocados en sentido inverso a lo habitual en la marca. La carrocería puede pintarse con tres colores exclusivos para este modelo: Galvanic Gold -el de las fotografías, que cuesta desde 659 euros-, Sunset Orange -desde 797 euros- y Misano Blue. Este último se reserva en exclusiva para el nuevo acabado M Sport X -6.250 euros-, que combina rasgos de la línea deportiva con otros más orientados al uso off road. Además de la configuración estándar, hay disponibles otras dos opciones: Advantage -1.850 euros- y M Sport -6.250 euros-.
A diferencia de la carrocería, el habitáculo no presenta grandes diferencias en el diseño respecto al X1. La calidad de acabado está por encima de la media de la categoría y el asientos puede colocarse en una posición muy baja, prácticamente como la de un turismo. Asimismo, la habitabilidad tampoco varía en exceso, e incluso mejora ligeramente en algunas cotas de las plazas traseras: hay más espacio en el suelo para los pies y la anchura es muy similar -tres adultos que no sean muy voluminosos pueden acomodarse-. ¿Lo malo? La altura libre al techo sí se ve reducida, de modo que una persona de más de 1,85 metros rozará con la cabeza.
El maletero tiene 470 litros, 40 l menos que en el X1. Con los asientos abatidos -el respaldo está dividido en tres partes- se amplían a 1.355 litros, 195 l, 195 l menos que en el X1. El accionamiento automático del portón está disponible en opción, por 580 euros.
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La oferta inicial del X2 comprende dos mecánicas, una de gasolina con 192 CV y otra diésel, con 190 CV. La primera está disponible con tracción a las ruedas delanteras -su denominación comercial es sDrive20i- y la segunda con tracción a las cuatro ruedas -xDrive20d-. Antes de que termine el primer trimestre de 2018 se ofrecerán otras dos versiones: un 1.5 tricilíndrico de gasolina, el sDrive18i de 140 CV -con cambio manual o automático- y un cuatro cilindros diésel, el xDrive18d -sólo con cambio manual-. La primera será la más asequible de la gama, con un precio de 35.850 euros.
BMW ha diferenciado claramente al X2 del X1: la suspensión es claramente más dura, algo que favorece el dinamismo... a costa de reducir notablemente el confort, al menos en el xDrive20d con acabado M Sport X con llantas de 19" que hemos tenido la oportunidad de probar. A cambio, el X2 se comporta como si fuese un buen turismo: el eje delantero responde de manera casi inmediata a las órdenes del volante y la carrocería apenas inclina en las curvas. El motor diésel de 2.0 litros ofrece unas prestaciones fantásticas y un consumo bajo -es complicado subir de 6 l/100 km-, aunque adolece de un funcionamiento poco refinado; asimismo, el sistema de parada y arranque automáticos del motor también funciona de manera muy brusca.
El X2 milita en el mismo segmento que el X1, por lo que la nómina de rivales es la misma: Audi Q3, Mercedes GLA, Mini Countryman, Range Rover Evoque, Jaguar E-Pace...
LO MEJOR: Dinamismo, rendimiento del motor 2.0 diésel
LO PEOR: Propulsor poco refinado, altura en las plazas traseras
Motor | 4 cilindros, 1.995 cc |
Potencia máx. | 190 CV (140 kW) a 4.000 rpm |
Par máximo | 400 Nm a 1.750-2.500 rpm |
Cambio | Automática de 8 velocidades |
Tracción | A las cuatro ruedas |
Suspensión del./tras. | McPherson/paralelogramo deformable |
Dimensiones | 4.360/ 1.824/ 1.526 mm |
Peso | 1.675 kg |
Neumáticos | 225/55 R17 |
Velocidad máx. | 221 km/h |
0-100 km/h | 7,7 s |
Consumo (U/EU/C) | 5,2/4,3/4,6 l/100 km |
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