Prueba del Ford Bronco: ya no se hacen 4×4 así de bestias

Eduardo Alonso
Eduardo Alonso
Es el Mustang de los 4x4. El Ford Bronco es un icono en Norteamérica y, en su sexta generación, llega también a Europa.

Hay una larga tradición automovilística detrás del Ford Bronco. En EE.UU fue comercializado entre 1965 y 1996, erigiéndose como uno de los todo terreno de macho total. Fue cesada su comercialización en ese año, si bien en 2021 volvió con una sexta generación que ahora aterriza en Europa, aunque en las unidades justitas.

Esta sexta generación está basada en la plataforma T6.2 de Ford, que es la misma que la del Ranger y de la que se beneficia el nuevo Volkswagen Amarok. Como todoterreno auténtico que es, su chasis es de largueros y travesaños, algo que puedes apreciar a poco que te fijes un poco en los pasos de rueda y en los bajos. Y existe con carrocería de dos puertas o de cuatro. A España, únicamente llegará la de cuatro con techo duro modular.

Ford Bronco

Eso de modular es importante en este modelo, pues el techo se desmonta en cuatro partes y se guarda en unas bolsas en el maletero. Y las puertas también se pueden sacar. Ford dice que en ocho minutos, con una herramienta que se incluye, puedes quitar las cuatro puertas que, por cierto, carecen de marco de ventanilla.

También son fácilmente desmontables la parrilla y los dos paragolpes con una doble finalidad: estética (para poder intercambiarlos) y funcional (aumentar los ángulos de ataque y salida en conducción off-road). Asimismo, los pasos de rueda de plástico, según la marca, se desprenden fácilmente en caso de pequeño golpe para que no se dañen. Todo para que en conducción off-road nada te detenga.

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La carrocería mide 4,81 metros de largo, 1,93 metros de alto y 1,85 ó 1,96 metros de altura en función de si hablamos de la versión Outer Banks o Badlands, sobre las cuales luego explicaremos las diferencias, aunque ya te adelanto que la bestia es la segunda.

En cualquier caso, su imagen es muy poderosa, especialmente en un frontal que hasta cuenta con un hueco pensado para instalar cabrestante. Está disponible en nueve colores para la carrocería: el blanco es gratis y los otros ocho suponen un sobreprecio de entre 1.350 y 1.460 euros.

Así es el motor del Ford Bronco

En el mercado español, la única alternativa mecánica es un bloque 2.7 V6 EcoBoost biturbo que eroga 335 CV de potencia a 5.250 rpm y un par de 563 Nm. Se asocia a la transmisión 10R60 de Ford, que es de convertidor de par y diez velocidades.

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En otros mercados hay un 2.3 EcoBoost de cuatro cilindros y 304 CV y un 3.0 V6 EcoBoost de 405 CV. El 2.7 ya aporta unas prestaciones sobradas, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,7 segundos para el Outer Banks y 7,2 segundos para el Badlands. En cualquier caso, la velocidad está limitada a 100 millas por hora, lo que son 161 km/h. Obviamente, su consumo es muy alto: 13,7 y 14,2 L/100 km respectivamente.

Cómo es por dentro el Ford Bronco

Aunque estemos hablando de un coche caro sólo apto para bolsillos boyantes, dentro no percibes que es un automóvil de lujo. La razón se encuentra en que su valor se halla en sus capacidades, no en sus acabados o en su refinamiento.

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Aun así, está por lógica muy bien hecho, transmitiendo una enorme robustez. Ten en cuenta que esto es un todoterreno sin concesiones, de manera que su habitáculo tiene que estar preparado tanto para llenarse de suciedad como para ser limpiado de forma rápida y poco cuidadosa. Incluso a manguerazo limpio.

Por eso los plásticos son rudos y resistentes y los mandos y botones cuentan con un sello protector de silicona. El salpicadero es muy voluminoso y todos los módulos de mandos son muy off-road. Por ejemplo, los botones de los elevalunas están en el túnel central y en la consola del techo hay un grupo de seis interruptores para la conexión de dispositivos exteriores, como luces auxiliares o el previamente mencionado cabrestante.

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Hay dos pantallas, una de 8″ que hace las veces de cuadro de mandos, y una de 12″ colocada en el centro del salpicadero y que ofrece un manejo bastante intuitivo, aparte de integrar el manual de usuario con vídeos incluidos.

Algunos de mis compañeros de profesión comentaron que el asiento no sujetaba el cuerpo todo lo que quisieran, aunque a mí me ha parecido que las orejeras son suficientemente sólidas para retenerte de forma muy aceptable bajo cargas laterales en conducción todoterreno. La postura de conducción es muy alta, pudiendo expandir tu campo de visión en el que, por cierto, te puedes ayudar de las dos asideras que hay en la parte delantera de las aletas para conocer con precisión dónde están los límites de la carrocería en conducción off-road.

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Cuál es la diferencia entre el Outer Banks y el Badlands

Los dos son espectaculares en campo pero, en síntesis, podríamos decir que si el Bronco Outer Banks es brutal en conducción off-road, el Badlands sobrepasa ese calificativo. Los dos llevan tracción total conectable con reductora y bloqueo trasero, siendo el eje posterior el que manda (2H) y pudiendo acoplar el delantero al 50% (4H y 4L).

También comparten el mando giratorio para los modos de conducción, pero no son exactamente los mismos como más abajo veremos. En ese mando se lee la inscripción G.O.A.T., que hace referencia a Goes Over Any type of Terrain, o lo que es lo mismo «Va sobre cualquier tipo de terreno». Los modos de conducción comunes a los dos modelos son Normal, Eco, Slippery (rebaladizo), Sand (arena) y Mud (barro).

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Comenzando por el Bronco Outer Banks, es fácilmente identificable porque los pasos de rueda van pintados en el color de la carrocería y porque las llantas son de 18″. Lleva amortiguadores Hitachi y en el selector de modos de conducción añade el programa Sport.

La ‘chicha’ está en el Bronco Badlands, que presenta pasos de rueda sin pintar, paragolpes de acero y llantas de 17″ con neumáticos BF Goodrich All Terrain. Pero tiene más cosas que no se ven: amortiguadores Bilstein de mayor recorrido, barras estabilizadoras desacoplables para aumentar momentáneamente el recorrido de la suspensión, bloqueo de diferencial delantero y bajos protegidos.

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El Badlands también añade los modos de conducción Rocks (rocas) y Baja (off-road extremo), así como un modo automático en la tracción total (4A) que deriva par al eje delantero de forma autónoma en función de la adherencia, de manera que es posible circular en modo 4×4 sobre asfalto seco con buena maniobrabilidad y sin miedo a romper nada, cosa que no sucede en el Outer Banks, donde sólo tienes 4H o 4L y en los que, si los conectas, ambos ejes giran solidarios, pudiéndose dar el caso de forzar la mecánica si encuentras demasiado grip.

Cómo va el Ford Bronco

En la parte de asfalto, el Bronco sorprende para bien. Dada la idiosincrasia off-road del vehículo, me esperaba en carretera algo cercano a lo desastroso, pero no. Lleva suspensión delantera independiente, lo que facilita la instalación de una dirección de cremallera eléctrica que proporciona mucho mejor tacto y precisión que la de, por ejemplo, un Jeep Wrangler. Con 3,2 vueltas de volante no es muy directa, pero así debe ser en un todoterreno.

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Aparte, corre bastante. La caja traga marchas de forma muy hábil cambiando siempre entre 4.800 y 5.300 rpm y la aceleración es considerable. La transmisión se puede manejar de forma manual, pero te lo desaconsejo. Lo primero porque la forma de subir y bajar marchas es mediante dos botones que se hallan en el propio pomo del cambio, lo cual no es que sea muy cautivador. Y lo segundo porque, de alguna manera, manejando el cambio tú mismo los saltos entre marchas se ralentizan un poco.

Pero sí, corre y mucho, sensación quizá acrecentada por la voluminosidad del vehículo, circunstancia que, junto a tanta altura libre al suelo, los neumáticos todoterreno, el techo desmontable y los generosos retrovisores, causan que el ruido aerodinámico sea más que importante. Aparte está el asunto del consumo de gasolina, que en su defensa hay que decir que más o menos cumple con lo anunciado, pues en función de diversas circunstancias puedes moverte entre 13,0 y 15,0 L/100 km sin ningún esfuerzo por tu parte.

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En conducción fuera de carretera, es tremendo. Tanto que me ha quedado la sensación de que ni me acerqué a sus límites. Bien es cierto que la prueba transcurrió por un recorrido sobre tierra poco exigente, donde el Bronco iba más que sobrado, pero donde sí puede testear todas sus cualidades y hacerme una idea de lo que puede hacer en campo a través y con manos expertas.

Proporciona la sensación de que hay pocos obstáculos a los que no sea pueda enfrentar. La parte de la prueba dinámica sobre tierra la efectué con una unidad Badlands, y pude apreciar que el chasis no flexa ante grandes esfuerzos y que la motricidad que aporta el sofisticado sistema de tracción total es absolutamente impresionante, siempre dotando de más par a la rueda con mejor apoyo sobre el suelo.

Y luego están sus propicias cotas y mediciones TT. El coche ofrece una profundidad de vadeo de 800 mm y, si estás familiarizado con conceptos todoterreno, te puedo decir que también presume de un ratio de arrastre muy grande, tal y como te muestro en la siguiente tabla junto a otros datos de interés off-road.

MEDICIÓNBRONCO OUTER BANKSBRONCO BADLANDS
RATIO DE ARRASTRE47,8364,33
ALTURA LIBRE AL SUELO237 mm261 mm
ÁNGULO DE ATAQUE38º41º
ÁNGULO DE SALIDA31º33º
ÁNGULO VENTRAL22º24º

Aparte, hay algunos asistentes a la conducción todoterreno que resultan curiosos, como el Trail Control, que básicamente es un control de crucero off-road para que el coche mantenga la velocidad en campo, pudiendo avanzar como máximo a 31 km/h. Otro es el Trail Turn Assist, que frena la rueda trasera interior para reducir el radio de giro en hasta un 40%. Y otro es el Trail One-Pedal Drive, que como su propio nombre indica permite conducir sólo con el pedal del acelerador, pues al soltarlo se accionan los frenos.

Ford Bronco
Photo: Christian Colmenero Martín / Zona IV Producciones

Cuánto cuesta el Ford Bronco

El precio del Ford Bronco es de 86.900 euros para la versión Outer Banks y de 91.500 euros para el Badlands. En cualquier caso, Ford anuncia que el Bronco llegará a España en «contadas unidades», pero sin especificar cuántas.

Como alternativas, lo único realmente comparable es el Jeep Wrangler y el Ineos Grenadier. Si acaso, los Mercedes Clase G y Land Rover Defender podrían considerarse alternativas, pero son otra clase de coche con importantes disimilitudes con el Ford.

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Conclusión

El Ford Bronco es espectacular. Un aparato off-road de los que ya casi no quedan. Y la ‘pijada’ de poder medio-desmontarlo, le otorga una personalidad enorme. Es un coche que no necesitas, pero que quieres. Es brutal en campo pero, además, ofrece un confort por encima de lo aceptable por carretera. Y, atendiendo a lo que ofrece, sobre todo si hablamos de la versión Badlands, no nos parece que su precio esté injustificado. Bravo Ford, y gracias por tener los ****** de hacer esto.

 

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