Nuevo Peugeot 508 PSE 2021: ¿cómo va el Peugeot más potente de la historia?

El 508 firmado por Peugeot Sport Engineered es un producto muy especial para la marca francesa. Para empezar, es su coche de calle más potente de todos los tiempos. Para terminar, es un híbrido enchufable que pretende rivalizar con lo más de lo más dentro de su segmento.
No es que Peugeot sea una marca asidua a la fabricación de coches deportivos, pero lo cierto es que, cuando se lo propone, construye verdaderas maravillas. Véase el 208 GTI, el RCZ R o, remontándonos algunos años, el 205 GTI, 206 RC o 405 Mi16, el que podría considerarse predecesor espiritual del nuevo 508 PSE. Sin embargo, una particularidad del 508 PSE que no comparte con ningún integrante de su legado, es que es híbrido enchufable, adaptándose así a los nuevos tiempos.
Con 360 CV y 520 Nm de par, el 508 PSE es el Peugeot más potente jamás fabricado. Su energía proviene de un conjunto de tres motores, que se disponen de la siguiente manera: en la parte delantera, hay un propulsor 1.6 PureTech de 200 CV que se asocia con un motor eléctrico de 110 CV alojado dentro de la transmisión automática E-AT8. Paralelamente, el eje trasero cuenta con un motor eléctrico de 113 CV, dando como resultado un coche de tracción total.
En conjunto, los motores son capaces de proporcionar 360 CV, pero sólo en el modo de conducción Sport, bajando la cifra a 330 CV en los restantes (4×4, Comfort y Hybrid) y a 140 CV en el programa puramente eléctrico. La gama 508 ya disponía de un híbrido enchufable (el 508 Hybrid de 224 CV; desde 40.950 euros), así que el 508 PSE se sitúa por encima de este.
Más información sobre el Peugeot 508
En lo relativo al diseño, el 508 PSE resulta bastante impactante. Son específicos sus paragolpes, el difusor, el doble escape y esos llamativos aletines que acompañan a los faldones y a la parte trasera de las taloneras, y que además de cumplir una función estética, ayudan a generar apoyo aerodinámico a alta velocidad. Todo se remata con emblemas de color negro y con algunos detalles en verde Kryptonita, color corporativo de Peugeot Sport Engineered. Las llantas también son exclusivas de esta versión, con 20″ de diámetro y neumáticos Michelin Pilot Sport 4S.
Dentro, todo resulta familiar, pero hay una pantalla de 10″ con menús específicos, unos asientos deportivos y un color verde Kryptonita salteado en diversos apliques y costuras. La habitabilidad permanece intacta respecto a los 508 normales, no así el depósito de gasolina, que pasa de 62 a 43 litros para hacer hueco a las baterías, que se ubican bajo el asiento posterior. Tienen una capacidad de 11,8 kWh que proporcionan al vehículo una autonomía eléctrica de 42 km, siendo así apto para portar la etiqueta 0 Emisiones. Con el cargador embarcado de serie, que es de 3,7 kW, el tiempo de recarga en wallbox es inferior a 4 horas, mientras que utilizando un enchufe convencional son necesarias algo más de 6,5 horas.
El chasis también cuenta con un buen puñado de mejoras, como una suspensión adaptativa específica más firme y baja (10 mm delante y 4 mm detrás), unos potentes frenos con pinzas delanteras de cuatro pistones y unas vías ensanchadas en 24 mm delante y 12 mm detrás. Con todo… ¿qué tal va?
La primera sensación al sentarte en el coche es que la postura de conducción no ha mejorado respecto a los 508 normales. El pequeño volante tiene buen tacto y los asientos son geniales, pero la configuración de la instrumentación hace imposible visualizarla bien si adoptas una buena postura de conducción. Si quieres verla al completo, tendrás que elevar el asiento o bajar el volante.
Sin embargo, si te sientas de la forma más correcta, el aro superior del volante siempre te tapará parte de la pantalla. Pero bueno, eso ya sabíamos que sería así. De todos modos, lo compensa con otras cosas, como con una buena calidad de materiales y con una excelente suspensión que trabaja bien en cualquier circunstancia. Tuvimos la suerte de dar algunas vueltas al circuito del Jarama, un escenario donde con cualquier coche resaltan tanto sus virtudes como sus defectos.
En lo relativo a prestaciones, con 5,2 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, el 508 PSE rápidamente te transmite que es bastante veloz. Además, la respuesta del acelerador es muy instantánea y la caja de cambio trabaja con efectividad, aunque no permite un manejo 100% manual. Explico esto último: aunque dispone de levas y puedes cambiar tú mismo de marcha tanto para arriba como para abajo, la caja E-AT8 nunca abandonará su modo automático y, cuando lo considere, subirá o bajará una marcha por su cuenta. Esto puede decepcionar a los más entusiastas, pero en su defensa hay que decir que, cuando la caja E-AT8 cambia de marcha, suele hacerlo casi siempre en el momento idóneo y con instantaneidad.
Los frenos son otro apartado a destacar. Tienen una mordiente muy buena, aunque echamos en falta que tengan un poco más de consistencia en el pedal, tal y como debe de ser en un deportivo. Pero lo bueno es que resisten bastante bien al uso intensivo, lo que incrementa tu confianza al volante. La suspensión, como decíamos antes, trabaja muy bien y se erige como una de las mejores partes del coche por su gran equilibrio. Es algo blanda desde el punto de vista deportivo, pero ofrece un excelente aplomo y manejabilidad y, además, enmascara con eficacia los 1.850 kg que pesa este coche en vacío.
Después de algunas vueltas al circuito y una larga ruta por carretera, el 508 PSE demuestra ser un coche ante todo correcto. No te pondrá en apuros en ningún momento y, aunque en ciertos instantes puedes sentirlo algo artificial, es muy efectivo. Ofrece muy buena motricidad y, si haces las cosas bien, nunca subvira. Incluso muestra una mínima tendencia sobreviradora en el modo de conducción Sport, aunque siempre de forma muy moderada. La dirección está muy bien calibrada en cuanto a precisión y agudeza, aunque como suele ser normal en los tiempos que corren, no transmite muchas sensaciones a tus manos.
En general, el 508 PSE es un producto bastante redondo. No es uno de esos coches deportivos diseñados para suministrar sensaciones de conducción táctiles y placenteras, pero es muy rápido, puede circular 42 km sin gastar gasolina, conserva todo el confort de un 508 normal, y cuando quieres correr te aporta moderadas dosis de deportividad. No es una berlina estrictamente deportiva, y por eso es una competencia directa para los BMW 330e, Mercedes C 300 e y Volvo S60 T6 Recharge.
¿Y su precio? El nuevo 508 PSE cuesta 64.200 euros, cifra que se encarece en 1.200 euros extra si decides optar por la carrocería familiar SW. Es un precio elevado en relación a lo que cuesta un BMW 330e de 292 CV (55.750 euros), un Mercedes C 300 e de 320 CV (53.625 euros, aunque está a punto de ser reemplazado) o un Volvo S60 T6 Recharge de 341 CV (55.750 euros), pero bien es cierto que el 508 PSE viene mucho mejor equipado de serie que todos ellos. De hecho, lo único que se reserva para la lista de opciones es el cargador embarcado de 7,4 kW (300 euros) y el techo panorámico (1.200 euros).
Hasta la llamativa pintura gris Selenium es de serie, no así las otras dos opciones: negro perla por 590 euros y blanco nacarado por 790 euros. El 508 PSE está ya disponible en todos los concesionarios de Peugeot, aunque la firma francesa nos adelantó que hará de algunas de sus concesiones centros especializados PSE.