Caravaning de la A a la Z

Enoturismo «caravan friendly». El viñedo marca la ruta

Manuel Horcajo
Manuel Horcajo


El enoturismo es ya casi una actitud de vida en lo que a ocio se refiere. Cada vez son más las bodegas que se consideran caravan friendly, y que permiten la pernocta dentro de sus dominios para los campers que quieran disfrutar del gratificante mundo del vino sin tener que coger luego el volante. El vino es el indiscutible protagonista de esta aventura, pero a su alrededor se despliega todo un crisol de patrimonio, naturaleza y buena arquitectura.

Juvé & Camps

Villafranca del Penedés (Barcelona)

Juve y Camps

Estos cavas que llevan dando alegrías desde 1921 son otra de las bodegas que acogen en sus brazos a los amantes de las caravanas.

El lugar rebosa solera y glamour por todos sus poros. Una arquitectura limpia y moderna y unas vistas impresionantes. Ya solo con ver la Plaza, el alma se alegra. Son 6.000 metros cuadrados donde cada otoño llegan las uvas cosechadas que luego darán sus grandes cavas. Desde su torre, la Miranda, se pueden ver las mejores vistas de toda la finca.

La galería donde reposan los vinos y la sala de catas rodeada de naturaleza, con las montañas de Montserrat de fondo, forman un paseo por el Penedés difícil de olvidar. También nos hace apreciar más aún las burbujas limpias y elegantes de estos cavas.

Bodegas Comenge

Curiel de Campos (Valladolid)

Bodegas Comenge

Entre las bodegas emergentes de Ribera de Duero, el apellido Comenge suena con fuerza. Aquí la juventud es un valor. La empresa en el año 1999, iniciando la plantación de 12 hectáreas de viñedo repartidas entre los términos municipales de Curiel de Duero y Pesquera.

El proyecto nace del entusiasmo por el mundo del vino de Jaime Comenge Puig y su hijo Álvaro, que se tradujo en una apuesta innovadora en casi todas las decisiones adoptadas. Si a esto le unimos el buen hacer de Rafael Cuerda, nos encontramos ante unos vinos modernos, serios, que nos animan siempre a una segunda botella. La formalidad no está reñida con el entretenimiento.

El proyecto ha ido creciendo poco a poco, sumando esfuerzos de otros nuevos inversores que apostaron por la idea. En el año 2001 se plantaron otras 14 nuevas hectáreas en lo que hoy es el entorno de la bodega.

Por supuesto que el enoturismo es uno de puntos fuertes de esta empresa, ubicada en uno de los pueblos más bonitos de Ribera de Duero, lejos de las grandes masificaciones de Peñafiel.

Bodegas Emina

Medina del Campo (Valladolid)

Bodegas Emina

Esta bodega del grupo Matarromera ofrece toda la magia de los vinos del grupo, y la posibilidad de conocer también sus maravillosos aceites. Los viñedos, los jardines que los rodean, catas para todos los gustos, un poco de historia y los procesos de elaboración de esta tierra son los principales atractivos de esta experiencia vitivinícola.

Da igual que vayamos solos o en grupo, tienen actividades adaptadas para cualquier modalidad que elijamos. Su cercanía a Medina del Campo es casi un guiño a esa Castilla de Ferias y Trashumancia. Su castillo es guiño a Isabel la Católica, y la arquitectura civil tiene muy buenos ejemplos en la zona, con pueblos como Olmedo, Rueda y Tordesillas.

Poder conocer los vinos de Cigales o Ribera del Duero también es beber un trozo de historia. Las ideas de Carlos Moro se transforman en productos para el disfrute.

Bodegas Lecea

San Asencio (La Rioja)

Bodegas Lecea

Cuevas del siglo XVI para viajar al pasado, hasta los orígenes del vino de Rioja. Este es el principal atractivo de las visitas que se pueden hacer en esta bodega riojana. Las cuevas consisten en cuatro calados comunicados entre sí que fueron excavados en la roca hace más de 500 años, ¡un lugar espectacular!

El paseo por estos túneles nos descubre las curiosidades que rodean a las costumbres vitivinícolas de la zona, y va acompañado de diversas catas de sus vinos. Un enclave que sin duda hace apreciar más aún los aromas y sutilezas de este Rioja.

Para los que les gusta más el ambiente campestre, también se puede visitar el viñedo, disfrutar de un almuerzo, ayudar en la poda o en la vendimia y sentirse como un auténtico viticultor por un día. En el pueblo no nos van a decir nada por vigilar las estrellas en las maravillosas noches de verano de San Asensio, en el corazón de La Rioja.

Como plato fuerte también nos ofrecen durante un fin de semana al año la fiesta del pisado de uva. Una fiesta a la que acuden miles de visitantes y que entre baile y baile se puede ver la elaboración de su vino de la manera más artesanal.