En un acto cargado de simbolismo y esperanza para la industria automovilística española y europea, Ebro y Chery inauguraron oficialmente la producción de vehículos en la antigua fábrica de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. De momento los primeros vehículos llevan la marca Ebro y a partir de final de 2025 llevarán también las de Omoda y Jaecoo. Este evento no solo marca el renacimiento de una marca icónica como Ebro, sino que también se convierte en un llamamiento a la cooperación entre la Unión Europea y China, en un contexto de crecientes tensiones por los aranceles a los coches eléctricos del país asiático.
Una nueva etapa para la automoción española
El evento, celebrado en la planta rebautizada como Ebro Factory, reunió a líderes políticos y empresariales de ambos países. El presidente de EV Motors, Rafael Ruiz, describió el momento como «histórico», destacando que, 40 años después, Ebro vuelve a «latir en el corazón industrial del país». En su discurso, Ruiz subrayó el valor de la alianza con Chery, que proporciona acceso a tecnologías de última generación y garantiza un proyecto sólido para enfrentar los retos del sector.
El primer modelo producido será el Ebro S700, un SUV con una versión híbrida enchufable (PHEV) que se basa en un vehículo de Chery. Comenzará su fabricación en formato DKD (semiensamblado en China y con montaje final en Barcelona). A partir de 2025, se espera que los vehículos incorporen soldadura y pintura, lo que conllevará la contratación de proveedores locales, aunque tampoco será todavía un formato de producción completa.
La actividad de montaje arranca con un turno y medio con unos 200 empleados recolocados de Nissan, con la previsión de ir incrementando la cifra en 2025 y con vistas a llegar a unos 1.200 trabajadores cuando la fábrica tome la velocidad de crucero. El objetivo inmediato de la planta es alcanzar una producción de 1.400 vehículos en lo que queda de 2024, según los planes iniciales, y más de 20.000 vehículos al año para 2025, en lugar de los 30.000 previstos anteriormente, consolidando la presencia de Ebro en el mercado español y europeo. Con 45 acuerdos cerrados y 30 concesionarios operativos para finales de año, la compañía busca reafirmar su lugar en un mercado muy agitado y con una creciente competencia por la llegada de marcas chinas como Omoda y Jaecoo, de Chery.
Colaboración en tiempos complejos
El acto contó con la presencia del presidente de la Generalitat, Salvador Illa, el ministro de Industria, Jordi Hereu, y altos directivos de Chery, incluido su presidente, Yin Tongyue. Illa destacó la importancia del proyecto como un ejemplo de cooperación internacional, afirmando que «Europa debe ser abierta a quienes quieren prosperar con nosotros». Por su parte, Hereu celebró la recuperación de la planta y de la marca Ebro, calificándola como una muestra de la capacidad productiva de España y de la colaboración público-privada.
El presidente de Chery, Yin Tongyue, reafirmó el compromiso de la compañía china con Ebro, destacando su papel como «impulsor» para generar miles de empleos y contribuir a la descarbonización a través de tecnologías eléctricas avanzadas. Su objetivo es convertir a Barcelona en un polo de exportación de vehículos al mercado europeo.
Oportunidades con China
Este hito llega en un contexto delicado para las relaciones comerciales entre la UE y China, marcado por la reciente decisión europea de investigar los subsidios a los vehículos eléctricos chinos. Sin embargo, la alianza Ebro-Chery simboliza la posibilidad de construir puentes mediante la cooperación tecnológica e industrial, dejando de lado las tensiones políticas. El embajador de China en España, Yao Ying, ensalzó las ventajas del diálogo al calificar de «fundamental» la cooperación entre la UE y España.
El arranque de la producción en la Zona Franca es más que un simple reinicio industrial; es un símbolo de renacimiento y de las posibilidades que ofrece la cooperación frente a las hostilidades comerciales que han iniciado la UE y China. En palabras de Salvador Illa, la alianza de Ebro y Chery, con un reparto de capital del 60% y 40%, respectivamente, es un ejemplo de «las nuevas oportunidades que abre la cooperación con China». «Europa tiene que pensar en el bienestar de los europeos y tiene que estar abierta para los que quieren prosperar con nosotros», manifestó el presidente catalán.
La jornada de hermanamiento entre Cataluña y China culminó con una recepción en el palacio de Pedralbes. Con la bandera de China ondeando en la fachada, Salvador Illa y Zhao Leji, presidente de la Asamblea Popular Nacional de China, pasaron revista a una formación de gala de los Mossos d’Esquadra. Una imagen que puede abrir puertas a otras inversiones en juego y que apunta en dirección contraria a la guerra comercial que se está gestando entre la UE y China.
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