El presidente del Consejo de Dirección de BMW AG, Oliver Zipse, ha asegurado que la Unión Europea (UE) debería revisar de una manera exhaustiva la legislación sobre las emisiones de CO2. Así lo ha indicado durante la conferencia anual de resultados de la compañía, donde ha apuntado que: «A finales de 2025, el mundo se dará cuenta de que no es tan fácil… Para entonces, la presión para la industria automovilística europea será significativa».
Con la intención de reducir progresivamente las emisiones de CO2 de los coches a la venta en Europa, la Comisión Europea elaboró una estricta normativa que obliga a los fabricantes a reducir por debajo de cierto umbral las emisiones medias de CO2 de los modelos que venden. Si no lo consiguen, tienen que pagar multas importantes en función de las unidades vendidas y el número de gramos que superen el límite.

En este sentido, BMW ha señalado que, el año pasado, consiguió reducir sus emisiones de CO2 a una media del 20 por ciento por debajo de su objetivo europeo requerido para 2023. Pero, según Zipse, el endurecimiento de los objetivos de CO2 de 2024 exigen una reducción del 25 por ciento de las emisiones de la flota de turismos nuevos vendidos en Europa en comparación con las cifras de 2021; algo que será difícil para la industria.
Pese a esto, Zipse ha asegurado que BMW está en la buena dirección para alcanzar los objetivos más estrictos de cara a 2025, aumentando la producción de vehículos totalmente eléctricos hasta el 20 % de su fabricación total. Según las previsiones de la compañía alemana, en 2030, el 50 % de las ventas globales de BMW serán de coches 100 % eléctricos; en 2023, alcanzaron el 15 %.
Aunque, para alcanzar esos objetivos, también habrá que tener en cuenta que las marcas dependen de los clientes y de su interés por la adquisición de vehículos eléctricos, tal y como ha explicado Zipse. Frente a esto, la Unión Europea ha indicado que, en 2026, llevará a cabo una revisión para evaluar el progreso en el avance hacia las ventas de vehículos de cero emisiones.
BMW no es la única marca que pide rebajar las normativas de la UE
Pero BMW no es la única marca que se ha mostrado contraria a las normativas de la Unión Europea en cuanto a la reducción de las emisiones de CO2 de los vehículos. En el caso de Porsche, por ejemplo, a finales de enero de 2024, el director financiero de la marca, Lutz Meschke, aseguró que Europa podría retrasar que se prohíba la venta de los coches con motores de combustión.
Del mismo modo, el CEO del Grupo Renault, Luca de Meo, recientemente hizo un llamamiento a la Unión Europea y, frente a la llegada a Europa de la avalancha de coches chinos, señaló la posibilidad de que los fabricantes de coches europeos unan fuerzas para crear un ‘Airbus’ en el sector que les permita fabricar coches eléctricos de bajo precio.
Por su parte, el Grupo Volkswagen también ha pedido a la Unión Europea que suavice las exigencias para 2025. «No tiene sentido que la industria tenga que pagar sanciones cuando no se dan las condiciones marco para el aumento de los vehículos eléctricos», afirmó el director general del Grupo VW, Oliver Blume, durante la presentación anual de resultados de la compañía.
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