AIR-INK, la tinta hecha de contaminación

En los últimos tiempos estamos viviendo cambios importantes en la industria automovilística que conducen a un futuro con coches autónomos y, sobre todo, eléctricos. Esto se debe a la contaminación del aire creada por los motores de combustión; sin embargo, Anirudh Sharma y Nikhil Kaushik son dos indios que han decidido aprovechar este escenario tan perjudicial para la salud de los habitantes de -especialmente- las grandes ciudades. ¿Cómo lo han hecho? Pues fundando la start up AIR-INK, una empresa que se encarga de ´recoger´ la polución ambiental y crear tinta para impresoras a partir de ella.
A Anirudh Sharma se le ocurrió esta idea después de volver a la India en sus vacaciones, pues estudiaba en Estados Unidos. En el país asiático, conocido entre otras cosas por las poblaciones masificadas de gente -y, por tanto, de circulación de coches, lo cual genera un mayor nivel de contaminación-, Sharma se dio cuenta de que llegaba a su casa con la ropa manchada por culpa de la polución generada por los motores de los vehículos. Entonces pensó que esa contaminación podría tener una utilidad de provecho a través de la pigmentación.
Botes para ´capturar´ la contaminación
Ya de vuelta en Estados Unidos, Sharma creó un material para recoger las partículas de carbono de una vela, a las que añadió una pequeña cantidad de alcohol y de aceite: el resultado fue una tinta completamente utilizable en una impresora. A partir de ahí surgió la start up AIR-INK, que se basa en unos botes acumuladores de la polución y los cuales se instalan en los tubos de escape de los coches. Tienen la capacidad de ´capturar´ el 95% de la contaminación y tan solo se necesitan unos 45 minutos para completar la carga de un bote entero.
Estos pequeños botes disponen de una luz roja que se enciende una vez el recipiente esté completo y haya que cambiarlo; además, funcionan con electricidad estática y no generan riesgo alguno para el coche ni para el motor. Por último, el objetivo de AIR-INK es reunir 14.000 dólares a través de una campaña de crowdfunding para crear más botes y colocarlos en taxis y en vehículos particulares.