Pretenden multiplicarlas hasta por 10

EE.UU. quiere endurecer las multas contra los fabricantes que retrasen las llamadas a revisión

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Fuentes oficiales de la admisnitración estadounidense han informado de que pretenden elevar de 35 a 310 millones de dólares la multa máxima para sancionar a los fabricantes de automóviles que oculten defectos o retrasen las llamadas a revisión.


El gobierno estadounidense planea multiplicar casi por 10 las multas a las que se enfrentarían los fabricantes de automóviles que retrasan las llamadas a revisión de vehículos defectuosos, según informó ayer una fuente oficial y recogió agencia EFE. El Secretario de Transporte de EE.UU., Anthony Foxx, anunció que la Administración Obama quiere que la máxima multa pase de 35 millones a 310 millones de dólares.
Esta propuesta sale a la luz justo en medio de las investigaciones lanzadas por su departamento y otras entidades federales sobre las acciones del fabricante General Motors (GM) que recientemente ha realizado una llamada a revisión a millones de vehículos afectados por un defecto detectado hace una década. El defecto en el sistema de encendido, que provoca el apagado involuntario e imprevisto del motor, ha causado al menos 13 muertos en Estados Unidos.
Hace unos meses, Toyota fue multada con 1.200 millones de dólares por mentir al público y las autoridades estadounidenses sobre un defecto que provocaba aceleraciones involuntarias y que obligó al fabricante japonés a llamar a revisión en 2009 y 2010 a millones de sus vehículos. En lo que va de año, el sector del automóvil ha llamado a revisión en Estados Unidos 9 millones de vehículos, sin contar los más de 400.000 anunciados ayer por los fabricantes alemanes Mercedes-Benz y BMW. De esta cifra, la mayoría, unos 7 millones, corresponden a GM, incluidos unos 2,6 millones afectados por el problema del sistema de ignición. La Administración Nacional para la Seguridad en la Carretera (NHTSA por sus siglas en inglés), que depende del Departamento de Transporte, así como congresistas estadounidenses, han acusado a GM de no facilitar a las autoridades todos los documentos requeridos en relación con el defecto del sistema de ignición.
Los cambios legislativos anunciados por Foxx también ampliarían las competencias de la NHTSA para obligar a los fabricantes a que retiren de la circulación vehículos defectuosos o que informen a sus clientes que dejen de utilizar los automóviles afectados. Precisamente la semana pasada un juez estadounidense negó la solicitud de conductores afectados por el defecto en el sistema de ignición de forzar a GM a que ordene a sus clientes a que dejen de circular con los vehículos afectados.