A la venta por 58.075 euros

Infiniti Q50 3.5 Hybrid: No parece híbrido

Andrés Martínez
Andrés Martínez
Viene desde japón para sustituir al G37 sedán y desde Infiniti dicen que es tan bueno como los Audi a4 y BMW Serie 3... pero más exclusivo. ¿Exageran?


En España, el 70% de los compradores de coches nuevos siguen un proceso idéntico: delimitan su presupuesto, deciden cuánta potencia necesitan… y adquieren el modelo diesel que mejor se ajsuta a esos parámentros. Y no podíamos defraudarles. Por eso, también encontrarás un recuadro en el que se explica como va el Q50 2.2d diesel de 170 CV.

No es personal, es porque corre

Pero en Car&Tecno lo que nos interesa es lo emocionante que resulta un coche. Y la distancia entre las prestaciones del Q50 diesel y el 3.5 Hybrid de 364 CV es la que separa a una berlina rápida de una divertida. Así que me he agenciado una unidad con el acabado superior GT Sport para comprobar de lo que es capaz esta berlina híbrida, que con un precio partida de 53.900€, se postula como un duro rival para el BMW Serie 3 Active Hybrid –58.300€–.

A simple vista, el Infiniti Q50 transmite la sensación de ser ‘mucho coche’; de hecho, sus 4,79 m de largo suponen 20 cm más que todo un Mercedes Clase C. Por otro lado, tal vez no sea la berlina más espectacular del mundo, pero tiene ese toque ‘exótico’ propio de los automóviles de lujo poco vistos: siempre que te cruces con uno, su carrocería ondulada acaparará tu atención.

Por dentro

Con doble pantalla

El Q50 incluye de serie un sistema multimedia con dos pantallas táctiles en el salpicadero –se denomina Infiniti InTouch–. Una de ellas tiene 8″ pulgadas y muestra las indicaciones del navegador. Y la segunda sustituye a los más de 50 botones que ‘adornaban’ la consola central del G37 Sedan. Tiene 7″, funciona como la pantalla táctil de un móvil y es tanto sencilla de manejar como excelente por calidad de imagen.

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No parece apellidarse Hybrid

Los árboles que flanquean las carreteras de la Serrania de Montserrat –Barcelona– limitan la visibilidad, mientras que la anchura de la vía se torna preocupante cada vez que un coche se cruza en sentido contrario. Mientras espero una recta con buena visibilidad para adelantar al camión que circula delante, pulso un pequeño interruptor de tipo ‘balancín’ ubicado entre los asientos y selecciono la posición Personal –hay cuatro modos Snow, Standar, Sport y Personal–. Selecciono el modo Sport del motor a través de una pantalla que bien podía ser de un iPad y la firmeza intermedia de la dirección adaptativa DAS –en el modo deportivo Sport es excesivamente dura–. Según Infiniti, el tetracampeón del mundo de F1 Sebastian Vettel se ha encargado de la puesta a punto la dirección y los frenos del Q50… y espero que se note. Reduzco una marcha tirando de la leva izquierda, acelero a fondo y adelanto al camión con la rapidez y el sonido propios de un buen motor V6 gasolina 364 CV. Lo cierto es que el Q50 3.5 Hybrid es uno de esos híbridos que se parece a un gasolina. En ciudad puede ser tan ecológico como un Toyota Prius y recorrer dos kilómetros impulsado por la energía almacenada en sus baterías de ión-litio. Incluso puede alcanzar 100 km/h utilizando la electricidad como combustible… Pero cuando lo ‘exprimes’, su caja automática de convertidor de par resulta más eficaz que las ‘ruidosas’ cajas ‘continuamente variables’ habituales en los híbridos y consigue que su mecánica responda como lo haría un motor gasolina de gran cilindrada… al que se ha acoplado un motor eléctrico para incrementar las prestaciones. De hecho, los 5,1 segundos que, según Infiniti, necesita para acelerar de 0 a 100 km/h no parecen una fanfarronada.

Así va el diesel

Cuesta desde 39.400€

El Q50 ofrece el primer propulsor diesel de cuatro cilindros de Infiniti: una mecánica 2.2 de 170 CV de procedencia Mercedes y disponible con cambio manual de seis velocidades o con una caja automática de siete marchas –por 2.775€–. En frío resulta ruidoso, aunque sus prestaciones son muy correctas y, entre 1.500 y 4.000 rpm, tiene una capacidad notable para ganar velocidad. Por su parte, el consumo rara vez supera los 7 l/100 km.

Llega la primera curva y me abalanzo sobre los frenos. Las pinzas fijas de cuatro pistones del eje delantero tienen una mordiente encomiable –y eso que el Q50 pesa 1.825 kilos–… pero algo falla. A mitad de recorrido el pedal de freno adquiere un tacto inconsistente que resta precisión a la frenada. Por contra, a medida que enlazo curvas, este Infiniti –que hereda la plataforma del G37– se muestra muy ágil: la carrocería apenas balancea y la dirección DAS –de serie– me convence cada vez más. No transmite demasiada información acerca de lo que hay bajo las ruedas… pero es tan directa que estoy abordando giros de más de 90º sin soltar las manos del volante… y puedo circular más deprisa que si llevara una dirección ‘convencional’.
El Q50 es exclusivo, resulta más divertido de lo que esperarías en un coche que se apellida Hybrid y cuesta 4.400 euros menos que un BMW Serie 3 Hybrid. Tal vez, su único problema sea que aún debe darse a conocer… y que Infiniti únicamente dispone de 17 concesionarios en España.

Infiniti Q50 3.5 Hybrid

Motor: Gasolina 3.5 V6 gasolina 302 CV + eléctrico 67 CV. Potencia total 364 CV
Cambio: Automático de siete marchas.
Tracción: Trasera. Prestaciones: 0 a 100 km/h en 5,1 seg.; vel. máx.: 250 km/h.
Consumo: 6,2 l/100 km. Peso: 1.825 kg
Precio: Desde 53.900e
LO MEJOR Y LO PEOR
+ Exclusividad, calidad de acabado, comportamiento
– No es el más cómodo, peso elevado

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Infiniti Q50