A pesar de haber iniciado sus ventas allá por 1948 -efectivamente, hace casi setenta años-, el Land Rover Defender 2016 continúa siendo uno de los vehículos más idóneos si de lo que se trata es de eficacia fuera del asfalto. Quizá el único modelo que esté a su altura en este aspecto sea el Mercedes-Benz Clase G; eso sí, el británico se podía adquirir nuevo desde algo menos de 40.000 euros, mientras que el precio del germano ´arranca´ en unos prohibitivos 91.600 euros.
Y digo se podía adquirir porque Land Rover ha puesto fin, a lo largo del año 2016, a la comercialización del Defender. Con este adiós, la industria de la automoción ha despedido a todo un mito que ha marcado a varias generaciones. No obstante, se espera que para dentro de aproximadamente dos años la compañía con sede en Coventry -Reino Unido- lance al mercado una nueva generación del Defender, pero la versión que siempre hemos conocido quedará en la memoria de todos y seguirá siendo, por mucho tiempo, un vehículo perfecto para un uso offroad.
Aún con todo, fueron matriculadas 408 unidades del Land Rover Defender durante todo el año 2016, lo que significa que fue el cuarto modelo más vendido de la marca en el curso pasado y lo cual pone de manifiesto su popularidad. Comparativamente, en el mismo período fueron entregados 28 ejemplares del Mercedes-Benz Clase G, algo que habla muy bien de este vetusto británico.
La imagen con la que cuenta el Land Rover Defender 2016 es muy espartana y ha evolucionado muy poco desde su lanzamiento. Es decir, tiene prácticamente siete décadas de edad, por lo que su aspecto es bastante antiguo. Destaca por disponer de una parrilla frontal muy grande, con protecciones metálicas y dos faros circulares a cada lado.
Todo el coche presume de unas líneas muy cuadradas, lo que significa que cuenta con una aerodinámica muy poco cuidada; sin embargo, entre las prioridades del conductor tipo del Land Rover Defender 2016 no está la de recorrer muchos km a altas velocidades. Toda esta sensación de todoterreno que desprende a primera vista se ve acentuada por unas ruedas propias para circular por campo y por una rueda de repuesto ubicada en la parte exterior del portón -de apertura lateral- que da acceso al maletero.
En el habitáculo la tendencia es similar a la de su carrocería. A pesar de ello, el interior sí que ha sufrido diversas renovaciones que le han permitido incluir materiales del siglo XXI. El salpicadero es de una sola pieza y utiliza la misma instrumentación que otros modelos de Land Rover.
De igual forma, los asientos han sido actualizados recientemente y existen las versiones 90 -tres puertas- y 110 -cinco puertas-, que tienen una disposición interior diferenciada: mientras en el primero hay dos asientos individuales en la fila posterior, el 110 incluye una banqueta abatible en dos partes y puede añadir otras dos plazas más para completar un total de siete.
El Land Rover Defender 2016 finalizó su vida comercial con un propulsor diésel de 2.4 litros que entrega una potencia de 122 CV a 3.500 rpm y 360 Nm de par máximo a 2.000 rpm. Con él, el Defender, que tiene un peso total que no llega por poco a las dos toneladas, se mueve bien por el campo, pero sus prestaciones, lógicamente, son bastante discretas. Así las cosas, tiene una velocidad máxima de 132 km/h, mientras que su consumo medio homologado es bastante elevado: 10,0l/100km.
Cualquiera que sea la versión del Land Rover Defender 2016 tiene tres diferenciales. La tracción total es permanente y cuando entra en acción la reductora, el diferencial central se bloquea automáticamente. Por otro lado, llama la atención que los diferenciales delantero y trasero no sean bloqueables mecánicamente, así como que el ABS sea opcional: en este caso, el control de tracción se encargaría de frenar cualquier rueda que se quedase en el aire al pasar por terrenos con ondulaciones.
Lo último | Lo más leído |