Las soluciones de la DGT que no acaban de funcionar
Os escribo porque en estas fechas, cuando llega la Navidad y acaba el año, tanto la DGT como diferentes asociaciones de automovilistas tratan en los medios de comunicación varios temas cuyas soluciones actuales no comparto; es más, me indignan.
Benjaminnu
Por ej., sobre la siniestralidad y el consumo de bebidas alcohólicas al volante, me parece muy bien que la DGT incremente los controles de alcoholemia […], pero yo me pregunto: ¿A dónde va a parar exactamente el dinero recaudado por las multas, los impuestos de circulación, etc.? Estoy harto de ver en nuestro país carreteras cuyo asfaltado me hace dudar si estoy circulando en España o en Marruecos. También estoy cansado de ver guardarraíles sin protecciones para los motoristas, animales desintegrados por el paso de neumáticos sin que nadie los recoja, autovías y autopistas que llevan en obras casi tanto como la Sagrada Familia, y puntos negros que, año tras año, no se reparan.
Por eso, pregunto […] ¿por qué no se invierte todo ese dinero en estas cuestiones? O por dar sólo otros ejemplos, ¿por qué no se destina a crear infraestructuras que permitan una mayor utilización de vehículos eléctricos?, ¿o a dar ayudas más cuantiosas a las PYMES y a las familias para que actualicen sus vehículos; algo que además de renovar el parque automovilístico español, aumentaría la ventas de vehículos?
Además, en cuanto a las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol y de las drogas, estoy seguro de que si a estos infractores, en lugar de abonar una mera multa o de realizar servicios comunitarios, les obligaran a vivir durante unos días con familias que han sufrido la perdida de un ser querido o las secuelas de un accidente por culpa de esos excesos, aprenderían mucho más. Conozco a muchísima gente a la que le han multado o incluso quitado el carnet por conducir bebidos o habiendo tomado drogas que no han aprendido la lección. […] El dinero de una multa es, al fin y al cabo, dinero; y un carnet de conducir igual que viene se va, pero la amputación de una extremidad, la pérdida de la capacidad de andar o el fallecimiento de un familiar son cosas que, lamentablemente, no se recuperan.
También entiendo que los positivos por alcoholemia y los accidentes relacionados con el consumo de alcohol y de drogas han disminuido, en realidad, por el aumento de las sanciones y no porque hayan hecho efecto los programas de concienciación de la DGT: que los políticos disminuyan el importe de las sanciones correspondientes y muy pronto veremos cómo las estadísticas de estos sucesos aumentan de nuevo. Creo que las únicas políticas de concienciación son las que he comentado antes, no las de la DGT: poner anuncios en la TV en los que se muestra cómo muere una familia; y es que con esos mensajes sólo consiguen que los niños pequeños tengan miedo de montarse en el coche.
Entiendo que ya va siendo hora de que se empiecen a hacer las cosas bien o de que, por lo menos, se intente. Que se dejen de gastar millonadas en radares como los famosos Pegasus y que, en cambio, mejoren los puntos negros, coloquen los radares donde de verdad sirven para algo -y no en autovías y autopistas donde solo están para ‘hacer caja’-. En suma, que inviertan el dinero donde realmente hace falta y no en tonterías.