¿Qué hacer si te pilla una riada en el coche?

Durante esta semana Italia está viviendo una serie de inundaciones e, incluso, riadas, que en España también se han llegado a producir en ocasiones. Una situación ante la que conviene saber cómo actuar si vamos en el coche para evitar ponernos en peligro.
Las riadas ocurren cuando se producen lluvias torrenciales. A veces resulta bastante difícil predecir qué carretera puede ser anegada o cuál no ya que, como indica la Dirección General de Tráfico (DGT), “una lluvia torrencial convierte un cauce habitualmente seco en un turbulento torrente de agua que anega la calzada”.
Por lo tanto, en caso de lluvias abundantes es preferible no coger el vehículo y, si no te queda más remedio que hacerlo, debes prestar una mayor atención, puesto que no se sabe por dónde puede confluir el torrente de agua. De esta forma, si te topas con una riada mientras circulas con tu coche es fundamental que mantengas la calma, aunque pueda parecer difícil.
En primer lugar, si transitas por una vía que está comenzando a inundarse, lo mejor es, siempre y cuando sea posible, dar la vuelta antes de llegar a la zona, puesto que el agua puede haber socavado el fondo. Además, hay factores que no logramos valorar y que pueden hacer que el coche se vea arrastrado como, por ejemplo, el peso del vehículo, la altura de los bajos, la velocidad de la corriente, la profundidad del cauce y la inclinación del terreno.
Sin embargo, si ya te encuentras con tu coche dentro de una zona inundada, que te ha resultado imposible evitar, pero el agua sólo cubre la mitad de las ruedas, posiblemente puedas seguir conduciendo, aunque te cueste controlar la dirección.
Si, por el contrario, el agua ya cubre las ruedas de tu vehículo en su totalidad (unos 60 centímetros aproximadamente) no podrás dirigir el coche y este comenzará a flotar y llenarse de agua; en este momento, es vital estar tranquilo y saber cómo actuar, tal y como te explicamos a continuación.

Pasos a seguir si estás en una riada
Llegados a ese punto tendrás que valorar las distintas opciones que tienes, aunque lo más importante será salir del vehículo. El primer paso es quitarte el cinturón de seguridad y llamar al 112 (servicios de emergencia). Una vez realizados esos dos primeros pasos debes comenzar a probar las diferentes maneras de salir del vehículo.
En caso de que el coche esté parcialmente sumergido, será difícil poder abrir la puerta hasta que no se iguale la presión de la corriente de agua con la del interior del habitáculo. Si esta acción es factible, es recomendable abrir la puerta en la misma dirección que vaya la corriente. Siempre que la profundidad no sea grande y puedas caminar, dirígete a un punto seguro, teniendo en cuenta que la corriente puede arrastrar diferentes objetos.
Otra opción consiste en intentar bajar la ventanilla y salir por ella, no obstante, si el circuito eléctrico está mojado no será posible, aunque sí podrás romperla con algún objeto punzante. Es relevante que compruebes la dirección de la corriente, ya que si se da el caso de que el agua azote por el lateral del piloto, es preferible romper la ventanilla del copiloto; es decir, se debe buscar siempre el lado contrario a la corriente. De esta manera, será más sencillo y seguro poder subir al techo del coche.

La tercera alternativa es salir por el parabrisas, este elemento suele ser bastante resistente por lo que romperlo resulta casi imposible, sin embargo, sí puedes lograr sacarlo. Para desencajarlo, hay que realizar fuerza con la espalda contra el respaldo y con las dos piernas a la vez pegarle una patada al cristal delantero. Una vez lo hayas sacado, sube al techo del coche donde estarás más seguro.
Si el agua es elevada y te encuentras en el techo del vehículo, conviene que esperes a que los servicios de emergencia acudan a tu rescate. Pero si, por el contrario, la corriente no es muy prominente, es débil y sabes nadar perfectamente, puedes nadar siguiendo la corriente, siempre que haya algún punto cercano en el que puedas agarrarte para salir del agua. Nunca se debe ir en contra de la corriente, ni tirarse si no hay un objeto cercano para poder salir; encima del techo estarás más seguro.