Sainz toma el mando

Una de las particularidades del Dakar es que se puede pasar de la catástrofe al éxito en un sólo día y viceversa –y no es tópico–. Si en la tercera etapa Sainz se desplomaba en la clasificación y entraba en 18º lugar a casi 16 minutos de Roma, al finalizar la cuarta, su nombre era el que se encumbraba a lo más alto, convirtiéndose en cuarto piloto diferente en ganar en la categoría de coches, y en liderar la general.