Prueba: Range Rover Sport SDV8
Independientemente del motor por el que vaya propulsado, el Range Rover Sport es descaradamente más ágil que su predecesor, gasta sensiblemente menos, es algo más habitable y puede, incluso, ser ligeramente superior en campo. ¿La clave? Una roca sedimentaria de la que se extrae el aluminio, un metal tres veces más ligero que el acero y solo un 40 % más endeble, gracias al cual este corpulento todoterreno ha perdido casi 400 kilos.