Depende del tipo de coche y de los sistemas a los que afecte

Botón Eco: ¿de verdad ahorra carburante?

Miguel Tineo
Miguel Tineo
La mayoría de los coches actuales llevan un botón Eco. En teoría, vale para consumir y emitir menos. En teoría. Pero, ¿y qué pasa en la práctica?

Vaya por delante que cada coche es un mundo, y que analizar el consumo de 10 coches utilizando el botón Eco y sin él no serviría de gran cosa para decir que, efectivamente, gasta menos o gasta lo mismo. Pero lo que no podemos hacer es negar la evidencia: si los coches llevan un botón Eco, es porque sí consume y emite menos cuando se realizan las pruebas de consumo del WLTP, al menos en los modelos que así l hacen.

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Ahora bien. En ese tipo de pruebas hay sistemas como el Stop&Start que afectan mucho al consumo, pero que todavía influían mucho más cuando se realizaban las pruebas siguiendo los antiguos protocolos del EDC. Así que también podemos sospechar cuando menos que ese tipo de artimañas son más un truco para homologar un consumo bajo que para lograrlo en la realidad.

En Autofácil probamos muchos coches. De media, por nuestra redacción pasan entre cuatro y seis coches diferentes. Y, obviamente, eso nos da un conocimiento bastante amplio sobre el mundo del motor y sobre todos los sistemas que incluyen los nuevos coches. El botón Eco, o el modo Eco, no es nada nuevo. Se llevan utilizando durante muchos años. Y es verdad que, en función de cómo sea el coche, puede tener un mayor o menor efecto en el tema del consumo. Por ejemplo, si el botón Eco actúa sobre el control del climatizador automático, reduciendo al máximo el funcionamiento del compresor del aire acondicionado, está claro que algo se va a reducir el consumo. ¿Mucho? Pues, bueno, si hace calor, hace calor, de manera que el tiempo de respiro que va a tener un compresor en un día de agosto en Sevilla y a 40ºC va a ser más bien escaso, por no decir nulo.

Hay otros sistemas que también se pueden regular con el modo Eco, como el control de velocidad adaptativo (si es que lo tiene tu coche), que suaviza la aceleración para que el consumo no se dispare tanto. Y sí, también puede tener su lógica y su influencia en el que el consumo se reduzca mínimamente, pues mucho nos tememos que tendrás que recorrer unos cuantos cientos de kilómetros como para que te puedas tomar un café con lo que has ahorrado utilizando el control de velocidad adaptativo en modo Eco.

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Pero, sin duda, si hay un aspecto en el que el modo Eco influye siempre es en la respuesta del pedal del acelerador. El principio es básico: si el motor consume más cuanto más aceleras, si limitas la capacidad de aceleración del coche ‘capando’ la respuesta del acelerador electrónico, consumirás menos. ¿O no? Personalmente, yo odio esa solución. Si necesitas una buena respuesta en algún momento, lo ideal es que tengas que acelerar lo menos posible para obtener la aceleración que requieras cuanto antes.

Porque, al fin y al cabo, la única diferencia es que, para obtener la aceleración que en modo Normal tendrías pisando un 25% del pedal del acelerador, en modo Eco vas a tener que pisarlo un 40%, por poner un ejemplo. Pero, cuando llegues a ese 40%, vas a consumir exactamente lo mismo que si en modo Normal pisas el 25% del recorrido del pedal. Es decir, que si te acostumbras a conducir con progresividad y anticipación, frenando sólo cuando es necesario y acelerando sólo en la cantidad justa, vas a consumir incluso menos que si llevas el modo Eco conectado. ¿Por qué? Fácil: el modo Eco en coches de combustión normales te limita la respuesta del acelerador, pero no es capaz de adaptarse a las circunstancias para aprovechar la inercia o saber cuándo no es necesario frenar, o cuándo puedes mantener cierta velocidad. Ten en cuenta que todo lo que sea volver a acelerar es lo que más aumenta el consumo.

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En los coches automáticos, el modo Eco también influye en el consumo porque le ordena a la centralita que utilice la marcha más larga que sea posible. Y sí, claro que así consumes menos. Y, para ir llaneando a 100 km/h, es una solución muy buena. Pero, de nuevo, cuando afrontemos repechos o tengamos que ganar velocidad en un carril de aceleración o adelantamiento, volveremos a gastar lo mismo que en modo normal. Así que habrás ahorrado en carburante hasta ese momento, pero ahora perderás tiempo de aceleración y, de nuevo, habrás obligado al motor a circular a unas revoluciones probablemente demasiado bajas, algo que a la larga podría tener también sus consecuencias mecánicas. Como dijimos cuando analizamos el modo Sport, al final, el mejor botón Eco, Sport o como lo queras llamar es el que está en tu pie derecho, en tu visión y en tu capacidad para anticiparte a lo que va sucediendo.