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Se puede arrancar un coche moderno ‘a empujón’?

Hace años, cuando un coche se quedaba sin batería, lo normal era arrancarlo “a empujón”. Ahora, las cosas han cambiado.

La operación de arrancar ‘a empujón’ era (y es) sencilla: el conductor se subía en el coche, ponía el contacto, pisaba el embrague y metía segunda marcha. Con el embrague pisado, los ‘buenos samaritanos’ comenzaban a empujar el coche, o lo lanzaban por una pequeña pendiente, hasta que cogiese un mínimo de velocidad. Y, entonces, el conductor levantaba el pedal de embrague y… voilà! El coche se ponía en marcha.

Esta técnica era la que se conocía como arrancar un coche “a empujón”, también conocida como «arranque en segunda» o «arranque por inercia». Y era la técnica más habitual cuando un coche se quedaba sin batería.

Y el coche se ponía en marcha siempre que hubiese un mínimo de tensión en la batería para activar la chispa en las bujías, en los motores de gasolina.

Con el coche ya en marcha, el conductor debía circular al menos media hora para que el alternador cargase la batería. Si ésta se recuperaba, genial; si no… tocaba poner una batería nueva.

Si es automático, olvídate de arrancar ‘a empujón’

Pero esta técnica era habitual en coches antiguos con motor de gasolina y cambio manual. Sin embargo, en la mayoría de coches modernos, el arranque “a empujón” no es tan viable por varias razones. En primer lugar, los vehículos con transmisión automática no pueden arrancarse de esta forma, y cada vez hay más coches automáticos.

Y esto incluye por supuesto los coches híbridos y eléctricos, que además tienen otro tipo de necesidades que harían que tampoco se pudiesen arrancar a empujón.

Arrancar «a empujón» es una solución de emergencia cuando te quedas sin batería, pero es válido sobre todo para coches de hace años.

Si hablamos de coches de gasolina o diésel convencionales, hay que tener en cuenta que los coches actuales incorporan múltiples sistemas electrónicos que dependen de la unidad de control (ECU) para gestionar la inyección, el encendido, los sensores y otros módulos electrónicos.

Así que a poco que la batería esté descargada, no habrá suficiente tensión para que la ECU funcione, y aunque el motor gire por inercia, no arrancará. Esto se aplica tanto a motores de gasolina como diésel, y especialmente a aquellos con inyección directa, sistemas start-stop o turbos controlados electrónicamente.

Daños en el catalizador por arrancar ‘a empujón’

En los coches modernos, existen otros riesgos por intentar arrancar un coche moderno “a empujón”. Si el motor recibe combustible pero no puede encenderlo en el momento adecuado, se puede producir la ignición del combustible cuando llegue al sistema de escape que podrían dañar el catalizador.

Tampoco podemos obviar el hecho de que los tirones que experimenta el motor al arrancar forzadamente pueden afectar a la distribución, el embrague o la caja de cambios. Y también existe el riesgo de provocar picos de tensión que dañen los módulos electrónicos del vehículo.

Por todo ello, si el coche no arranca debido a que la batería descargada, lo más recomendable es utilizar cables de arranque conectados a otro vehículo o un arrancador portátil. Si la batería está completamente agotada o defectuosa, no nos va a quedar más remedio que sustituirla. Nos bastará con avisar al servicio de asistencia de nuestro seguro para que nos arranquen el coche y nos digan si la batería está para cambiar o no.

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