Imagina esto: no estás peleándote con la hamburguesa y patatas fritas que acabas de comprar en el servicio auto de tu Burger favorito. En su lugar, te acomodas en los mullidos butacones que te ofrece el Cadillac Escalade IQ, un SUV eléctrico que parece más una nave espacial que un vehículo. Los asientos traseros se reclinan, te dan un masaje digno de un spa, y de repente, una bandeja retráctil aparece con un plato digno de un chef con estrella Michelin. Así es el Cadillac of Reservations, la apuesta de Cadillac para convertir su mastodonte eléctrico en un restaurante de tres estrellas sobre ruedas. ¿Quién necesita un comedor cuando tu coche puede ser el escenario de una experiencia culinaria única?

El concepto es tan extravagante como suena, y eso es lo que lo hace genial. Cadillac ha decidido que comer en el coche no tiene por qué ser sinónimo de comida rápida devorada a toda prisa. En Nueva York, el restaurante COQODAQ ya ha subido la apuesta con su pollo frito de lujo y caviar, servido en la intimidad de las plazas traseras del Escalade IQ. Los comensales disfrutaron de un menú de cinco platos, cada uno acompañado por una canción cuidadosamente seleccionada que resonaba a través de un sistema de sonido AKG con 40 altavoces. ¿El toque final? Una chimenea virtual en las pantallas traseras para crear ambiente. Porque, claro, ¿qué es una cena sin un poco de fuego digital?

Ahora, el espectáculo sigue en Beverly Hills, donde La Dolce Vita, un clásico italoamericano adorado por estrellas de Hollywood, toma las riendas del 24 al 26 de abril. Imagínate saboreando unos espaguetis con albóndigas o un branzino piccata mientras los asientos ventilados te mantienen fresco y la música te envuelve. Las reservas, eso sí, son más codiciadas que una entrada para la final de la Champions: solo tres turnos por noche para dos personas, disponibles en Resy.com.
Y esto es solo el principio. Próximamente, Miami vibrará con COTE y su barbacoa coreana de alto voltaje, mientras que San Francisco apostará por la cocina americana audaz de State Bird Provisions. Cadillac no solo vende coches, vende momentos. Porque, seamos honestos, después de probar esto, comer un bocadillo en el asiento del piloto o copiloto nunca volverá a ser lo mismo. ¿Te apuntas a esta locura gastronómica?
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