«La que has ‘liao’ pollito»

Con el mundo del diésel ha pasado lo mismo que con el pollito: el problema se ha ido haciendo tan viral que casi todas las marcas que se venden en Europa se han visto señaladas por supuestos fraudes o engaños. Y este virus ha desembocado en un gran resfriado para el sector del automóvil, que ha originado una, casi insostenible, carrera hacia la protección del medio ambiente donde llegar a la meta pasa por cumplir la normativa de emisiones. Esta carrera alocada ha provocado una aceleración en la electrificación de los automóviles; ya no hay una sola marca que no tenga previsto alguno de sus coches eléctricos para 2020. Además, a partir de 2025, casi todas las marcas ofrecerán versiones eléctricas en todas sus gamas, como un motor más.
Pero antes de que lleguemos a esa electrificación masiva, los diésel se están viendo abocados a la desaparición entre los compradores particulares; y es que cualquier mortal que vaya a tener un coche en propiedad por más de cinco o seis años, no se la quiere jugar y que no pueda entrar en las ciudades porque la cambiante normativa se lo prohíba. Por lo tanto, los diésel de hoy, los más eficientes y ecológicos de la historia, se ven relegados a las compras de empresas de alquiler, renting y flotas.
Por todo ello, durante los próximos 12 meses hay tres fechas que no debemos perder de vista: 1.- Con la llegada del nuevo ciclo WLTP, hasta el 31 de agosto de 2018, las marcas deberán vender el stock de vehículos que hayan sido homologados bajo el anterior ciclo NEDC; y si no consiguen hacerlo, tendrán que automatricular esos coches para comercializarlos como Km0. 2.- Desde enero de 2019, subirá el precio de los automóviles nuevos debido al ajuste del Impuesto de matriculación a las emisiones. 3.- El 31 de agosto de 2019, las marcas tendrán que haber sacado de su inventario los coches ‘End of series’; es decir, sus últimos modelos bajo ciclo NEDC.