En Autofácil estamos efectuando una prueba de larga duración con el Hyundai Kona, modelo recientemente nombrado Coche del Año en España. La unidad que tenemos es en su versión híbrida, que no es enchufable y que porta el distintivo medioambiental ECO.
Tras conducirlo personalmente durante algunos días, primero por ciudad y más tarde por carretera y autopista, he llegado a algunas conclusiones que quisiera transmitir.
Gasta poco en uso cotidiano

El Hyundai Kona Híbrido combina un propulsor de gasolina 1.6 de 105 CV con un motor eléctrico de 44 CV. A pesar de la escueta potencia del segundo, el desplazamiento en modo eléctrico en entorno urbano es usual, gracias a lo cual el consumo de combustible es muy bajo. Si utilizas el coche en ciudad y circunvalación, es fácil rondar los 5,3 L/100 km de consumo medio. A esto ayuda que la batería de alto voltaje es de 1,56 kWh, notable capacidad para tratarse de un híbrido no enchufable.
Y en carretera no se dispara
Evidentemente, en autopista es el propulsor de gasolina el que ‘tira del carro’. Sin embargo, si circulas a ritmo legal puedes moverte en torno a los 6,5 L/100 km.
Si eres de ir rápido, elige otra versión

Cuando la carga de la batería baja de un cuarto sobre el total, el sistema entra en ‘modo combustión’ tal y como marca en el cuadro. Eso se traduce en que momentáneamente, y hasta que la batería no recupere un poco de carga, la potencia que tienes se reduce a los 105 CV que aporta el 1.6.
Para una conducción a ritmo tranquilo no hay problema, pero si afrontas pendientes ascendentes, intentas subir puertos a buena velocidad o precisas adelantar con presteza, echarás en falta mucho poderío.
Las levas tienen una doble función
Hay tres modos de conducción: Eco, Sport y Snow. Normalmente te moverás entre los dos primeros, entre los cuales hay una importante diferencia: el uso de las levas.
En el programa ECO, que es con el que el coche se pone en marcha, no cambian de marcha, sino que sirven para ajustar el nivel de retención del motor y, por tanto, la regeneración de energía. En cambio, en el modo Sport sí que cambian de marcha aprovechando que, a diferencia de mucho coche híbrido, aquí hay una caja de doble embrague con seis velocidades.
Es un SUV B… casi C

El Hyundai Kona se cataloga como un SUV urbano. Sin embargo, esta segunda generación ha dado un importante salto en tamaño respecto a la anterior, tanto que se mete entre los SUV-C más compactos, con 4,35 metros de largo. Y esto tiene sus cosas buenas: plazas traseras que cumplen muy bien por espacio y hay 466 litros de maletero.
Es un poquito ‘pesado’
El Kona dispone de muchos sistemas de asistencia a la conducción, pero que se pasan de controladores. No hace falta que circules de forma ni mucho menos negligente para que escuches pitidos y alertas cada dos por tres.

¿La solución? Fácil, desconectarlos. Sin embargo no es algo rápido de hacer. Puedes configurar la tecla de Favoritos para que directamente acceda al menú ADAS, pero después tienes que desconectar uno a uno, para lo cual echarás unos diez segundos. Y no tienen memoria de desconexión, de modo que cuando apagues el coche y lo vuelvas a poner en marcha, se rearmarán.
Está bien hecho

Salvo algunas partes tapizadas, todo es plástico duro, sin embargo, se aprecia de una calidad y robustez que parece duradera. ¡Y tiene botones! Los mandos del climatizador, los del volante, o los de cualquier acceso rápido presentan teclas mecánicas de verdad, mucho más cómodas y seguras de accionar que las táctiles tan de moda.
Hay una doble pantalla en el salpicadero, reservando la izquierda para el cuadro de mandos (que se lee muy clarito y que cambia en función del modo de conducción seleccionado) y la derecha para el sistema multimedia, que respecto a mucha competencia resulta más fácil hacerse a su funcionamiento.
Mucho hueco portaobjeto, pero…

Si eres de los que ‘se ponen negros’ cuando en el coche hay cosas que se mueven y hacen ruido, en el Kona te pasará. Hay muchos huecos portaobjetos, pero la mayoría no tiene un acolchado o goma que impida que llaves, monedas o cualquier cosa se mueva y haga ruido durante la conducción.
¿Y la conclusión?
Este es el Kona más completo de la gama, no cabe duda. Porque vale para todo o, mejor dicho, es el que cumple de mejor manera en el cómputo global. Obviamente las versiones 1.0 T-GDI de gasolina son más competitivos en carretera y autopista, pero consumen mucho más en ciudad. Por su parte, los Kona eléctricos son aún mejores en uso cotidiano, pero tienen la lógica limitación para largas distancias a pesar de que no tienen poca batería.
Así que si quieres comprar un Hyundai Kona, yo elegiría este en los supuestos de que vayas a utilizarlo a diario y de que quieras viajar con él a ritmo tranquilo. Si vas a viajar cargado, te gusta ir un poco más ‘ligerito’ de la cuenta, o afrontarás de forma habitual puertos y pendientes ascendentes, entonces es mejor que mires la motorización 1.0 T-GDI, o incluso la 1.6 T-GDI, si bien en esta última no hay microhibridación posible y, por tanto, se asocia a la etiqueta C.
