Reemplaza al Clase M

Así es y así va el Mercedes-Benz GLE

Rogelio Camargo
Rogelio Camargo
La marca alemana ha renovado su todocamino más popular, el Clase M, y de paso le ha cambiado el nombre. Así nace el GLE, disponible con seis versiones que van desde los 204 hasta los 585 CV, con un precio de partida de 60.125 euros.


El Mercedes-Benz Clase M –o ML, ambas denominaciones son correctas– comenzó a comercializarse en España en 1998, con la denominación interna de W163. Fue desarrollado pensando en el mercado americano –de hecho, se fabricaba allí– y contaba con un chasis de largueros y travesaños. La segunda generación –W164–, de 2005, evolucionó hacia un plataforma monocasco y, por tanto, cambió su carácter hacia el lado de los SUV, aunque aún mantenía la posibilidad, en algunas versiones, de equipar reductora y bloqueo del diferencial trasero. Por último, la tercera entrega, que se presentó en 2012, mantuvo la estructura, aunque cambió de diseño y añadió motores mucho más eficientes, como los turbodiésel BlueTEC.
Más que un nuevo modelo, el GLE es una actualización del último ML –código interno W166– que ahora se adapta a las nuevas nomenclaturas que está introduciendo Mercedes-Benz. Las diferencias de diseño entre ambos modelos no son muy evidentes, especialmente en la parte trasera. El frontal tampoco cambia en exceso, aunque son nuevos la parrilla, el paragolpes, el capó y los faros. Estos últimos pueden contar ahora con iluminación mediante ledes en lugar de los bixenón que se ofrecían en el anterior ML.

Tres de gasolina, dos diésel y un híbrido enchufable

Mercedes GLELa gama de motores del Mercedes-Benz GLE se compone de una mecánicas de gasolina –GLE 400 de 333 CV–, acompañada por las dos versiones de Mercedes-AMG, el GLE 63, de 557 CV, y GLE 63 S, de 585. En diésel es posible elegir entre un cuatro cilindros –GLE 250 d– y un V6 –GLE 350 d–. La gran novedad de la gama es el GLE 500 e, un híbrido enchufable que, gracias a la acción conjunta de un motor térmico –el mismo que en el GLE 400- y uno eléctrico, proporciona una potencia máxima de 442 CV y un consumo homologado equiparable al de la versión diésel menos potente. La batería puede recargarse a través de la red eléctrica y puede propulsar por sí misma al coche, a una velocidad máxima de 130 km/h y con una autonomía de 30 kilómetros.

Hemos tenido la posibilidad de probar este último, que ofrece unas prestaciones a la altura de lo esperado y un consumo reducido en circulación urbana, donde mejor puede aprovecharse la parte eléctrica. Además, su precio es solo 4.900 euros superior que el del GLE 400, notablemente menos potente. La principal desventaja frente al resto de la gama es la reducción del espacio de carga, que se queda en 480 litros –690 en el resto–, así como la imposibilidad de equipar el paquete On&Offroad que, entre otros elementos, añade una caja reductora.

También nos pusimos a los mandos del Mercedes-Benz GLE 250 d, la versión más asequible de la gama –cuesta 60.125 euros–. El motor de cuatro cilindros 2.2 biturbo ofrece unas prestaciones suficientes para rodar a buen ritmo en carreteras amplias y adelantar con seguridad en las secundarias, siempre con un nivel sonoro muy contenido y un consumo bajo, en torno a 7 l/100 km en condiciones reales de circulación.

Mercedes GLE
 

Mercedes-Benz GLE 250 d 4Matic

  • Precio: 60.125 euros
  • Motor: Diésel, 2.2 biturbo, 4 cil. en línea; 204 CV a 3.800 rpm; 500 Nm de 1.600 a 1.800 rpm
  • Cambio: Caja automática de 9 velocidades
  • Tracción: A las cuatro ruedas
  • Prestaciones: 0 a 100 km/h en 8,6 seg.; vel. máx.: 210 km/h
  • Consumo: 5,9 l/100 km
  • Peso: 2.150 kg

LO MEJOR Y LO PEOR

+ Consumo, comodidad, maletero.

– Agilidad frente al BMW X5, equipamiento de serie.

 

Mercedes-Benz GLE