Hay tres tipos de dispositivos que se utilizan para saber dónde están los radares de velocidad. Sin embargo, no todos son legales y hay dos de ellos (detector de radares e inhibidor) con los que te multan sólo por llevarlos en el coche instalados, aunque ni siquiera los estés usando en ese momento.
Además, el empleo de uno de estos dispositivos conlleva una sanción de hasta 6.000 euros para el propietario del vehículo y de hasta 30.000 euros para el taller que lo haya instalado. A continuación, te explicamos todos estos aparatos detalladamente:
1.- Avisador de radares
Son GPS y aplicaciones de móvil que incluyen una base de datos con la ubicación de los radares fijos y de tramo de las carreteras. De esta forma, los sitúan en un mapa y alertan al conductor si se aproxima a alguno. Su uso es completamente legal y, por lo tanto, la DGT no sanciona su empleo puesto que, según indica, «avisar de la ubicación exacta de un radar fijo es totalmente lícito, ya que se trata de una información pública y que la DGT difunde en su web«.
2.- Detector de radares
Este dispositivo rastrea y localiza los radares que están próximos a nuestro coche. Su empleo está catalogado como una infracción grave y la multa asciende a 200 euros y la retirada de 3 puntos del permiso de conducir.
Además, desde la entrada en vigor de la nueva Ley de Tráfico el 21 de marzo de 2022 no sólo se sanciona el uso de los detectores de radares, sino también el hecho de que estén instalados en el coche.
Es decir, la reforma de la Ley de Tráfico, en su artículo 76, especifica que tendrá la misma pena (de 200 euros y 3 puntos) tanto el uso de detectores de radares como el llevarlos instalados en el vehículo.
3.- Inhibidor de radares
Los inhibidores rastrean los radares y anulan su funcionamiento, y está penado tanto su uso como el llevarlos instalados en el vehículo. La multa asciende hasta los 6.000 euros y la retirada de 6 puntos del carnet de conducir.
Por tanto, la sanción económica que te pueden poner por hacer uso o llevar un inhibidor de radares es bastante mayor que las infracciones por superar la velocidad máxima de la vía, que pueden llegar hasta los 600 euros.
Así mismo, los talleres que instalan este tipo de dispositivos pueden recibir multas de hasta 30.000 euros por hacerlo.