Durante la década de los sesenta, Seat sigue produciendo y vendiendo el 600 con gran éxito, pero además lanza el nuevo 1400, seguido del 1500, el 850 y el 850 Coupé hasta que, en 1968 aparece el Seat 124; un coche que en 2018 celebraba su 50 aniversario. Con él, se constituyó la primera gama de vehículos de la compañía española.
Para comenzar a hablar de este modelo, tenemos que descubrir sus orígenes. El Fiat 124 llegó al mercado italiano en 1966, y dos años más tarde Seat alcanzó un acuerdo con la compañía italiana para fabricar el 124 en España bajo licencia Fiat; en aquella época la importación de vehículos en nuestro país era tremendamente compleja, así que la mejor manera de que se vendiera en España era que se fabricara aquí. Las plantas de Zona Franca (Barcelona) y Landaben (Navarra) se encargaron de la producción del Seat 124. Entre 1968 y 1981, se llegaron a producir 640.407 unidades.
La industria automovilística europea comenzó a gestar el asentamiento de los turismos de nivel bajo, o medio/bajo, un segmento en el que Seat no podía quedarse fuera y para el cual todos sus rivales ya estaban preparando modelos específicos.
El Seat 124 cuenta con una carrocería de 4,03 metros de largo y 1,63 metros de ancho con un excelente espacio interior. Estamos ante un vehículo de tres volúmenes, homologado para cinco pasajeros con dos banquetas delante y un asiento corrido detrás, un amplio maletero de 385 litros y un equipamiento austero, aunque completo para la época.
En el mismo año de su lanzamiento fue elegido ‘Coche del Año’ en España. Entre sus virtudes destacan su aplomo en carretera, un diseño elegante y altos estándares de seguridad para la época. Además, el turismo permitía a las familias emprender un viaje asegurando un confort prácticamente desconocido hasta la fecha, y donde elementos como la baca del techo ya no era imprescindible para transportar el equipaje.
Con un depósito de combustible de 39 litros –que más tarde alcanzaría los 45 litros por la versión de carrocería familiar 5 puertas–, ya no era imprescindible estudiar todos los trayectos incluyendo paradas para repostar, ni tampoco prever las paradas para ayudar a refrigerar el motor.
Sus prestaciones y comportamiento le acercaban bastante a lo que cabía esperar de una berlina de corte dinámico, gracias a su reducido peso de 855 kg, un motor de baja cilindrada –1.197 cm3– que ofrecía 60 CV de potencia, con cinco apoyos de bancada y, como gran novedad, la inclusión de cuatro discos de freno. En este sentido, lo único criticable del modelo era su dirección de tornillo sin fin, dura y con poca capacidad de autocentrado, comparado con las direcciones de cremallera que comenzaron a popularizarse en la época.
Poco a poco se fueron añadiendo terminaciones más equipadas -D, D Lujo, D Especial, LS, DLS…-, y el motor 1.2 alcanzó los 65 CV en 1973. Con el restyling de 1975, el 124 recibió algunos motores que ya estaban disponibles en los Seat 1430 y 131: 1.4 de 75 CV, 1.6 de 90 o 95 CV, 1.8 de 118 CV y 1.9 de 114 CV; este último conocido como ‘2000’. También existió una carrocería familiar, la cual llegó en 1969, y otra de dos puertas, con un diseño muy diferenciado al de la berlina: se denominaba Sport Coupé y se vendió entre 1970 y 1975.
El Seat 124 en el mundo de la competición
En 1971 la firma española anunció la creación de una copa de promoción basada en monoplazas propulsados por la mecánica del Seat 1430, la Fórmula Nacional, conocida posteriormente como Fórmula 1430, que cambiaría para siempre la historia de la competición en España.
Se formaron parrillas con decenas de coches, de fabricantes tan diversos como Selex, Lince, Hispakart o Etco y con pilotos como Cañellas, Bäbler, Juncosa, el «Correcaminos», De Villota o Fermín Vélez. La primera carrera se disputó en el circuito del Jarama (Madrid) y fue un gran éxito, con 27 coches en la línea de salida.
La aventura de los SEAT 124 en los rallyes
Todo empezó en 1971, cuando Seat creó el departamento de Vehículos Especiales. El primer rally para el equipo oficial fue el Criterium Luis de Baviera en 1972 en el que participó con un Seat 124-1600. La primera victoria llegó en octubre en el Rally RACE valedero para el Campeonato de Europa con Cañellas pilotando un 124-1600 TC.
Ya en su primera participación, el 124 de Cañellas-Ferrater se impuso en el Campeonato de España de Rallyes. En este periodo, Seat participó en 104 rallyes, con un total de 39 victorias y 96 podios. Con el 124/1430, Zanini fue además subcampeón de Europa de rallyes en 1976.
Sin duda, el Seat 124 D Especial 1840 de Grupo 4 es el protagonista de la mayor gesta deportiva internacional de la marca hasta el desembarco de Seat en el Campeonato del Mundo de Marcas de 2 Litros, en 1996, con el Ibiza Kit Car. En la edición de 1977 del Rallye de Montecarlo, los 124-1840 de Antonio Zanini-Juan Petisco y Salvador Cañellas-Daniel Ferrater acaban en la tercera y cuarta posiciones absolutas, respectivamente.
Los coches preparados por Seat Competición demostraron su velocidad y robustez en la prueba de carretera más famosa del mundo frente a los potentes escuadrones oficiales de Lancia, Fiat, Opel y Alpine, y los Porsche privados.
El año pasado se celebró el 40 aniversario de la hazaña de Seat Competición en el Montecarlo, y a tal fin Seat Coches Históricos creó una réplica del Seat124-1840 de Grupo 4. El coche ha participado en las dos últimas ediciones del Rallye Montecarlo Histórico, 2017 y 2018, tripulado ni más ni menos que por Salvador Cañellas y Daniel Ferrater, una de las duplas protagonistas de la gesta de hace ya 41 años.