Techno Classica Essen

Volvo PV36: cuando el art déco servía de inspiración para hacer coches

Nicolás Merino
Nicolás Merino


Volvo estará presente en el mayor Salón de automóviles clásicos del mundo con un Volvo PV36 de 1935 que perteneció a uno de los fundadores de la empresa. Asimismo, la marca sueca presentará el nuevo Volvo S60.

Gustaf Larson, uno de los fundadores de Volvo Cars en 1927, condujo durante varios años el Volvo PV36 que la marca sueca expone en el Salón Techno Classica Essen, la mayor muestra de vehículos clásicos, en Alemania.

De estilo estadounidense, el PV36 es un ejemplo del streamline moderne, unas de las tendencias de diseño más importantes en Estados Unidos a principios de la década de 1930. Edificios, trenes, barcos e incluso electrodomésticos tales como tostadoras y planchas, se diseñaron en torno a un estilo art déco tardío que, por sus características aerodinámicas, se describió como art déco en movimiento.

El ingeniero y diseñador Ivar Örnberg, que había trabajado durante varios años en la industria automovilística estadounidense, introdujo esta tendencia en Volvo cuando regresó a Suecia en 1933. Se le encargó la tarea de diseñar el PV36 y pronto se hizo evidente que los años que había pasado en empresas como Hupmobile le habían dejado huella. Con el nuevo modelo, Ivar Örnberg introdujo el streamline moderne en Suecia. El exótico aspecto del vehículo pronto se ganó el apodo de «Carioca», probablemente por un baile popular latinoamericano que estaba de moda por aquel entonces. De acuerdo con los planes, Volvo solo fabricó 500 unidades de este modelo entre 1935 y 1938.

El PV36 que se expone en Essen fue uno de los primeros modelos que fabricó Volvo, solo unos años después de que en 1924 el ingeniero Gustaf Larson y el economista y agente de ventas Assar Gabrielsson decidieran fundar una empresa de automóviles en Suecia durante una típica cena con cangrejos. Once años después, Larson recibió la llave de este Volvo PV36, cuyo número de chasis era el 85. Lo conservó durante tres años y, salvo por una nueva mano de pintura que se le dio poco después, el vehículo ha permanecido prácticamente intacto desde entonces.