Os escribo para ver si podéis orientarme un poco. Va sobre la posible compra de un coche eléctrico. Actualmente tenemos un Mazda CX-5 de los de primera generación. Me ha dado un resultado buenísimo pero entre que lleva etiqueta B (es diésel) y que ya tiene algunos añitos, estamos pensando en cambiarlo.
Aparte sucede que mi nueva oficina se sitúa en una zona de estacionamiento regulado de Madrid y no dispongo de plaza de garaje, de modo que si quiero aparcar gratis tengo que darme una buena caminata. Esa es una de las razones por las que un coche con distintivo CERO me vendría de perlas, pues aparcaría casi en la puerta del edificio.
Pero claro, solo tenemos un coche en la familia y no pretendemos que eso cambie. De manera que respecto a la compra de un eléctrico me asaltan las dudas con respecto a sus capacidades.
Realmente me apetece tener un eléctrico y adelantarme un poco a lo que al final todos vamos a tener que hacer. Sé que en el día a día será plenamente solvente pero, ¿y a la hora de viajar?
Es que he escuchado testimonios de todo tipo, desde los más negativos y dañinos hasta los más positivos y tranquilizadores. Y no me termino de fiar ni de unos ni de otros. La cuestión es: si me lo compro, cuando afrontemos viajes, ¿qué puedo esperar de él en cuanto a autonomía y recarga?
El modelo que me gusta es el MG ZS EV. Acogiéndome al Plan Moves III, achatarrando, financiando y etcétera me sale por menos de 30.000 euros, lo cual me cuadra.
Hablo de la versión de máxima autonomía y del acabado Comfort, pues ya dispone de toda la dotación que yo preciso. Si pudieseis, desde vuestro punto de vista experto, aconsejarme sobre esto, os lo agradecería enormemente. G. T. (Madrid).
Primera cuestión: la autonomía
Veamos, porque este es un asunto peliagudo. Debemos diferenciar, por una parte, el consumo de electricidad en uso cotidiano, que en la mayoría de los casos lo que se frecuenta es ciudad y circunvalación, y el gasto de energía a la hora de afrontar largos desplazamientos por carretera.
En el caso del MG ZS EV tenemos un consumo homologado de 17,8 kWh/100 km y una autonomía oficial de 440 km. Usando el coche por ciudad y circunvalación es fácil que el consumo real no difiera mucho de ese.
Es sencillo que visualices unos 18,5 kWh/100 km de media, lo que teniendo en cuenta que hay 70 kWh de batería (hablando de capacidad bruta), podemos concluir que llegar a hacer unos 350 km con una carga es factible.
Ahora bien, nunca llegarás al 0% y es preferible que no la cargues más allá del 80% para contener su degradación, así que pongamos que si te manejas entre el 10% y el 80% tienes unos 240 km de autonomía real. Más que de sobra.
Los problemas vienen a la hora de viajar, donde ya no solo es que el consumo se incremente, sino que intervienen otras variables que luego veremos: la carga. En autopista, a ritmo decente (entendamos por decente 120 km/h sostenidos), el consumo de cualquier coche eléctrico siempre será mayor.
Si además vais varias personas en el coche más equipaje, podemos estar hablando de un consumo de unos 21 kWh/100 km. A no ser que reduzcas la velocidad a ritmo de autobús, claro.
Pero pongamos que no lo haces, que circulas a los 120 km/h reales. En ese caso, un rápido cálculo resulta en unos 310 km de autonomía… que nunca podrás llegar a hacer realidad. ¿Por qué? Pasemos a la siguiente cuestión.
Segunda cuestión: la recarga
Personalmente, veo mayor problema aquí que en la autonomía en sí. Aunque la infraestructura de carga en corriente continua (la que te encontrarás en las autopistas) ha mejorado muchísimo, aún está verde para que viajar con un coche eléctrico invirtiendo el mismo tiempo que con un coche de combustión sea real.
Lo desarrollo un poco. En el caso del MG ZS tenemos unos supuestos 310 km de autonomía real por autopista. Pero claro, no puedes arriesgarte a cercar el 0% por varias razones.
Una es que los puntos de carga no son tan comunes como las gasolineras, de modo que puedes hallarte en rutas con muchos kilómetros de distancia entre ellos. Otro es que, cuando llegues a uno, tienes que cruzar los dedos para que esté operativo (aún hay muchos fuera de servicio o que fallan) y para que no esté ocupado, cosa que cada vez será más común ante el crecimiento de ventas de vehículos eléctricos.
Para mayor escarnio, la velocidad de carga que anuncia un puesto de recarga rara vez llega a ser real. Si por ejemplo te encuentras un poste de 100 kW, lo normal es que no siempre suministre esa potencia. Que haya más coches cargando, que la carga de tu batería supere el 80%, o hasta cuestiones de temperatura son, por ejemplo, tres motivos que pueden bajar la potencia de carga.
Además que el MG ZS lleva un cargador de 92 kW, de modo que en el mejor de los casos recargarás a esa potencia siempre y cuando no se de algunos de los casos anteriormente mencionados.
¿Lo real? Al final, entre que enchufas el coche, lo conectas con el poste de carga y demás, echarás siempre entre 30 y 60 minutos para obtener una recarga decente que te servirá para conducir si acaso un par de horas más.
Y nuestra opinión
Si lo que quieres es un coche que te permita viajar con todas las comodidades de un vehículo con motor térmico, olvídate del MG ZS EV y de cualquier eléctrico. Si vas a tener un único coche, vemos mejor opción que compres, por esa cantidad, un híbrido enchufable que te permita conducir en modo eléctrico en el día a día y viajar con tu motor de gasolina con todas las garantías y sin eternizarte en el trayecto. Y con su etiqueta CERO también podrás aparcar gratis.
En ese rango de precio, un MG HS PHEV, un Kia Ceed Tourer PHEV o un Peugeot 308 SW PHEV son alternativas con las que no tendrás esas dudas… y esos posibles problemas a la hora de viajar.