La mejora de la situación provocada por la pandemia y la llegada del verano ha hecho que el ritmo de tráfico recupere el ritmo habitual en estas fechas. De hecho y según los datos que maneja Acierto.com, el vehículo privado se ha convertido en una alternativa al transporte público para evitar contagios. Y no solo eso, sino que el coche es la opción favorita para viajar este verano.
La temporada estival es sinónimo de altas temperaturas, lo que repercute en el rendimiento del motor y nos obliga a utilizar el aire acondicionado. Este elemento también reduce el rendimiento del motor y aumenta el consumo del vehículo. Llevar el coche sobrecargado al salir de viaje también aumenta el consumo. En este sentido, Acierto.com nos da las claves para lograr el máximo ahorro de carburante.
Usar mal el aire acondicionado aumenta el consumo hasta un 20%
Tener el aire acondicionado encendido de forma continuada elevaría el gasto en un 8%. Cuando se circula más rápido, circular con las ventanillas abiertas aumenta la resistencia aerodinámica del vehículo y, consecuentemente, el consumo; de modo que circular con el aire acondicionado es la solución más eficiente.
En cualquier caso, antes de encenderlo es recomendable enfriar el coche unos minutos. Es una manera de que el sistema trabaje menos. También es clave mantener los filtros limpios y ajustar la temperatura entre los 20 y 24 grados. Cuando bajamos de esta temperatura el gasto puede aumentar un 10%. Buscar la sombra para aparcar también es también muy recomendable.
Tener tu vehículo a punto también permite ahorrar carburante
Mantener el vehículo en perfectas condiciones no es sólo recomendable para reducir el gasto de combustible; también para conducir con todas las garantías de seguridad. Nunca está de más una revisión en el taller para comprobar el estado de los filtros, el lubricante o los diferentes elementos que componen el coche.
También es importante revisar la presión de los neumáticos. Una presión 0,3 bares por debajo de lo recomendado por el fabricante aumenta el consumo de carburante un 3% e incrementa el desgaste de las ruedas.
La conducción eficiente es clave
Acelerar y frenar de forma brusca tampoco es conveniente. Lo ideal es mantener una velocidad constante, pues, al acelerar se utiliza la energía del carburante para propulsar el coche. Parte de ella se desperdicia en la frenada. Circular con marchas largas, que mantienen el motor a bajas revoluciones, es la mejor opción.
La velocidad a la que se circula tampoco puede perderse de vista. En términos generales, el consumo de carburante aumenta en función del aumento de velocidad. Por cada 20 km/h que aumentamos la velocidad, aumentamos un 44% más de gasto en carburante. Por ejemplo, cuando superamos los 100 km/h, aumentar la velocidad en 20 km/h hace que el consumo pase de 8 l/100km a 11,5 l/100km. Lo que se traduciría en un aumento de casi 1.000 euros más al año en gasolina y de alrededor de 700 euros en los vehículos diésel.
Más consejos para ahorrar carburante
Algunas aseguradoras ofrecen descuentos en combustible para determinadas gasolineras. Y otras sortean cheques gasolina todas las semanas. Aunque estas iniciativas van variando y conviene revisar las condiciones cuando contratamos nuestra póliza. Utilizar una aplicación que revise los precios del combustible en las gasolineras también puede ayudar a ahorrar unos euros.
Cargar el vehículo por completo al salir de viaje es otra práctica a evitar. De hecho, el uso de bacas o remolques, aunque soluciona los problemas de espacio, puede afectar a largo plazo al rendimiento del vehículo y engrosa la factura en gasolina. En concreto, una carga adicional de 100 kilos supondría un 7% más de gasto en combustible. Lo mismo ocurre con cualquier elemento que interceda en la aerodinámica del coche.
