El Nissan Qashqai es un superventas desde que fuese lanzado en 2006. Simplemente porque ofreció lo que la gente demandaba. Y sigue siendo así. Esta generación es la tercera, lanzada en 2021. Ahora, recibe una actualización de media vida que no es profunda, pero que le sienta muy bien.
Digo que no es profunda porque por ejemplo la gama no cambia, no en cuanto motores aunque sí en lo relativo a acabados, pues se incorpora el N-Design. Se mantienen las dos opciones microhíbridas, ambas basadas en un bloque 1.3 turbo y en un sistema eléctrico de 12V, con 140 o 158 CV y con cambio manual o de tipo CVT. Por encima, sigue estando la motorización e-Power de 190 CV.

Esta última es la que hemos probado y es un tanto particular. Nissan lo define como el paso previo a la electrificación total, la cual llegará con la siguiente generación del Qashqai, que será la cuarta. Se trata de un automóvil de lo que conocemos como eléctrico de autonomía extendida.
Esto es que las ruedas se mueven con la energía procedente de un motor eléctrico, de 190 CV en este caso, pero que para generar la electricidad necesaria hay un motor de gasolina cuyo cometido es ese, actuar como generador. O sea, que eléctrico lo que se dice eléctrico, no es. La transmisión es de una única relación y el coche proporciona un elevado agrado de uso en ciudad y a baja velocidad.

Otra cosa es en carretera y exigiendo prestaciones. En ese momento, el motor de gasolina carga con mucho trabajo y el consumo se ve muy penalizado. Los 5,1 L/100 km que homologa se pueden llegar a dar, o quedarse cerca, en ciudad o a muy baja velocidad pero nunca en carretera, donde lo normal es que te muevas en 8,0 L/100 km, y eso a ritmo legal. Pero bueno, si la utilización a la que lo vas a destinar es la primeramente descrita, entonces es una gran alternativa.
Porque además el resto del coche cumple con buena nota. Tiene calidades por encima de lo aceptable, una habitabilidad correcta, un maletero práctico, un buen equipamiento de serie…

Por cierto, no hemos hablado de lo que cambia en el apartado estético. Varía la parrilla, los faros, los pilotos traseros, los diseños de llanta, los colores para la carrocería, algunos tapizados del interior, el sistema de luz ambiental, las visualizaciones del cuadro de mandos… y ahora el sistema multimedia se basa en Google. También hay más avanzadas cámaras perimetrales y se ha trabajado en la calibración de los sistemas de asistencia a la conducción.
Además, fíjate tú qué cosas, el precio del Qashqai se reduce sensiblemente. Ahora parte de 31.200 euros, cuando antes partía de 32.700 euros. O sea, 1.500 euros de reducción de precio que vienen ni tan mal. La gama queda conformada de la siguiente manera.
VERSIÓN | POTENCIA | CONSUMO (desde) | ETIQUETA | PRECIO (desde) |
DIG-T 140 | 140 CV | 6,3 L/100 km | ECO | 31.200 euros |
DIG-T 158 | 158 CV | 6,3 L/100 km | ECO | 34.300 euros |
e-Power | 190 CV | 5,1 L/100 km | ECO | 36.700 euros |
Con todo, al Nissan Qashqai le esperan otros tres o cuatro años de vida seguramente liderando o coliderando el segmento de los SUV-C. Realmente lo tiene todo porque está bien hecho, no es excesivamente caro, viene bien equipado, se conduce bien y es cómodo. Ah, y estéticamente sigue siendo vistoso y llamativo.
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