Los 10 fracasos más sonados del mundo del motor

1.- SMART FORTWO

Es increíble que un coche tan pequeño pueda generar tantas pérdidas. El Smart fue una gran idea en busca de alguien que le diera forma –fue rechazada por VW antes de que Mercedes aceptara el proyecto–. Concebido por Nicolas Hayek –fundador de la marca de relojes Swatch–, el concepto era un coche urbano para dos personas con un nivel de seguridad y estilo únicos. Mercedes concedió el proyecto a un grupo de jóvenes profesionales y se gestionó de forma independiente de los ingenieros. Si se tiene en cuenta la descripción del producto, se podría pensar que se trataría de un súper deportivo. Tracción trasera, motor turbo, una caja de cambio semi-automática, unas sofisticadas ayudas electrónicas, una célula de seguridad única, piezas de aluminio… Demasiado para algo concebido como un transporte barato para la ciudad.

2.- FIAT STILO

Este modelo casi supone la debacle definitiva del grupo empresarial italiano. Concebido como un compacto para reemplazar al Bravo y, antes de eso, al exitoso Tipo, el Stilo fue un estrepitoso fracaso. Su tarea era difícil: aparte de tener que hacer funcionar al 100×100
la enorme fábrica de Cassino, en el centro de Italia, se suponía que debía poner en jaque al Grupo VW.
De hecho, los directivos de Fiat establecieron unas elevadas especificaciones para convertirlo en un verdadero rival para el VW Golf. Los ingenieros consiguieron idear un
producto a la altura… pero no se vendió como esperaban.

3.- VOLKSWAGEN PHAETON

Ferdinand Piëch no hace las cosas a medias, tanto en lo que concierne a marcas de automóviles, como su familia –tiene 13 niños– u obras maestras de la ingeniería. El Phaeton fue un proyecto extraordinario, un intento de posicionar a VW entre las marcas de lujo y atacar de forma frontal a la todopoderosa Mercedes y su Clase S. Por eso, exigió una plataforma a medida, una gama de potentes y avanzados motores, una nueva factoría –se fabricó en vidrio y se emplazó al lado de la Casa de la Ópera de Leipzig– con una sala privada para la entrega de vehículos… La inversión fue demasiado grande.

4.- PEUGEOT 1007

La marca francesa pensó que el consumidor europeo demandaba un coche pequeño con puertas correderas… pero no. Peugeot se arriesgó lanzando el 1007, ya que algunos competidores pensaron hacer un coche similar, pero el coste de esas puertas era insostenible. Después de su lanzamiento, PSA se encontró que la demanda era de… cero. La fábrica de Poissy era flexible, y ´aguantó el tipo´ fabricando otros modelos –los volúmenes de producción del 1007 fueron siempre pequeños, casi residuales–.

5.- MERCEDES CLASE A

Los problemas fueron similares al caso del Smart. Aunque el modelo en sí no fracasó tanto como el pequeño urbano, los costes de las inversiones fueron aún mayores. Fue un modelo en el que se partió de cero: se trató del primer Mercedes con tracción delantera, con una plataforma diseñada para tener una versión eléctrica –15 años antes de lo debido– y capaz de acoger una nueva gama de motores. El coche tuvo, además, un desafortunado inicio–volcó en las pruebas de cambio de carril de una revista sueca–, por lo que se tuvo que añadir el ESP de forma inesperada. La segunda generación logró enmendar levemente el desaguisado y, por fin, la actual generación parece que tendrá mucho más éxito.

6.- BUGATTI VEYRON

El Veyron es otra obra maestra Piëch, probablemente el vehículo más ambicioso y complejo jamás puesto en venta. Era un proyecto de 10 años con objetivos casi imposibles incluso para las más brillantes mentes del gigante alemán –con el tiempo, se solicitó la ayuda de expertos británicos para ayudar en el desarrollo de la caja de cambio, la refrigeración o la aerodinámica–. Lo único que ´medio´ salvaba este proyecto es que los costes fijos eran bajos, ya que el Veyron se fabrica a mano. VW, sin embargo, compró el Chateau de Etore Bugatti en Molsheim –en la Francia oriental–, lo reformó y construyó una planta de montaje justo al lado.

7.- JAGUAR X-TYPE

La historia de Jaguar X -Type está de actualidad, ya que la marca de origen británico acaba de anunciar que va a poner a la venta una berlina para competir contra los Audi A4, BMW Serie 3 y Mercedes Clase C en 2015. El proyecto, denominado X760, está adoptando una estrategia muy diferente a la del X-Type original. En su momento, la firma apenas conocía el segmento, pretendían vender demasiado… y todo con una gama de motores muy limitada. Pronto Ford –dueña de la compañía en aquel momento– se dio cuenta de que no había forma de que el X-Type obtuviera ningún beneficio.

8.- RENAULT LAGUNA

Oh Carlos, ¿en qué estabas pensando? El infame ´Renault Commitment 2009´, presentado por Ghosn en Ginebra 2006, era una lista de ‘grandes’ objetivos como un margen del beneficio del 6%, el aumento masivo en los volúmenes o una exitosa gama Laguna que se posicionaría en el Top 3 de calidad en su clase. Poco realista desde el principio, Ghosn es probablemente uno de los pocos ejecutivos que se alegró de que la crisis financiera mundial tuviera lugar alrededor de 2008.

9.- AUDI A2

Este coche se adapta perfectamente a la expresión ´adelantado a su tiempo´. A los periodistas del motor nos causó una grata impresión, y aún hoy hablamos de su bastidor de aluminio, su tecnología o su bajo consumo. Pero mientras que el A2 puede considerarse como un gran proyecto, desde el punto de vista financiero fue un desastre. Originalmente planteado como un modelo de la gama VW, como parte de la estrategia de Piëch por ganar la carrera de la eficiencia en el consumo. No obstante, acabó siendo un Audi para tratar de justificar su elevado precio. Al menos sirvió, junto con el A8, para que la marca se convirtiera en una de las referencias en la manipulación y usos del aluminio.

10.- RENAULT VEL SATIS

Es la segunda vez que aparece la marca francesa en este ránking, pero este modelo es del equipo previo a la llegada de Carlos Ghosn. El Renault Vel Satis se puso a la venta en 2001 y fue otro intento de introducirse en el mercado de lujo. Fue desarrollado bajo la supervisión del CEO en aquella época, Louis Schweitzer, un hombre más bien académico y filosófico, que abiertamente declaró que «no era un coche para una persona corriente». Schweitzer quedó embelesado con las ideas del diseñador Patrick Le Quement, a quien habría que sancionar de alguna forma.